Reverón dice que no hay ''valentía política'' para evitar las obras ilegales

El alcalde del municipio turístico de Arona (Tenerife), José Alberto González Reverón, ha señalado que en los últimos años no ha habido “valentía política” para evitar en Canarias la construcción ilegal porque se ha pensado “en clave electoral y política”. El nacionalista, aunque ha reconocido que la calidad de vida en su municipio “es mejor”, hizo hincapié en el desorden urbanístico existente tanto en su municipio como en el resto de las islas.

“Hay que reconocer que ha habido un desorden urbanístico en dos líneas: no sólo la construcción legal que estaba prevista y que ha sido invasiva, sino, por otro lado, no se ha tenido la valentía de decir --porque se piensa en clave política y electoral-- que es la cantidad de viviendas ilegales e irregulares que han salpicado el territorio y que han producido un daño y un perjuicio visual, ambiental y territorial brutal”, explicó González Reverón en declaraciones a Europa Press.

“Basta ir con el coche para ver las invasiones en espacio marítimo terrestre y en espacio de montaña. Al final, hay que reconocerlo públicamente, la gente viene por el clima porque ha habido un deterioro”, destacó el primer edil del municipio turístico.

En su opinión, la actual situación de crisis lleva a políticos, empresarios y ciudadanía a hacer una reflexión. “El punto de inflexión ha llegado ahora. Esto tiene que ser el fin de una etapa y el principio de otra, donde el sector de la construcción no puede tener el peso que ha tenido en los últimos 15 años; debe ser una actividad complementaria, sobre todo con la fragilidad territorial en un espacio limitado por el mar”, reflexionó Reverón.

Menos construcción y más turismo

“La construcción ha de ser un complemento más que actividad económica, pero la actividad fundamental, lo que va a generar calidad de vida es el sector estructural, el turismo, para apostar por la calidad y la excelencia, con la rehabilitación del espacio público y el privado, que deberá rehabilitarse de forma inherente, y esto pasa por un cambio en la economía, pero señalemos el camino porque llevamos años hablando del cambio y la diversidad económica pero no se ha dado un paso al frente”, añadió este vecino de Buzanada.

La construcción no puede seguir siendo el motor de la economía, sino que “ha de ser un sector complementario y apostar por otro sector como agricultura o ganadería o las nuevas tecnologías, aprovechar el filón de energías renovables --no puede ser que Alemania acumule energía solar y nosotros que la tenemos no la aprovechemos--. Éste ha de ser el fin de un ciclo”.

A su juicio, el eslogan del empresario de la construcción es que no tiene dinero y “en los últimos 15 años han ganado más que en los últimos100 años, pero el empresario no va a reconocerlo”.

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