Sobre este blog

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia,  Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.

El año del AK-47

AK-47, el fusil más fiable y extendido del planeta. (Adar Santana)

Jorge Batista Prats

Las Palmas de Gran Canaria —

Tienen la mística del monje y el espíritu del guerrero más implacable. Puede soplar el siroco con la fuerza de la arena que hace caminar las dunas, sobre la tierra derrumbar las nubes copos y copos de nieve hasta inhumarlos en ella, recibir golpes en locas carreras repletas de esquinas y trozos de muro. Nada afectará ni su cuerpo ni su alma. La sangre que en ocasiones les salpica no afectará jamás la implacable determinación de su trabajo. Aún en la noche viven alerta de vigilia y, si acaso hubiera un espacio sin sentido, su reposo no desdeña catre ni postura. No sienten la soledad. Tampoco desprecian caminar con sus hermanos. Su virtud es la ira de un universo de diabólicas guadañas. No son seres de otro planeta. No son zombis de oscuras noches y purulentos rostros. Pero están aquí. Dice Michael Hodges que forman una comunidad de unos 200 millones que vive excoriando nuestra piel en el planeta Tierra. Las estimaciones más aceptables señalan que hay uno por cada 35 seres humanos. Su nombre: Kalashnikov AK-47. El mejor fusil de asalto para matar en cualquier situación y condición.

Esos seres de madera y acero nacen a un ritmo de un millón por año. Y, aunque pudiera pensarse que es Rusia quien ostenta la más alta tasa de natalidad, lo cierto es que si nos fijamos en los detalles, veremos que aunque su cañón es de sección circular, sus ojos son oblicuos. Es China la geografía que prefieren para ver la luz. Viven mucho más que los hombres, de tal modo que en los Balcanes occidentales, en la ex Unión Soviética y en el norte de África hay decenas de millones de kalashnikovs. Fabricados en 1980 e incluso antes, aún funcionan perfectamente. Sólo en Albania, tras los enfrentamientos de 1997 desaparecieron 750.000 kalashnikovs y pasaron a engrosar el mercado de armas ilegales. En Serbia, los expertos en armamento consideran que hay hasta 900.000 y en Bosnia, alrededor de 750.000. Los analistas de la ONU advierten: “En la gran mayoría de los casos, son armas que volvieron al hogar con los soldados, a finales de los años noventa, cuando las prolongadas guerras de los Balcanes terminaron. El experto en armamento, analista y estudioso del tráfico ilegal Aleksandar Radic, asegura que ”batallones completos se llevaron las armas a sus casas. Durante los primeros años, muchos las escondieron, sólo por si acaso. Luego la gente empezó a venderlas en el mercado negro por tan poco como 100 euros“. Hoy en Afganistán pueden conseguirse por 80 y menos. Matar es muy fácil. Un AK-47 lo hace aún más sencillo. Un dato muy curioso: cuando EEUU impuso sanciones a Rusia, las reservas de fusiles AK-47 se agotaron en las armerías de Norteamérica. Por otra parte, la Organización de Naciones Unidas insiste en que Libia se ha convertido ”en un embudo gigantesco para las armas ilegales“. Según un informe del Comité de Expertos de la ONU que controla el embargo de armas en el país norteafricano, aquellas viajan desde Libia hacia otros 14 países. Aunque aún no haya evidencias de que las armas que se han usado en Europa en ataques terroristas puedan venir de Libia, la mayoría de los expertos cree que ”sólo es cuestión de tiempo que aparezcan en nuestras sociedades“.

Ivan Zverzhanovski, quien trabaja para la ONU en un proyecto específico creado para intentar terminar con la proliferación incontrolada y el tráfico ilegal de kalashnikovs, mantiene la siguiente tesis: “La hipótesis de trabajo, probablemente más correcta, es que las armas siguen la misma ruta que las drogas para entrar en el continente europeo. Un montón viene por carretera pero es el tráfico más pequeño. No hay casos de contrabando a gran escala. No vemos camiones cargados sino dos, tres o cinco pistolas automáticas o rifles de asalto desmontados en autos y autobuses”. En comparación con el tráfico de drogas, las bandas detrás del comercio de armas son a menudo “pequeños grupos muy unidos”. Las cantidades en juego son mínimas: unos cuantos kalashnikovs frente a las muchas toneladas en que se pasa la cocaína. De acuerdo con otro informe de la oficina de la ONU Contra las drogas y el crimen, “un grupo responsable de tráfico de armas puede estar compuesto por tan pocas personas como un broker bien posicionado y los cómplices que reciben el cargamento”.

Cuando me veas, tiembla

El AK-47 es tan simple como ese psicópata que va cada día a la oficina, tiene en su barrio fama de buena persona, es educado y lleva una vida sumamente discreta. Sin embargo, al caer la noche, coge el coche y viaja buscando víctimas para calmar su pasión degenerada. Y mata. Y viola. Y cae en la pederastia y la coprofilia. Un serial killer. Nada tiene que ver su parecer con respecto al ser. Pero su simplicidad se llama muerte. Mark Mastaglio, experto británico en balística, lo tiene muy claro. Así, afirma: “El kalashnikov tiene la virtud de ser un equipo muy sencillo. Es muy fácil de usar. Por eso hay niños de 12 años con ellos. Es resistente, funciona en todo tipo de ambientes, con la arena y el calor del desierto y también con el frío de Siberia; y aguanta donde quiera que sea almacenado. Por eso es tan popular”. Otros expertos en armas coinciden en cuatro ventajas de este fusil frente a otros: “Tiene un manejo sencillo; puede usarse en distancias más cortas que otras armas de asalto como el M-16 estadounidense; puede configurarse como automático o semiautomático; y es fiable a los largo de los años porque no se estropea con facilidad: un modelo fabricado en 1947 puede funcionar perfectamente hoy en día”. Efectivamente, el kalashnikov fue creado en 1947. Por ello, su acrónimo es AK-47. Según la Guardia Civil española, “cualquier ciudadano con licencia de armas puede comprar un rifle semiautomático de pequeño calibre para uso deportivo”. Un Kalashnikov salido de fábrica para uso civil, de 5,5mm, se puede comprar de segunda mano por unos 1.600 euros. Pero el AK-47 automático de 7,62mm, como el usado en los atentados de Francia o Turquía, está prohibido. Los servicios de inteligencia consideran que, tras el derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York, los yihadistas optaban por la inmolación con un cinturón bomba, el coche bomba y el dispositivo explosivo casero. Eran armas que podían esconderse, tenían un efecto brutal y eran difíciles de neutralizar. “El año 2015 terminó con atrocidades repartidas por todo el calendario (Charlie Hebdo, Sousse, Garissa, Túnez, Copenhague y París) y otro arma como protagonista: el AK-47. A lo largo de toda Europa, en 2015 hubo más atentados con fusiles de asalto del tipo kalashnikov que con ningún otra arma. En 2016, el AK-47 consolidó su presencia entre nosotros.

Hay múltiples historias sobre cómo nació. Aquí les dejo la que me parece más simple y ajustada a la realidad: “De todas las armas del vasto arsenal soviético, nada más rentable que el Avtomat Kalashnikova modelo 1947, más conocido como AK-47 o Kalashnikov. Es el fusil de asalto más popular del planeta, un arma que adoran todos los combatientes. Cuatro kilos de amalgama elegante y simple de acero forjado y madera que no se rompe, no se atasca ni se recalienta. Dispara cubierto de barro o lleno de arena. Es de manejo tan fácil que los niños pueden usarlo. Y lo hacen. Los soviets lo pusieron en una moneda, Mozambique lo puso en su bandera. Desde el fin de la Guerra Fría, el Kalashnikov se ha convertido en la mayor exportación de Rusia, por delante del vodka, el caviar y los novelistas suicidas”. Pesa apenas cuatro kilos sin munición, mide 87 centímetros y lleva 30 balas en su característico cargador curvado. Se estima que ha provocado más muertes desde su creación que la artillería, los ataques aéreos y los cohetes, a razón de unos estimados 250.000 aniquilados al año. Es básicamente indestructible, el arma favorita de rebeldes, revolucionarios y asesinos. Según la leyenda creada en la URSS en tiempos de Stalin, un joven comandante de tanques herido en combate, Mihail Kalashnikov, empezó a trabajar en su desarrollo ya durante la guerra. La verdad es más compleja, como analizó el periodista y ex oficial de Marines C.J. Chivers en su magistral trabajo sobre la historia del arma titulado simplemente The Gun. “El AK-47 fue producto de un complejo proyecto de desarrollo militar e industrial en paralelo al de la bomba atómica soviética. Como con el ejemplo alemán, la clave fue una nueva munición intermedia entre la de la pistola y la del rifle. En este caso, el cartucho 7,62 x 39mm”.

La mística de matar

Ya Thomas de Quincey consideró el asesinato como una de las bellas artes y Sade y Apollinaire relacionaron eros y tánatos en el proceso de búsqueda de la excelencia en el placer sexual. Un francotirador anónimo narra así lo que podríamos denominar la mística del matar: “Soy un especulador, observo tranquilo en la sombra, cual francotirador de un solo tiro, silencioso y preciso. Mi trabajo empezó, mucho antes de estar en este sitio. Ya conecté mi alma con el cuerpo, mi respiración es un solo latido. Ya planifiqué donde pongo mi mira y donde tengo la huida. Mi trabajo es vigilar sin cansarme en la espera. Mi mente se mantiene clara, limpia y concisa, truene, haga calor o llueva. Yo soy una roca en medio de la tempestad: dura, inquebrantable e inamovible. Yo soy un junco en medio de la brisa: suave, rápido y flexible. Al acechar mi objetivo, no mantengo prejuicio, de por donde aparecerá el destino. Siempre hay un camino, pero yo soy el camino. Siempre hay un pecado, pero yo soy la virtud. A la hora de la suerte suprema, es hielo lo que corre por mis venas, y aún así, a la hora de matar: mato. No pienso ni padezco, no dudo, sólo hago mi trabajo. Disparo, recojo y vuelvo a la sombra. Yo soy un especulador, observo tranquilo en la sombra, cual francotirador de un solo tiro, silencioso y preciso”.

Epílogo

Omar Kheyam: “Como saber no puedes del mañana, la angustia que te causas está cimentada en una ficción”.

No obstante, ten cuidado con el AK-47. No tiene amigos. Ni piedad.

Ah, y no te descuides con los grandes camiones.

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Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia,  Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.

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