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Guaguas Municipales devuelve sus dos unidades ecológicas

Los dos vehículos de combustible ecológico de que dispone Guaguas Municipales están literalmente aparcados en las cocheras que la empresa tiene en El Sebadal desde hace un año por la imposibilidad de llenar sus depósitos. Esta circunstancia se produce por la negativa de la empresa Disa a trasladar hasta los talleres de la compañía a un camión cisterna, y la opción de instalar un depósito ha sido desechada por peligrosa.

La negativa de Disa sólo dejaba dos opciones a Guaguas: adquirir un depósito de gas licuado a presión e instalarlo en El Sebadal o deshacerse de los vehículos. Finalmente, se ha optado por esta segunda posibilidad, para lo que según fuentes de la compañía se ha hecho saber a Global que puede pasar a recogerlos cuando quiera.

La razón de descartar el depósito permanente es estrictamente de seguridad, según fuentes oficiales vinculadas a Guaguas. “El servicio de Prevención dijo que las cocheras no reúnen las características necesarias porque una cosa es poner gasóil y otra poner gas”, explicaron las fuentes consultadas.

En todo caso, Guaguas Municipales apuesta por contar con la infraestructura necesaria para “en el futuro” adquirir vehículos ecológicos con este u otros modelos de combustible.

Las dos guaguas ecológicas, que circulan por gas licuado a presión, fueron cedidas por Global a la compañía capitalina hace casi cuatro años. El acto de presentación se celebró en los exteriores del auditorio Alfredo Kraus y a él acudieron la entonces alcaldesa, Pepa Luzardo, el concejal que presidía la empresa municipal, Paulino Montesdeoca, así como representantes de la entidad de transporte interurbano y de Disa.

Baja velocidad

Global había cedido los dos vehículos a Guaguas por la imposibilidad de la primera compañía de utilizarlos en recorridos interurbanos. La baja velocidad y las dificultades para afrontar cuestas fueron los argumentos que esgrimieron los rectores de la empresa para decidirse por el préstamo.

En Guaguas se acogió muy bien la iniciativa, hasta el punto de que de inmediato se pusieron a circular por la zona baja de la ciudad, fundamentalmente la línea 1, que une el teatro Pérez Galdós con el Puerto. Sin embargo, en los primeros años la inyección de combustible corría a cargo de Disa, que trasladaba un camión hasta El Sebadal para tal fin. Pero la cosa cambió cuando a la entidad distribuidora le pareció demasiado caro ese sistema.

Según fuentes cercanas a la dirección de Guaguas Municipales, no hay merma económica para la empresa por este caso, ya que “lo único que nosotros pagábamos era el seguro y el combustible”.

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