La Fiscalía eleva en 8 años su petición al imputar también conspiración a los acusados

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha elevado en ocho años su petición de pena de prisión para los once acusados de formar una célula islamista que pretendía atentar contra el metro de Barcelona, al imputarles también un delito de conspiración para la comisión de un delito de estragos, con lo que las condenas solicitadas por el Ministerio Público van desde los 17 a los 26 años de cárcel.

A pesar de que el fiscal Vicente González Mota mantiene que el dispositivo policial establecido en torno a la célula se activó tras la llamada “dramática y urgente” del testigo protegido identificado como 'F1' que alertaba de una “acción inminente”, no se acusa a los procesados de un delito de tentativa de atentado, ya que no se les encontró material explosivo suficiente para cometer la acción terrorista que, según el Ministerio Fiscal, pretendían llevar a cabo en el sistema de transporte público de la Ciudad Condal.

De esta manera, a los once procesados --Mahroof Ahmed Mirza, Mohammed Ayud Elahi Bibi, Ahmed Hafeez, Qadeer Malik, Sahib Iqbal, Mohammed Tarik, Roshan Jamal Khan, Mehmooh Khalid, Inram Cheema, Mohamed Shoaib y Aqeel Uhr Rehman Abassi-- se les acusa de un delito de conspiración para la comisión de un delito de estragos y de otro de tenencia de material explosivo. Además, Mahroof y Elahi Bibi se enfrentan a un delito de pertenencia a organización terrorista en grado de dirigente y el resto, en calidad de miembro. Por otra parte, el fiscal ha retirado la acusación de falsificación de documento oficial a Qadeer Malk.

Por su parte, la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), que ejerce la acción popular en la causa solicita 315 años de prisión para cada uno de los procesados, a quienes acusa del delito de atentado en grado de tentativa o de conspiración para la comisión de un atentado.

Según el juez Ismael Moreno, que se encargó de la instrucción, los presuntos terroristas pretendían cometer su acción entre los días 18 y 20 de ese mismo mes. El magistrado defendió en un auto que la célula había adquirido capacidad para realizar un atentado, si bien “el material explosivo incautado no tenía suficiente capacidad destructiva para causar estragos”.

Durante el juicio, testigos y peritos confirmaron que el material explosivo incautado --18 gramos de nitrocelulosa y perclorato potásico, procedentes del vaciado de bengalas-- no eran suficientes para realizar un atentado terrorista. No obstante, la Fiscalía, que les mantiene la acusación de tenencia de explosivos, considera que la poca cantidad de sustancias explosivas halladas no es “incompatible” con la inminencia de su acción terrorista.

Las intenciones de la célula fueron destapadas gracias a la declaración de uno de sus miembros que cuenta con la condición de testigo protegido en la causa y que confesó el atentado al tener en cuenta que en como consecuencia de esta acción “morirían personas y niños como sus propios hijos”.

((HABRÁ AMPLIACIÓN))

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