José Miguel Bravo de Laguna

Iba el hombre para ministro, pero se tropezó con un pijama que arruinó su carrera. Después logró lo imposible: presidir el Parlamento y el PP al mismo tiempo. Soria acabó con él y con Nacho González de una sola mano. Vuelve a intentarlo en el Cabildo grancanario. Parece otro.

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