Las divisiones impiden la definición del futuro de Kosovo en la ONU

El Consejo de Seguridad de la ONU se mostró este miércoles incapaz de superar sus amplias divisiones sobre el futuro de Kosovo, con lo que quedará en manos de la Unión Europea (UE) preparar el camino hacia una probable independencia del territorio balcánico.

Los 15 miembros del máximo órgano de la ONU concluyeron sin consenso la reunión convocada para analizar el informe de la troika de mediadores que intentaron en los últimos cuatro meses sin éxito negociar un acuerdo entre serbios y albaneses sobre el estatus final de la provincia.

Las abiertas e insuperables diferencias entre Rusia, por un lado, y EEUU y sus aliados europeos por otro, confirmaron que el futuro de Kosovo deja de pasar por los corredores de Naciones Unidas, que administra el territorio desde 1999.

Moscú insistió en que el estatus final del territorio solamente puede ser fruto de una negociación entre serbios y kosovares, por lo que propuso reiniciar la mediación de la troika formada por EEUU, Rusia y la UE.

“Como somos optimistas, creemos que las negociaciones pueden reanudarse y que las dos partes pueden llegar a una solución aceptable para ambos”, afirmó el embajador ruso, Vitaly Churkin.

Del mismo modo se expresó el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, quien intervino en la reunión a puerta cerrada del Consejo, al igual que el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu.

“Cuando se produce un conflicto, las diferencias se superan mediante negociaciones”, apuntó Kostunica, quien reiteró la voluntad de su Gobierno de “defender la integridad territorial y la soberanía” oponiéndose pacíficamente a la independencia de la provincia serbia de mayoría albanesa.

Pero los representantes de los países occidentales, así como el presidente kosovar, están convencidos de que la oportunidad de llegar a un acuerdo se agotó.

En un comunicado conjunto divulgado al finalizar la reunión, EEUU, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Bélgica y Eslovaquia señalan que las intervenciones de Kostunica y Sejdiu ante el Consejo de Seguridad evidenciaron que las posturas de Belgrado y Pristina “permanecen irreconciliables”.

En consecuencia, prosiguen, mantener por más tiempo al territorio bajo la tutela internacional es “insostenible”, por lo que aseguran que se debe “avanzar hacia una solución” a través de la UE.

El Consejo Europeo acordó el pasado 14 de diciembre enviar una misión civil y militar a Kosovo para preparar el camino hacia una posible independencia.

“Nos hubiera gustado que el Consejo de Seguridad jugara un papel pero, como quedó claro una vez más en la discusión de este jueves, no hay un acuerdo en el Consejo sobre el camino a seguir”, dijo la declaración, leída a la prensa por el embajador belga, Johan Verbeke.

Washington y sus aliados sostiuvieron que la resolución 1.244 que en 1999 colocó a Kosovo bajo la tutela de la ONU ofrece una base legal suficiente desde la que impulsar la independencia del territorio, incluso sin el aval del Consejo de Seguridad.

“Subrayamos nuestra posición compartida de que la resolución del estatus de Kosovo constituye un caso sui generis que no sienta ningún precedente”, afirmó la declaración conjunta.

Sin embargo, Moscú consideró que una declaración unilateral de independencia supondrá una violación del derecho internacional, además de convertirse en un ejemplo peligroso para otros conflictos de soberanía.

“Rusia no reconocerá una independencia unilateral y les aseguró que muchos otros países en este edificio (de la ONU) tampoco lo harán”, indicó Churkin.

Los gobiernos occidentales consideraron que Rusia cerró cualquier posibilidad de acuerdo cuando en julio bloqueó la puesta en práctica del plan de “independencia supervisada” del antiguo mediador internacional, Martti Ahtisaari.

Precisamente, el presidente kosovar aseguró ante el Consejo que el plan Ahtisaari, y sus propuestas para garantizar los derechos de la minoría serbia, serán su guía hacia la independencia.

“La propuesta del presidente Ahtisaari reconoció que como resultado de la disolución violenta y carente de consenso de Yugoslavia, y los acontecimientos horribles de los años 90, no había manera de que Kosovo y Serbia pudieran seguir en el mismo Estado”, apuntó Sejdiu, según una copia de la intervención distribuida por la delegación kosovar.

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