Los demócratas apuestan en Estados Unidos por una retirada gradual de Irak

Alentados por su aplastante éxito electoral y por la caída del jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, los demócratas apuestan por la retirada gradual de las tropas estadounidenses de Irak. Los líderes de la nueva mayoría parlamentaria están satisfechos con la renuncia de Rumsfeld, la cara visible de los errores de la guerra en Irak, pero quieren ir más allá y comenzar a pensar en el inicio de la vuelta a casa de los más de 150.000 soldados desplegados en el país árabe.

“El primer paso para la estabilidad en Irak es el redespliegue” de las tropas, dijo este jueves el legislador demócrata John Murtha, uno de los más firmes partidarios de la vuelta a casa de los soldados de EEUU. En declaraciones a la cadena de televisión CNN, Murtha expresó su deseo de que el diálogo que el presidente de EEUU, George W. Bush, ha ofrecido a los nuevos líderes del Congreso vaya en esa dirección porque, en Irak EEUU se ha convertido “en el enemigo” y “las encuestas indican que los iraquíes ”quieren“ que las tropas estadounidenses se vayan.

Bush parece estar dispuesto a escuchar propuestas pero no a ordenar o fijar fechas para una retirada. El presidente se declaró este jueves “abierto a cualquier idea o sugerencia” sobre el camino a seguir en la guerra “que nos ayude a lograr nuestras metas de derrotar a los terroristas y garantizar el éxito del Gobierno democrático en Irak”.

En una breve declaración a la prensa tras reunirse con su Gabinete, el presidente subrayó que “no importa de qué partido sea uno, todos tenemos la responsabilidad de garantizar que las tropas cuentan con los recursos y el apoyo que necesitan para imponerse” en Irak. En ningún momento mencionó, sin embargo, una posible vuelta a casa de las tropas, una opción que Bush ha desterrado en incontables ocasiones.

Su argumento consiste en que esa decisión corresponde a los responsables militares sobre el terreno, que no está dispuesto a fijar calendarios en función de los deseos de los políticos y que EEUU sólo se irá cuando haya conseguido un triunfo total. Tanto él como sus compañeros republicanos reclaman ahora a los demócratas que ofrezcan alternativas concretas para lograr ese triunfo.

“Queremos escuchar cuál es su plan para ganar la guerra contra el terror (...). Ahora es el momento de que nos lo digan”, dijo el senador republicano Jon Cornyn.

Informe del grupo de estudio

Lo más probable es que los líderes demócratas no pongan propuestas sobre la mesa hasta conocer las recomendaciones del informe que prepara el llamado “Grupo de Estudio sobre Irak”, un panel bipartidista encabezado por el ex secretario de Estado James Baker, que explora opciones para hacer frente al caos que reina en Irak. La Casa Blanca también confía en que ese informe, que no se sabe cuándo saldrá a la luz, ofrezca nuevas ideas que favorezcan un mayor consenso sobre el rumbo a seguir en terreno iraquí.

Los demócratas tienen hasta el próximo enero, fecha en la que asumirán el control del nuevo Congreso, para aclarar sus ideas y presionar por cambios concretos. Primero deberán limar las diferencias que existen entre ellos mismos sobre las posibles fechas para iniciar la retirada de Irak, algo que saben que cuenta con el respaldo de la mayoría de los ciudadanos.

No obstante, los expertos alertan de que, si fuerzan una retirada demasiado precipitada, la violencia en Irak puede derivar en un conflicto civil que les pasaría factura en las elecciones presidenciales del 2008. Además de promover el inicio del regreso gradual de las tropas, otras de las propuestas que quiere sacar adelante la nueva mayoría demócrata consisten en la mejora de las ayudas económicas a los veteranos y la reparación de equipamiento militar en malas condiciones.

Barajan además el establecimiento de un comité especial que se encargaría de investigar la política de gasto en el ámbito de defensa y, más concretamente, los casos de fraude relacionados con actividades de reconstrucción en Irak.

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