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Miles de personas en toda España secundan las protestas contra ETA

Miles de personas secundaron este lunes las concentraciones silenciosas convocadas por la FEMP ante los Ayuntamientos en contra del atentado de ETA, que en Madrid, Barcelona, Zaragoza y algunas ciudades andaluzas estuvieron empañadas por abucheos y peticiones de dimisión al Gobierno.

La FEMP había llamado a concentrarse y guardar cinco minutos de silencio a las puertas de los consistorios a las 12.00 horas en repulsa por el atentado de ETA que costó la vida al guardia civil Raúl Centeno e hirió gravemente a Fernando Trapero.

En Madrid, en la plaza de Cibeles, decenas de personas, algunas de ellas con banderas de España, pidieron la dimisión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, y de su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, e insultaron a los concejales socialistas y al diputado Álvaro Cuesta.

A la concentración asistieron dirigentes nacionales del PP, que fueron aplaudidos, al igual que los representantes municipales del PP, con el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón a la cabeza.

El alcalde hizo un llamamiento a los ciudadanos para que dejen a un lado sus diferencias políticas en beneficio del objetivo común de derrotar a ETA y les convocó a sumarse este martes a la concentración en la Puerta de Alcalá.

Los cerca de doscientos asistentes guardaron cinco minutos de silencio, rotos en ocasiones por gritos de “sinvergüenzas”, “traidores” y “asesinos”, proferidos contra los representantes socialistas, y “vivas” a España y a la Guardia Civil.

En la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional, unas 200 personas también expresaron su repulsa al atentado, sin que se registraran incidentes; como tampoco los hubo en las concentraciones a las puertas del Congreso, el Senado o el Tribunal Supremo.

En Barcelona representantes de la Generalitat y del Parlament guardaron los minutos de silencio en señal de duelo en la plaza de Sant Jaume. Durante el acto una veintena de manifestantes que portaban banderas españolas profirieron gritos contra el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con gritos de “asesinos”, “fascistas” y vivas a España.

Carod-Rovira ejerció la máxima representación del Ejecutivo en la concentración, ya que el presidente, José Montilla, está de viaje oficial.

La concentración de Zaragoza se desarrolló con tensión y cruce de insultos entre personas que acusaron al Gobierno de haber negociado con la banda terrorista y otras que defendieron al Ejecutivo.

A las puertas del Ayuntamiento, en la plaza del Pilar, coincidieron las concentraciones convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la FEMP.

En el transcurso de los minutos de silencio previstos una mujer comenzó a insultar al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y a pedir la dimisión de Rodríguez Zapatero.

Gritos de rechazo a ETA y otros en contra de la negociación con los terroristas contribuyeron a dejar sin efecto los cinco minutos, tras los que un hombre lanzó un viva a la Guardia Civil que otro participante contestó con graves insultos.

En las concentraciones silenciosas de Sevilla, Córdoba y Málaga también se produjeron enfrentamientos dialécticos y algunos de los asistentes increparon al Gobierno por su política antiterrorista y pidieron la dimisión del presidente.

En Córdoba el enfrentamiento se produjo entre representantes de las víctimas del terrorismo y del colectivo Peones Negros mientras que en la protesta de Málaga, algunos ciudadanos increparon a los portavoces socialistas presentes, al igual que sucedió en Sevilla.

En El Tiemblo (Ávila), localidad natal de los padres del guardia civil Fernando Trapero, cerca de 3.000 personas se concentraron y el alcalde, Rubén Rodríguez, aseguró que los vecinos están “indignados, porque no se explican cómo dos guardias civiles pueden estar desarmados y rodeados de asesinos en Francia”.

Medio centenar de personas guardó cinco minutos de silencio a las puertas del Ayuntamiento de Vega de Infanzones (León), municipio del que es oriunda la familia paterna del agente asesinado, Raúl Centeno.

El alcalde, Máximo Campano (PP), dijo que “no nos podemos quedar con los brazos cruzados esperando a que nos maten” y emplazó al Gobierno a actuar.

Pamplona, las tres capitales vascas, Oviedo, Valladolid, Logroño, Santander, Baleares, Mérida o Toledo fueron otras de las ciudades que acogieron concentraciones en repulsa al atentado de ETA.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, defendieron la unidad de todas las fuerzas políticas para lograr la “derrota total” de la banda terrorista ETA, “que no es compatible con la negociación”.

En Santiago de Compostela el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, apuntó que ETA “sabe que no tiene nada que hacer” en una democracia como la española, en la que los valores de la convivencia “están asegurados”.

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