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El debate, en un tono conciliador

El formato de la cita dota al rifirrafe de mayor agilidad y frescura, llegando a provocar momentos cómicos

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

Los candidatos del PSOE y del PP a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, respectivamente, han acabado el debate electoral con un tono conciliador, concretamente cuando ambos se pusieron al servicio del otro para encarar el final de ETA, a pesar de que previamente el formato del 'cara a cara' les había llevado a múltiples interrupciones y a acusaciones de estar mintiendo a los españoles.

La libertad del formato, en comparación con debates anteriores, dotó de agilidad a la cita en la que, sobre todo después de la pausa publicitaria, llegaron a producirse momentos cómicos, que fueron recibidos con risas tanto en la sala de prensa habilitada en el Palacio de Congresos como en las zonas reservadas para los invitados al evento.

El enfrentamiento arrancó con el moderador, Manuel Campo Vidal, agradeciendo en italiano y en portugués la emisión en directo del 'cara a cara' en televisiones de estos dos países. “Se trata del debate más internacional y global de los celebrados hasta la fecha”, comentó. Al término del mismo, citó a Gabriel García Márquez para agradecer que ambos partidos se hubieran prestado a esta “tradición” en la que se demostraba, según él, que la palabra no queda desplazada por la imagen.

Rajoy primero y Rubalcaba después arrancaron sus intervenciones recordando al militar asesinado ayer en Afganistán, Joaquín Moya Espejo. Durante el debate, Rubalcaba ha mirado más a cámara ya que, a diferencia de su rival, ha evitado leer sus intervenciones. También ha interrumpido más a su adversario y le ha interpelado directamente sobre el contenido del programa electoral del PP, que tenía sobre la mesa y del que citaba páginas concretas y leía párrafos enteros -“qué demonios quiere decir”, le ha espetado--, llegando a ironizar que conocía su contenido mejor que Rajoy.

LAPSUS CON ZAPATERO

Rajoy tuvo dos veces el mismo 'lapsus' y llamó a su interlocutor “Rodríguez Zapatero”, en alusión al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien dijo que se había enfrentado en 2008. “Lo recuerdo bien, le ganó entonces”, bromeó Rubalcaba.

El líder del PP acusó en más ocasiones a Rubalcaba de pronunciar “insidias” y de decir “falsedades” y se quejó de las interrupciones del candidato socialista. “Es que no puedo hablar”, dijo. “Ahora es usted quien me interrumpe”, le devolvió después su rival del PSOE. “Déjeme hablar, si no le va tan mal el debate”, ironizó Rajoy. El moderador recordó que las interrupciones estaban, en cualquier caso, permitidas, y que se contaría el tiempo que utilizase cada contendiente.

Aunque Rajoy arrancó el debate leyendo casi toda su primera intervención de dos minutos, mirando directamente a cámara, después el debate fue más ágil. No obstante, ambos echaban mano de sus papeles (que Rubalcaba llevaba en una carpeta roja) y el candidato 'popular' recurría más a ellos en sus últimas intervenciones de cada bloque para no dejarse nada en el tintero.

El primer momento tenso llegó cuando el aspirante socialista puso sobre la mesa unas supuestas declaraciones de Rajoy al periódico argentino 'La Nación' en las que apostaba por una revisión del seguro de desempleo. “Como sé cómo es usted, sabía que me lo iba a sacar”, le replicó el candidato del PP, aclarando a Rubalcaba que el propio redactor de esa información se excusó por haberle malinterpretado.

NO ME ESPERABA QUE FUERA TAN BURDO

El sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero insistió en que el PP ha anunciado una revisión del seguro de paro, a lo que Rajoy respondió acusándole de “mentir” y decir “insidias”. “No me sorprende, pero no me esperaba que fuera tan burdo”, le confesó. En ese rifirrafe llegó la primera interrupción, en este caso de Rubalcaba a Rajoy y ambos se enzarzaron en la defensa de sus posiciones durante varios minutos.

Mientras Rubalcaba acababa dando por hecho que Rajoy iba a bajar las prestaciones por desempleo, el candidato del PP se aferraba a un decreto ley que, según recordó, recortó el derecho al paro en 1992. “No sé lo que dijo en 'La Nación', sé lo que dijo en el Washington Post”, terminó reconociendo Rubalcaba, explicando que el diario estadounidense se hizo eco de las supuestas declaraciones de Rajoy en Argentina.

NO HABLA FRANCÉS

En otro momento del debate, Rubalcaba afeó a Rajoy que no habla idiomas, al comentar que sería necesario traducir un documento redactado en francés para que lo entienda, un comentario que su rival obvió. También le reprochó su querencia a las cifras y los “datillos”. En ocasiones, ambos se observaron mutuamente con el ceño fruncido y tomaron notas mientras hablaba su interlocutor. Mientras Rubalcaba sólo tenía un bolígrafo sobre la mesa, Rajoy llevaba dos, uno de ellos color rojo.

Como en anteriores citas de este tipo, hubo gráficos y recortes de prensa, aunque en menor cantidad que en los debates de 2008 entre Rajoy y Zapatero. Rubalcaba mostró un gran cartelón sobre la subida de las pensiones que todos los espectadores pudieron ver perfectamente, gracias también a un primer plano del realizador. Casi al final enseñó otro, pero totalmente ilegible para quienes seguían el debate. Rajoy, por su parte, aludió a un recorte de prensa, pero que los televidentes no pudieron ver porque ni siquiera le dio la vuelta al papel en el que lo llevaba fotocopiado.

En el segundo bloque, el socialista 'agradeció' al popular la “clase de primero de economía” que, a su juicio, acababa de darle. “Agradezco que me lo agradezca”, le contestó Rajoy aunque luego le especificó que él no es ningún experto en esa materia, sino que se limita a decir “cosas de sentido común”. Acto seguido le reprochó a Rubalcaba que le hubiera acusado de despreocuparse de la financiación pública al no hacer mención en su programa. “Me interesa mucho, mala conclusión”, explicó Rajoy.

Rubalcaba mencionó una supuesta transferencia de los enfermos más costosos para el Estado desde la sanidad privada a la pública en comunidades gobernadas por el PP, lo que llevó a Rajoy a elevar el tono. “Eso es mentira”, defendió Rajoy, “dígame usted con datos qué hospital hace eso”. Los candidatos se enzarzaron en acusaciones mutuas sobre su capacidad lectora o auditiva y Rubalcaba llegó a recomendar a su rival que leyera la prensa.

El socialista salió al paso de una acusación de que en 1996 la sanidad estaba en quiebra prometiendo a Rajoy que le enviaría la “cinta” del debate que enfrentó en 2008 a los responsables económicos del PSOE y del PP, Pedro Solbes y a Manuel Pizarro, donde, según él, se explicaba el “problema de contabilidad” de aquel año. Por su parte, Rajoy prometió a su rival que le haría llegar un informe de la Fiscalía General del Estado para demostrarle que estaba equivocado al dar cifras sobre seguridad ciudadana.

CONFUSION CON PUEBLOS ANDALUCES

En este punto, el debate se llenó de imprecisiones y continuas interrupciones, sobre todo cuando Rubalcaba afeaba una y otro vez de que Rajoy concurría a las elecciones con un debate “deliberadamente confuso”. “Yo al único que veo confuso aquí es a usted”, terció Rajoy. Hubo momentos dominados por una sucesión de monólogos, de forma que donde el líder del PP desmentía a su rival con un “no, no, no”, el candidato socialista respondía con un “sí, sí, sí”, o viceversa.

El tono del debate se tornó más conciliador en el tramo final, sobre todo cuando ambos coincidieron en ponerse al servicio de su rival para encarar el final del ETA. No obstante, Rajoy bromeó al decir que Rubalcaba le había dado un “estacazo” al referirse a la seguridad. “Pero cariñoso”, matizó el candidato socialista, lo que dio pie a una nueva ironía del 'popular': “Pero a quien le duele es a mí.

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