Interrogan al jefe de la fuerza aérea de EEUU por la pérdida de partes de soldados muertos

WASHINGTON, 10 (Reuters/EP)

El jefe de las Fuerza Aérea estadounidense (USAF), el general del Aire Norton Schwartz, se ha enfrentado este jueves a las acusaciones de la Comisión de Servicios Armados del Senado de que el principal tanatorio del cuerpo ha perdido partes de cadáveres de soldados muertos en combate y que ha esparcido las cenizas de algunos combatientes fallecidos en un vertedero sin consultar a las familias.

Schwartz intentó demostrar a la Comisión que se han corregido los errores del pasado y defendió su decisión de no despedir a ninguno de los trabajadores del tanatorio de la base de la Fuerza Aérea en Dover, en Delaware, en el este de Estados Unidos.

Un cargo militar y dos civiles recibieron una multa disciplinaria, aunque según una carta de los investigadores del Consejo Especial enviada al presidente, Barack Obama, las condenas no han ido más allá.

“Evidentemente hubo errores inaceptables. Sobre si constituyeron una negligencia pertenece enteramente a otra cuestión”, comentó Schwartz. Estas revelaciones se han producido esta semana, mientras Estados Unidos se prepara para celebrar este viernes el Día de los Veteranos.

El martes, los medios publicaron parte de una investigación que descubrió que el tanatorio de Dover perdió partes de cadáveres dos veces e incluso que había extirpado por error un riñón de un marine.

Schwartz también tuvo que responder por otra práctica que dejó de realizarse en 2008: algunas partes de los cuerpos de soldados muertos en combate habían sido incineradas y lanzadas a un vertedero. Esta práctica se realizaba cuando se descubrían partes de soldados cuyos cuerpos ya habían sido entregados a sus familiares.

Según una fuente de la Fuerza Aérea, que habló bajo la condición de anonimato, las familias dieron la autorización al cuerpo para que se hicieran cargo de los cadáveres, aunque reconoció que el Ejército del Aire no ha informado de que las cenizas acabarían en un vertedero.

El diario 'The Washington Post', que fue el primero en informar de estas prácticas, publicó las declaraciones de Gari-Lynn Smith, que perdió a su esposo en Irak en 2006. “Mi única forma de tener paz tras perder a mi marido es que iba a ser trasladado a Dover y que sería tratado con dignidad, amor, respeto y honor”, comentó. “Me quedé destrozada cuando me dijeron que fue tirado a la basura”, añadió.

Schwartz explicó que los restos de los soldados son enterrados en el mar desde 2008. Ese año, “la Fuerza Aérea llegó a la conclusión de que no era la mejor forma de tratar esos restos”, comentó.

Estas revelaciones se producen un año después de que se descubriera que se había producido un error en las identificaciones de los caídos del Ejército estadounidense enterrados en el cementerio nacional de Arlington, en Virginia (este). La base de Dover es el principal punto de entrada de cuerpos de soldados norteamericanos que han muerto en el exterior.

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