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CC y PP renuncian a gobernar juntos

Fernando Clavijo y Asier Antona

José A. Alemán

Me da que Asier Antona se ha quitado un peso de encima dando por fracasadas las negociaciones para gobernar con CC. La política se ha convertido en un modus vivendi, particularmente para los que se dedican a ella porque no tienen otro modus, o sea, “ni oficio ni beneficio” que se decía en lo antiguo cuando el ideal masculino era convertirse en hombre de provecho y el femenino la esmerada dedicación a “sus labores”. Teniendo presente esa realidad, unida a la frecuencia con que las actuaciones de los políticos contradicen lo que predican, no sorprende que no lograran ajustar el apaño y renunciaran al conchabo aunque, eso sí, dejando claro que lo cortés no quita lo valiente, o sea, que los peperos canarios no dejarán tirado a Clavijo ni los nacionalistas, lerén, retirarán su apoyo a Rajoy.

Como digo, no había sorpresa alguna por ese lado. Lo que no quiere decir que el desenlace no nos haya hecho apreciar la paradoja de los esfuerzos del PP canario para dejar clara su autonomía respecto a Madrid, mientras CC, nacionalistas como ellos solos, acuden a Madrid para que Asier Antona se avenga a sus razones. Quiere Clavijo suscribir con Rajoy un “texto de mínimos” con los que amarrar apoyos desde fuera, o sea, que CC ha depositado todas sus esperanzas en que Madrid envíe un ukase a Antona.

Éste decidió parar las negociaciones porque no las tenía todas consigo, o sea. No veía claro que beneficiara al PP y a la construcción de su propio liderazgo. Aseguran que no estuvo nunca por la labor, pero tuvo que envainársela vistas las circunstancias en que trataba Rajoy de estabilizar el Gobierno. Llama la atención que Dolores de Cospedal no hiciera referencia alguna al asunto a pesar de que estaba en las islas al anunciarse la ruptura de las negociaciones. Es verdad que viajó como ministra de Defensa pero no es menos cierto que sus funciones de jerarca pepera no se pueden dejar colgadas de una alcayata.

De todos modos, tampoco hay que darle mayores alcances al asunto. Los dos partidos no negociaban políticas para cuestiones de trascendencia para la ciudadanía. Lo que interesa particularmente a CC es su equilibrio interno. Son los nacionalistas quienes están ahora mismo en los cargos y ocurrió que herreños, conejeros y majoreros no estaban dispuestos a renunciar a sus poltronas; por su parte, Pablo Rodríguez, no quería renunciar a la vicepresidencia del Gobierno y a la consejería de Obras Públicas a las que considera indispensables para la operación que se le atribuye de recuperar a CC en Gran Canaria. Lo que no es fácil porque quien controla a CC es la vieja ATI insularista que sigue anclada en su rudimentario antigrancanarismo: hay quienes atribuyen las inconveniencias proferidas contra la isla odiada por Carlos Alonso, presidente del Cabildo de Tenerife, al deseo de impedir que la operación tenga éxito, o sea, que CC en Gran Canaria levante cabeza y le haga sombra a los áticos. Para éstos, según los peor pensados, CC-ATI trata de alinear a las cinco islas no capitalinas para que secunden las propuestas tinerfeñistas y hacerle morder el polvo a Gran Canaria, aislándola. Es verdad que al menos en dos ocasiones y en la FECAI el Cabildo tinerfeño ha formado bloque con los cinco no capitalinos, pero si una golondrina no hace verano, tampoco dos son suficientes.

En realidad, la mediocridad política lo condiciona todo. Ese es el problema. Y ahí tienen el caso de la consejera de Cultura, Teresa Lorenzo, que dejó noqueado de hecho al Festival de Música de Canarias y ahí sigue preparando el siguiente. Supongo que todo será debido a que pertenece a la cuota conejera. Lo de menos, ya saben, es la idoneidad para desempeñar una función: lo importante es donde se ha nacido.

Lorenzo, estoy convencido, no actuó de mala fe ni hizo nada punible pero ha dañado una pieza importante de la imagen exterior de Canarias y vuelve a intentarlo cuando ya es previsible que en el mundo de la música habrán tomado nota del fiasco. Pero no importa, ya saben, que esto de la música es capricho de elitistas, canariones por más señas.

¿Vuelve el Womad?

Y me voy con la música a otra parte pues, según parece, el actual gobierno municipal de Las Palmas trata de recuperar el Womad (World of Music, Arts&Dance) que se cargó el PP porque Dania Dévora, la organizadora, apoyó en su día, la candidatura a la alcaldía de Jerónimo Saavedra. Lo que no pudo soportar Josefa Luzardo, alcaldesa entonces, que eliminó la movida que puede volver a Las Palmas este mismo año de la mano del equipo encabezado por Augusto Hidalgo al renunciar los majoreros a seguir con él sin que haya logrado enterarme de los motivos. Queda, pues, de referencia no sólo lo bien que funcionó en Las Palmas, hasta que a Luzardo se le cruzaron los cables, sino el hecho de que se haya convertido en referente de la ciudad de Cáceres donde ni se les pasa por la cabeza renunciar a él. Es una fiesta anual con la música como uno de los ingredientes de este acercamiento de las culturas que encaja con el acogedor talante multicultural y multiétnico de Las Palmas, ciudad abierta.

García Panasco, premiado por el PP

José Manuel Maza, Fiscal General del Estado, está en un plan provocón que no se puede aguantar. Él fue quien puso de Fiscal Anticorrupción a Manuel Moix quien, como saben, tuvo que coger puerta porque se descubrió que tenía el 25% de una empresa sita en Panamá. Pero debió saberle tan a poco que acaba de reincidir ascendiendo a Guillermo García Panasco a teniente de Fiscal de su Secretaría Técnica. Este García Panasco vulneró a juicio del Supremo los derechos fundamentales de Victoria Rosell, magistrada y candidata de Podemos al Congreso por Las Palmas en las últimas elecciones. Rosell no llegó a tomar posesión en el contexto de las asechanzas urdidas contra ella por José Manuel Soria aprovechando sus buenas relaciones con la Justicia, las que le han permitido salir con bien de no pocos trances. Soria, sabrán, se ha revelado así como una compañía perniciosa como saben ahora, demasiados tarde, el magistrado Salvador Alba y si me apuran el propio García Panasco al que Maza sacó de Las Palmas como mínimo has que haya pasado tiempo suficiente. Dicen que Panasco se valió del Fiscal Superior de Canarias, Vicente Garrido, para lograr sacarlo de Las Palmas y permitirle mantenerse al pairo hasta que acabe de resolverse el lío en que los ha metido a todos el perverso Soria. Ya nos advertían los curas nacionalcatólicos de que debíamos alejarnos de las malas compañías y la de Soria, como ven, ha resultado ser de las peores.

Maza, el que acaba de llevarse a Panasco no debió escarmentar con el nombramiento de Manuel Moix como Fiscal Anticorrupción: tuvo que coger puerta al descubrirse que tenía el 25% de una empresa registrada en Panamá. Moix, ya saben, era para Ignacio González, ex presidente de Madrid, el mejor candidato para Anticorrupción por razones que debieron parecerle obvias.

El nombramiento de García Panasco es provisional, hasta que se liquiden las feas cuestiones pendientes, si no tengo mal entendido. Pero la Comisión Ejecutiva de la Apif (Asociación Profesional e Independiente de Fiscales) es consciente de cuanto se demora la Justicia que no han tardado nada en decirse estupefacta al enterarse del nombramiento después de que la Sala de lo Contencioso declarara, “de forma clara y contundente” que se habían violando las garantías en el caso de Victoria Rosell. Recuerda la Apif que García Panasco formó parte del Consejo que por unanimidad acordó interesar del Ministerio de Justicia sancionar a otro fiscal porque consideraron que había vulnerado también derechos fundamentales.

Ni qué decir tiene que el ministro de Justicia, Rafael Catalá salió para completar el duro en defensa del nombramiento de García Panasco calificando de “anécdota” su participación en el caso Rosell. Inefable en sus comparaciones, dijo que la situación es la misma que la de un abogado que pierde un juicio o un órgano administrativo del que se revoca una decisión. Catalá fue no hace mucho reprobado en el Congreso por un intervención directa en el nombramiento de fiscales y sus injerencias en causas judiciales. Ahora lo entiendo, el muy reincidente.

Por cierto: las vinculaciones del PP a todas estas trapisondas indican que no anda muy lejos la gaviota.

Zoido y la inmigración

La verdad es que no están muy atinados los ministros de Rajoy. A Catalá habría que añadirle su compañero de Interior Juan Ignacio Zoido. El martes pasado, 18, compareció ante la Comisión de Interior del Congreso con una retahíla de cifras y datos para demostrar que España soporta una presión migratoria de aquí te espero. Semanas antes había proclamado la necesidad de que las ONG “no favorezcan la inmigración irregular”, lo que provocó el gran cabreo de estas organizaciones. Tuvo que pedir disculpas, asegurar que él no quería decir lo que realmente dijo y esas cosas que siempre dicen los que hablan más de la cuenta.

Y el martes, en el Congreso, volvió a hacerla al asegurar que “no es responsabilidad nuestra que los inmigrantes decidan huir de su país”. Una forma muy pepera de abordar los problemas. De entrada, ya plantea algún problemilla eso de convertir en ‘decisión’ de los inmigrantes. Se le escapó al muy ministro que las decisiones se toman libremente, a veces eligiendo una opción entre varias, lo que no creo que sea el caso de la mayoría de los inmigrantes de los que muchos no son tales sino auténticos refugiados que no abandonaron sus casas y sus países por hambre sino por razones políticas o del tipo que molestan a quienes están gobernando en ese momento.

Para Zoido no puede culparse al Gobierno español de las muertes en el Mediterráneo sino a las mafias que los meten en chalupas que no están en condiciones de navegar. Debería aplicarse la vía aquella interminable de preguntas acerca de qué fue primero, si el huevo y la gallina hasta llegar a la conclusión de que fuera el uno o la otra, lo primigenio de verdad fue Dios que o bien creó el huevo o bien la gallina. Lo que con el añadido a un curso breve e intensivo de lo que ha sido la colonización europea podría poner al día incluso a un ministro del PP.

Honores y distinciones

No hicieron caso en su momento a la izquierda y siguieron emperrados en darle el nombre de Juan Padrón a una calle de Santa Cruz y en que fuera, el mismo Padrón, Hijo Ilustre de Tenerife y Medalla de Oro de Canarias y ahora no saben cómo arreglarlo. Ya se sabía que el hombre estaba en el torbellino de dinero del fútbol, que había dudas acerca de la legalidad de algunas situaciones y que Villar, el presidente de la Federación Española de Fútbol anda metido hasta las narices en asuntos dudosos y que era Padrón quien se los gestionaba hasta el punto de afirmarse que sin él Villar no era nadie. Se les fue la mano, a quien se le fuera, con el futuro Mundial de Qatar y se sabía que los estaban investigando hasta que estuvo todo lo bastante atado y bien atado y fueron a por ellos. Poco más se sabe ya no sé si es porque interesa poco que se hable demasiado del asunto o porque es tan extensa la lista de implicados que hoy por ti mañana por mí nadie suelta prenda. Ya ni Soria se prodiga.

La izquierda, como era de esperar, vuelve a la carga para que se le revoquen a Padrón sus distinciones.

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