Irán ataca al Banco Mundial por negarle las ayudas humanitarias

WASHINGTON, 9 (Reuters/EP)

Irán acusó este sábado al Banco Mundial (BM) por su “comportamiento discriminatorio” al negar al país la autorización para la concesión de nuevos préstamos de ayuda humanitaria y para el desarrollo.

El ministro de Economía de Irán, Shanmseddin Hosseini, en un discurso dirigido al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI), señaló que las ayudas humanitarias y para el desarrollo no forman parte de las sanciones de Naciones Unidas impuestas al país por su programa nuclear.

Hosseini añadió que la negativa del organismo mundial desde 2005 a reconsiderar una nueva estrategia de préstamo a Irán, contradice los propios principios de los acuerdos del BM, y que sus acciones estaban privando a un país miembro de sus recursos para el desarrollo.

“Lo más sorprendente es que, basándonos en una investigación realizada por el departamento legal del BM, los proyectos humanitarios y para el desarrollo están excluidos de las sanciones impuestas a Irán”, explicó Hosseini. “En ninguna sección de las razones legales podemos encontrar que se reduzcan las relaciones y que no se financien nuevos proyectos”, añadió.

Los legisladores estadounidenses han presionado al BM --presidido por otro estadounidense, Robert Zoellick-- para que no preste fondos a Irán con la amenaza de que retendrán los fondos estadounidenses para la lucha contra la pobreza.

Por otro lado, un miembro del BM justificó a Reuters esta negativa señalando que “tal y como hemos informado a las autoridades (iraníes), debido a las recientes sanciones y a la incertidumbre que rodea a ciertos bancos, estamos revisando todos nuestros acuerdos de desembolso”.

Por su parte, Hosseini relató que, en sus reuniones con el organismo, se han citado las sanciones de la ONU y la “opinión negativa de algunos países” como las razones para no renovar el préstamo al país.

Por último, el ministro iraní citó varias cláusulas específicas de los artículos de acuerdo del BM y señaló que la institución tiene “prohibido interferir de forma alguna los asuntos políticos de los países miembros, así como estar influenciada por las inclinaciones políticas de los mismos”.

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