Ring, psicópatas y fenugreco empalmador

Mi mundo estaba reducido exactamente a 6,10 metros cuadrados, algo menos que los más de 510 millones de kilómetros cuadrados que tiene el planeta Tierra. Me encontraba sentado en una de las esquinas de ese globo llamado cuadrilátero. No pisando campos ni navegando mares sino pateando lona encarcelado de cuerdas. Y estuve a punto de cambiar tu mundo, de cambiar tu mundo por el mundo mío. Mis asistentes se esmeraban en cerrar la ceja izquierda, que comenzaba a sangrar levemente. Acababan de quitarme el protector bucal. No estaba cansado. En la esquina opuesta, la realidad recibía las mismas atenciones. Quedaban tres minutos llenos de impaciencia musicada por miles de voces sin sentido. Sobre la coral, a capella, escuchaba con insistencia: “¡guarda la distancia!, ¡evita en todo momento que te trabe en clinch o no podrás lanzar tus golpes! ¡aprovecha la ventaja de tus brazos largos! ¡un paso atrás y, rápido, un uppercut! ¡y baila, baila, maldito … no quiero tener que tirar la toalla! ¡Vas a ganar, pero esto no es un juego de nenas!”.

La campana no podía sonar antes de tiempo. Nunca puede sonar antes de tiempo. Fue cuando vi a la sonriente rubia con bikini y tacones pasearse con el cartel del tercer round, cuando advertí que había acabado la eternidad. Los ecos subieron de volumen hasta convertirse en gritos. Llegué a escuchar: “¡Mátalo! ¡Acaba con él!” Yo era la potencial víctima. Pero no tenía miedo. Hace mucho tiempo que lo perdí. También me llegó un comentario desde las primeras filas: “Ha ganado Macron. Ha ganado Macron”. Y de nuevo, el protector bucal y el sonido de la campana. Al ponerme en pie escuché la guitarra acústica de Kris. “A lo lejos se escucha una campana y sus tañidos se pierden por el cañón como se fueron los sueños del ayer”. Chocaron los guantes y pensaba en Schopenhauer. El amor, las mujeres y la muerte. Tal vez el paso del tiempo. No hay más. No recuerdo bien los detalles acerca de cómo acabó el combate. Pero gané a los puntos. Me fue imposible conectar un golpe de knockout. Quizá la próxima vez. Y estuve a punto de cambiar tu mundo, de cambiar tu mundo por el mundo mío.

'Allons enfants de la Patrie'

Le jour de gloire est arrivé … Aux armes, citoyens! Formez vos bataillons! Marchons, marchons, qu’un sang impur abreuve nos sillonsMarchons, marchons, qu’un sang impur abreuve nos sillons … Tremblez, tyrans! et vous, perfides. L’opprobe de tous les partis. Tremblez! vos projets parricides: Vont enfin recevoir leur prix. Tout est soldat pour vous combattre. S’ils tombent, nos jeunes héros, la terre en produit de nouveaux. Contre vous tout prêts à se battre. Nadie podrá jamás definir y conocer en profundidad el comportamiento de ese inmenso y heterogéneo conjunto, pleno de intersecciones y tangencias, que se ha denominado las masas. Es un cosmos bajo las trompetas de la paradoja donde conviven los instintos más animales del ser humano con los comportamientos creados, fabricados y evolucionados desde que nacieron las sociedades. Las elecciones presidenciales francesas, ganadas por el centroliberal Macron, las primarias y los congresos de los partidos celebrados recientemente en España, me han vuelto a convencer de que lo que está en crisis es el sistema de partidos. O mejor, los partidos. Es obvio que la lucha por el poder interno y externo los ha convertido en elementos del Estado muy alejados de la sociedad civil. Más aún cuando en el inconsciente colectivo, sobre todo en el español, la política está amancebada con el vocablo corrupción. Esta, la sociedad, se mueve en torno a muchos condicionantes: miedo, rebeldía, indolencia, conformismo, seguridad, libertad política colectiva, ideología, distribución de la riqueza, cargas del pasado, economía del presente y temores sobre el futuro … tantos vectores, que conforman una amalgama de la que se ocupan, sólo en cuanto a dígitos se refiere, los sondeos y las estadísticas. Lo demás queda a cargo de analistas de prensa y también de psicólogos y hasta psiquiatras.

Cuando lean estas líneas, si lo tienen a bien, ya lo sabrán todo o casi todo sobre Francia. Asimismo, les habrán contado mil teorías y ensoñaciones sobre el futuro de Europa. Tal vez alguno quiera internarse en La France y, alejado de la política, visitar el mundo de la cultura y los cielos de personajes que han dejado las huellas de su mente en la Historia de la Humanidad. Me encanta Francia y su idioma. Personalmente, encuentro muchas más respuestas fuera de la política que en los escenarios oficiales. Si vemos una sesión parlamentaria y concedemos – es obligado – que lenguaje es igual a pensamiento, no hay espacio para la alegría. En estos aconteceres, me llegan susurros del expresionismo alemán y, concretamente, del Dr. Frankestein. El único problema es que hay que leer más allá de la lectura. Pero, por contra y afortunadamente, en ese pensar se halla la pasión que se opone al sopor, el tópico, el lugar común, la manipulación de conciencias y la servidumbre.

El cambio, el recambio y lo inmutable

Ya las religiones se han encargado desde siempre de depositar en la esperanza el consuelo. En la esperanza del pedid y se os concederá y en el desplazamiento de la felicidad más allá de la muerte del cuerpo. Es preciso esperar y fenecer esperando. Y como la racionalidad y la lógica no pueden admitirlo, aparece la fe, no en uno mismo, sino en un ser superior que al final hará justicia, en el karma o en una energía no determinada con conocimiento del bien y el mal. De ese modo, nadie con poder quiere que la desesperanza anide en la sociedad civil. Porque la desesperanza conlleva la absoluta pérdida del miedo. Es un fundamentalismo que nace de una simple frase: “Ya no tenemos nada que perder”. En esa coyuntura, es fácil entregar la vida hasta por nada. De ahí, la continua conjugación del verbo cambiar. El cambio ejecutado en contra de la célebre frase de Albert Einstein: “Si haces siempre lo mismo lograrás idéntico resultado”. Así, en el análisis, me interesa mucho más el tablero y quién mueve las fichas que las fichas en sí mismas, puesto que son intercambiables. La autobiografía del ex ministro griego Yanis Varoufakis (Adults in the room: My Battle with Europe’s Deep Establishment) es una invitación a la reflexión partiendo del conocimiento de la realidad desde dentro de ella, independientemente de ideologías. Paul Mason señala en el periódico británico The Guardian: “Varoufakis escenifica su dilema durante la crisis con una anécdota reveladora. Estaba en Washington para reunirse con Larry Summers, el antiguo secretario del Tesoro de los Estados Unidos y confidente de Barack Obama. Summers le preguntó a bocajarro: ¿Quieres estar dentro o fuera? ”Los de fuera priorizan la libertad de contar su versión de la verdad. El precio es que son ignorados por los de dentro, que toman las decisiones importantes“, le advirtió Summers.

“Los políticos electos tienen poco poder; el verdadero poder lo tienen Wall Street y una red de fondos de inversión, multimillonarios y dueños de medios de comunicación, y el arte de permanecer en la política es poder reconocer este hecho e intentar lograr hacer algo sin alterar el sistema. Ésa era la oferta. Varoufakis no sólo la rechazó, sino que al escribir sobre ella en detalle nos protege de la estupidez de las fantasías ocasionales de la izquierda de que el sistema construido por el neoliberalismo puede de alguna forma inclinarse o ceder ante nuestros deseos de justicia social”. Al respecto, apunto: el sistema sólo cede en lo que lo perpetúa, si antes no ha podido fagocitarlo. En la inmensa mayoría de las ocasiones, cambio no significa cambio. Evidentemente, se puede profundizar mucho más en todo esto, pero lo que pienso no cabe en la pantalla del portátil.

El imperio de las psicopatías

Si obras son amores, los destellos que parten de las sociedades no son elementos definitivos de cara al juicio, pero sí parte de las pruebas contundentes que conducen al diagnóstico. Barbaridades ha habido siempre. Y barbaridades mucho más bárbaras, si es que el horror y el espanto tienen niveles y graduaciones. Pero ahora, la tecnología aplicada a la comunicación, nos las hacen llegar con la crudeza unida de texto, imagen, escándalo y morbo en aquelarres de sobremesa y noches de muertos vivientes. Nos llegan alaridos de dolor al modo de aquellas estrellas que existieron desde siempre. Estaban ahí, pero ahora percibimos su luz, tras viajar millones de años a 300.000 kilómetros por segundo. Una luz tan cegadora y constante que logra acabar con la sensibilidad, convirtiendo vísceras esparcidas en paisajes de siempre. Campos de fresa por siempre. Déjame llevarte a allá, porque voy a los campos de fresa. Nada es real y no hay nada para perder el tiempo. Campos de fresa por siempre. Vivir con los ojos cerrados es fácil. Entendiendo mal todo lo que se ve. Se está poniendo difícil ser alguien. Pero todo se resuelve. No me importa mucho.

Cuando me imagino el horror siempre pienso en el coronel Kurtz, luego en Joseph Conrad y su fantástica novela El corazón de las tinieblas. Y también en Vlad El Empalador, luego en Draculea, luego en Drácula, entonces en Bram Stocker. Tanto en la guerra como en lo que llaman paz, los daños colaterales tienen forma de niño o mujer. E pur si muove. Y sin embargo hay vida que es morada de parca. Dicen que pronto habrá un asesino suelto. Uno más sin manada, asamblea o escaño. Arndt Meyer, de 48 años y con trastorno grave de la personalidad, saldrá de prisión el próximo 30 de mayo, tras cumplir su condena. Ocho años por intento de homicidio y tenencia ilegal de armas. Ocho años presuntamente preparando la libertad de matar y fijando objetivos. La maté porque era mía, porque no quería ser mía, porque había dejado de serlo para ser de otro o simplemente por ser exclusivamente suya. De ella misma.

Más allá del océano, donde suenan los bandoneones, galopan potriadas en las cuerdas de Atahualpa y viajan navajas en vagones que son ligas, una monja surtía a los curas pederastas de niños sumisos – si te descuidas, hasta te provocan – en el Instituto Provolo de Mendoza (Argentina). “… una adolescente contó que, cuando tenía sólo cinco años, Kumiko le colocó un pañal para disimular el sangrado que le producía la violación sistemática a la que la sometían varios sacerdotes de la orden”.

El fiscal Fabricio Sidoti, a cargo de la investigación, contó que “los chicos dicen que los llevaban a la Casa de Dios, un lugar que hay en el instituto, donde los metían. Las víctimas veían a través de las rendijas de la puerta lo que pasaba”.

En el Brasil del Carnaval y la Chica de Ipanema también hay carne fresca para los salvajes. Las violaciones múltiples de menores son tan habituales como demandadas las gang bang de la industria pornográfica: una orgía en la que una mujer o un hombre practica sexo por turnos con varios individuos. “Este clásico del porno ha generado una fiebre por lograr el récord de participantes. En el Eroticon 2004 celebrado en Polonia, la actriz Lisa Sparxxx rozó el kilobang: su récord de 919 amantes no ha sido superado en condiciones controladas. La reina del sexo anal es Victoria Givens, que en 2004 ganó el World Anal Gang Bang tras ser sodomizada 101 veces sin lubricante”. El Eroticon se sigue celebrando en diferentes países.

Desde África, ese continente tan hermoso de Naturaleza, tan desgarrado de muerte, también llegan los vómitos de un siniestro monstruo al que nadie osa acercarse: “Durante su largo cautiverio muchas de las niñas han sido casadas a la fuerza con sus captores y violadas o abusadas sexualmente, lo que ha provocado que algunas hayan tenido bebés. Asimismo existen fundadas sospechas de que algunas de ellas puedan haber sido vendidas en redes de trata en países vecinos, como Chad y Camerún, o incluso usadas como terroristas suicidas en algún atentado. En la actualidad, 113 niñas siguen en paradero desconocido113 niñas siguen en paradero desconocido”.

Y Maduro da mítines a las vacas

El presidente de Venezuela, en su terrible demencia por mantenerse en el machito de la revolución chabacana ha desplegado su discurso desde las bases chavistas hasta el ganado vacuno. Mientras el país se derrumba en diabólica progresión geométrica, Maduro pone cara de tenerlo todo controlado. Las vacas, aunque ni votan ni en teoría forman parte de la polis por muy populista que sea, siempre dicen Muuuuuu … Y Maduro interpreta los mugidos como un acto de afirmación y confirmación. Como que dicen que dijo, apuntando con el índice a la testuz de los bichos lácteos: “Yo quiero que voceros, líderes y productores del campo sean próximos diputados de La Constituyente ¿Me van a acompañar?¿Me van a apoyar en la Constituyente o ustedes quieren guarimba (calificativo que usa el Gobierno para definir las protestas opositoras)? ¿Ustedes quieren violencia? ¿Ustedes quieren muerte? Los que queremos paz y vida vamos a la Constituyente”. Al parecer, el mitin lo pronunció agachado ante el redil y acompañado de su esposa mientras los cuatro palmeros presentes asentían gozosos.

Valle Inclán viajado a Caracas, Max Estrella, preso de un coma megaetílico de tetra brick, Marco Aurelio despertando con sorbos de Papaver somniferum y vino, Vincent Van Gogh, Arthur Rimbaud, Charles Baudelaire, Paul Gauguin, Henri de Toulouse-Lautrec, Oscar Wilde y Alesteir Crowley, colmados de absenta hasta las cejas…

¿Dónde anda el presidente? Ha ido un momento a hablar con la vaca jefa de Gabinete … Ah, entiendo. Maduro, espejo de revolucionarios bolivarianos, ese que instara a sus más cercanos colaboradores “a multiplicarse como Cristo, que multiplicó los penes” es un innovador allá donde los haya. Nadie se había atrevido a dar protagonismo político a la vaca que da leche merengada, tolón, tolón. La Historia lo recordará por encima de Alejandro Magno, Calígula, Atila, Carlos I – hablaba en alemán con su corcel – Nerón, El Cid Campeador, Don Quijote de La Mancha y hasta Jesús Gil. Todos eligieron caballos. Nicolás optó por la vaca. Sus razones tendrá.

Sánchez Dragó inventa el 'Homo erectus'

Fernando Sánchez Dragó, al que conocí de cuerpo ausente, cuando hace muchos años leí Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España, ha viajado mucho y tal vez ha hablado demasiado. Pero así se gana la vida como otros que amarrados al lapicero caminamos como carpinteros de hoja blanca. Quizá, Dragó sea al sexo lo que Escohotado a las drogas en lo que a interés se refiere, sin descartar otras muchas áreas de la cultura en su sentido más abierto. Hace poco decía Dragó que al caminar por las calles, obviando con descaro sus 80 años, no podía dejar de mirar a las mujeres hermosas. Y, cuanto más jóvenes mejor. Hasta tal punto de seguirlas para gozar esa oscilación tan sugerente que como luna llena controla las mareas de las nalgas. Muchas serán las que lo definan como un viejo verde ilustrado. Fiel a sus ilusiones y como si quisiera enfrentarse a la muerte con el miembro como amenazador ariete – ya saben: abrir las puertas del más allá – este polémico caballero no ha abandonado la alquimia a lo largo de toda su vida. En los ires y venires, descubrió un potente afrodisiaco natural que, al parecer, los griegos usaban para potenciar con pujanza y brío sus más atrevidas orgías. Llamado es Fenugreco el empalmador mediterráneo y milenario que Sánchez Dragó ha combinado con otras plantas y vitamina B12 para llevar la contraria al tiempo y prolongar en el mismo lo que el envejecimiento aleja. El Trebol de cuerno de carnero bien condimentado ha alumbrado unas pastillas a las que ha denominado Homo Erectus aunque nada tienen que ver con la Teoría de la Evolución de las Especies. Dice Dragó, como hablara Umbral de la visión azul de la Viagra, que cuando fue cobaya de su propio invento, ya que se negó a que inventaran ellos, logró estar cinco horas con erecciones alternadas. El Fenugreco puro viene de Italia, como el Renacimiento – no otra cosa es – y Fernando, que además sabe venderse muy bien, espera contribuir al fornicio hispano o transnacional como una gran muestra de patriotismo de la que sólo hubiera podido ser protagonista Camilo José Cela y, en el terreno militar, Millán Astray.