Los tedax supieron en horas que los explosivos del 11-M eran dinamita

Así lo manifestó Manzano en la jornada décimo quinta de juicio, en la que también testificaron, entre otros, el inspector jefe de tedax de la Brigada Provincial de Madrid, quien explicó que tras ver los efectos causados por las explosiones de los trenes “tenían claro” que el explosivo utilizado en los atentados no era la dinamita que había empleado ETA en atentados anteriores.

Manzano recordó que provisionalmente hablaron de Goma 2 Eco después de que la Policía Científica inspeccionara la furgoneta Renault Kangoo -localizada en los alrededores de la estación de Alcalá de Henares- y hallara en ella un trozo de cartucho de dinamita, que tras compararlo “con un cartucho que teníamos allí de las prácticas (de los tedax)”, concluyeron que correspondía con ese tipo de dinamita. Distinguió que la Policía Científica analiza los restos cuando hay “sustancia pesable”, es decir cartuchos enteros de dinamita o restos de cartuchos explosionados, y que los tedax analizan el material recuperado de las explosiones, como pueden ser “impregnaciones” de explosivo.

Por eso, añadió, su unidad se encargó de analizar todas las muestras halladas en los escenarios de los atentados, excepto las de la furgoneta, las de la mochila de Vallecas, las de la vía del AVE de Mocejón (Toledo) y las del piso de Leganés, que, según aseguró, son los “cuatro focos” en los que apareció Goma 2 Eco, un número “suficiente” para determinar el tipo de dinamita, precisó. Tras detallar que todos los restos de explosivos que se hallaron en los focos y escenarios de las explosiones estaban custodiados en la Unidad Central de tedax-excepto uno que tenía la Guardia Civil, precisó-, Manzano aseguró que “era imposible” que se contaminaran “porque allí no hay DNT (dinitrotolueno) o metenamina”.

El testigo también señaló que en todo momento “se estaba facilitando” toda la información sobre los explosivos al Ministerio del Interior y dijo: “todos los superiores tuvieron toda la información de primera mano”. Manzano explicó que a raíz de comprobar que los 7 detonadores de aluminio y de cobre, que también aparecieron en la Kangoo, eran fabricados por la Unión Española de Explosivos y de entrevistarse con responsables de esta empresa, supieron que los de cobre se servían únicamente en Asturias, León, Palencia y Cataluña.

Señaló además que el 15 de marzo determinaron que los detonadores los había recibido la empresa asturiana Caolines de Merillés, que explotaba Mina Conchita, de donde, según la fiscalía, supuestamente se obtuvieron los explosivos empleados en el 11-M.

“Ignoro todo lo que pasó con la bolsa”

Por su parte, el inspector jefe de tedax de la Brigada Provincial de Madrid destacó que tras inspeccionar los efectos de las explosiones tuvieron “claro” que “no era una dinamita corriente, tipo Goma 2 Ec o titadyne, ya que éstas no podían realizar esos efectos porque esa dinamita se deteriora”.

Además, destacó que por los cortes de la chapa de los trenes, la velocidad de detonación y el humo “más bien blanco” que produjo la explosión del artefacto que intentaron desactivar en el primer vagón del tren de Atocha, el explosivo utilizado era Goma 2 Eco, con la que, no obstante, dijo no haber realizado prácticas en su unidad. Sobre el artefacto explosivo que estaba en la mochila que se halló entre los objetos recuperados en la estación de El Pozo, este testigo señaló que procedieron a su desactivación tras observar en una radiografía que el detonador estaba “como desactivado”, mientras que Manzano dijo: “ignoro todo lo que pasó con la bolsa”.

También declaró el subinspector de la Unidad central de tedax, que halló la mochila que no había explotado en el tren de Atocha, y que la describió como de tipo “colegial, de color gris, con asas negras y que estaba boca abajo”, por lo que al considerarla sospechosa procedió a tocarla para saber su contenido, que, dijo, era una masa de color blanquecino y “como plastilina”. Al no conseguir desactivarla explotó, tras lo que llegaron a la conclusión de que contenía unos 10 kilogramos de explosivo “de gama media alta”, lo que supone que tenía una velocidad de detonación de entre 4.000 y 7.000 metros por segundo.

En esta jornada también declaró uno de los dos guías caninos que realizaron la inspección de la furgoneta Renault Kangoo en Alcalá de Henares, quien señaló que su perro policial no halló ningún indicio de que en el vehículo hubiera un artefacto explosivo, aunque dijo que, posteriormente, se enteró “por los medios de comunicación” de que se hallaron restos.

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