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Un joven se suicida tras asaltar un centro educativo en Alemania

Un ex alumno de una escuela secundaria de Emsdetten (Renania del Norte-Westfalia, oeste de Alemania), fanático de las armas, dejó este lunes a 37 personas heridas y finalmente se mató, tras asaltar el centro para consumar una venganza contra el profesorado.

El joven, de 18 años, fue hallado muerto en un aula del segundo piso de la escuela, aproximadamente una hora después de haber entrado en el centro disparando a discreción y de haberse parapetado en ese lugar con varias armas y artefactos explosivos.

El ex alumno llevaba dos fusiles de cañones recortados, una máscara de gas y 13 artefactos explosivos sujetos al cuerpo, así como un cuchillo.

Según informaciones policiales, el individuo había anunciado en su página de internet, en la que aparecen fotos suyas vestido con traje militar de camuflaje y empuñando armas, su intención de “vengarse” de ese centro.

“Lo único que se me ha enseñado en esa escuela es que soy un perdedor”, escribió el joven, del centro educativo Hermanos Scholl, preparatorio para la formación profesional.

El objetivo prioritario de su acción iba a ser “el personal docente, porque ellos son quienes han ayudado a que me encuentre en la situación que estoy”, prosiguió, en una especie de carta de despedida colgada en internet.

Según las investigaciones en curso, el joven tenía que comparecer este martes ante un tribunal, para responder de la acusación de tenencia ilegal de armas.

El ex alumno irrumpió en la escuela a las 8.28 GMT de la mañana y, tras abrir fuego indiscriminadamente a su alrededor, recorrió varias de las estancias para finalmente parapetarse en la segunda planta.

Ocho personas resultaron heridas de bala, seis de las cuales eran alumnos del centro y los dos restantes una profesora y el bedel de la escuela, quien ingresó en el hospital con una herida en el estómago.

Los restantes 29 heridos fueron de carácter leve y la mayoría de éstos tuvo que ser atendida por asfixia, incluidos 16 policías, a consecuencia del humo provocado por la explosión de uno de los artefactos, así como los gases lanzados para reducir al asaltante.

“Tras los hechos de Erfurt, procedimos de inmediato a acordonar la zona y tratar de entrar lo antes posible en el edificio”, explicó Hubert Wimber, responsable del operativo policial, en alusión a la masacre en una escuela esa ciudad del este de Alemania, en 2002.

En esa ocasión, un ex alumno de 19 años, asimismo un fanático de las armas que había sido expulsado del centro, mató a 16 personas, entre estudiantes y docentes, y finalmente se suicidó.

Wimber explicó que, por el momento, siguen las investigaciones para tratar de esclarecer si el joven de Emsdetten se suicidó con su pistola o si murió de forma fortuita, a disparos de su arma o al estallar los explosivos que llevaba sujetos al cuerpo.

Tras entrar en la estancia donde fue encontrado muerto, equipos de artificieros procedieron a desactivar los artefactos, mientras se procedía a evacuar totalmente el edificio.

La estancia estaba llena de humo, puesto que la policía había lanzado gases lacrimógenos, por lo que los artificieros tuvieron que actuar con extrema precaución.

Según medios alemanes, algunos ex compañeros del agresor aseguraron que, además de su afición a las armas, era conocido por sus aficiones a cultos satánicos.

La escuela secundaria lleva el nombre de los hermanos Sophie y Hans Scholl, en memoria de estos miembros de la resistencia contra Hitler.

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