El Gobierno no aceptará el ''chantaje y las coacciones'' de la 'kale borroka'

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, advirtió este sábado de que el Ejecutivo no aceptará “nunca intimidaciones, coacciones o chantajes de nadie” para lograr la paz después de los últimos actos de violencia callejera ocurridos en el País Vasco. PSE y PP responsabilizaron al portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, del incidente acaecido durante la noche del pasado viernes en Bilbao, en el que unos encapuchados intentaron quemar a dos policías municipales tras rociarles a uno de ellos con gasolina y al otro con un spray.

Otegi, que durante la tarde de este sábado intervino en la manifestación en favor de la autodeterminación celebrada en Bilbao, respondió pidiendo que “se deje de una vez por todas de lanzar pelotas a los tejados de ETA y de la kale borroka”. El líder de Batasuna, quien retó a entablar un diálogo “político, público y bilateral” con la izquierda abertzale, añadió: “La pelota está, en primer lugar, en las direcciones de los partidos políticos de Euskal Herria y, en segundo lugar, en el Gobierno español”.

María Teresa Fernández de la Vega, en un acto del PSOE en Mahón (Menorca), insistió en que el Ejecutivo seguirá trabajando por la paz sin “cambiar de rumbo”, sin moverse “ni un milímetro” de las reglas del juego fijadas y respetando la memoria de las víctimas. “Se puede decir más alto, pero no más claro: No aceptaremos nunca intimidaciones, coacciones o chantajes de nadie”, proclamó la vicepresidenta, que volvió a criticar al PP por no apoyar al Gobierno.

A su juicio, el PP no sólo no respalda el proceso, sino que además, “retuerce la realidad hasta convertirla en un espejismo”. “¿Se puede ser más alevosamente desleal, tan vergonzosamente maledicente?”, se preguntó.

“Gravedad extraordinaria” del incidente

Mariano Rajoy, que participó en un acto del PP en Pontevedra, opinó que el Ejecutivo “está siendo chantajeado por ETA”, por lo que reclamó más determinación para acabar con la banda. Instó al Gobierno a hacer cumplir la ley, a respaldar la labor de la policía y a proteger al poder judicial, tras culparle de tolerar la “campaña” emprendida contra los jueces para “presionarles y que hagan lo que quiere ETA”.

El PSE, a través de su secretario general de Alava, Txarli Prieto, emplazó a Otegi a “desactivar la kale borroka” tras acusarle de ser su inductor, después de que dijera que iría “pueblo por pueblo” para acabar con ella si a cambio PSOE y PNV hacían lo mismo con la Guardia Civil, la Justicia y la Ertzaintza. En términos similares se pronunció el presidente del PP de Vizcaya, Antonio Basagoiti, quien incriminó a Otegi de alentar los actos violentos como los de Bilbao, que definió como “los más graves” registrados desde el alto el fuego de ETA.

La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, destacó la “gravedad extraordinaria” del episodio, si bien rehusó decir si este hecho puede marcar “un antes y un después” en el proceso. Azkarate añadió que responder a las últimas decisiones judiciales “yendo más allá” en la violencia callejera no conduce “nunca a ningún sitio”.

El portavoz de la ejecutiva del PNV, Iñigo Urkullu, coincidió en tildar de “gravísimos” los incidentes y admitió la dificultad de llevar a buen puerto el proceso mientras persista la coacción. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna (PNV), calificó el ataque a los policías locales como un “atentado perfectamente planificado”, mientras el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, subrayó “la crueldad, la sinrazón y el fanatismo de sus autores”.

Los otros dos socios de gobierno en el País Vasco, EA y EB, también condenaron los hechos. El secretario de Organización de EA, Rafael Larreina, definió a sus responsables como “los mejores aliados de quienes no quieren que Euskal Herria avance hacia la paz”.

El líder de EB, Javier Madrazo, emplazó a los dirigentes de Batasuna a acabar con la violencia, porque de lo contrario -añadió- quedarían “inhabilitados políticamente y éticamente ante la sociedad vasca para hablar de diálogo, reconciliación y convivencia”. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, convino en que la desvinculación de Batasuna de la violencia es un “requisito indispensable” para que avance el proceso de paz.

A las reacciones de los partidos se unió la del presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, quien declaró que las palabras de Otegi y los actos vandálicos están “dejando en evidencia al Gobierno”. El sindicato de la Ertzaintza Erne, por su parte, señaló que lo acontecido en Bilbao demuestra que hubo “una intención de asesinar” a un policía local.

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