La renovación turística cuesta 250 millones

Salvador Lachica / Salvador Lachica

Sin dinero no hay posibilidad de que la nueva Ley de Modernización y Renovación Turística de Canarias pueda aplicarse con garantías de éxito. Así, al menos, lo considera la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel). Concretamente, 250 millones de euros para renovar la planta obsoleta.

En un documento de 20 folios en los que analiza el proyecto que será aprobado la próxima semana por el Parlamento, la patronal hotelera tinerfeña incide en que “el aspecto financiero es fundamental”, pues la legislación “no tiene sentido en los momentos actuales de falta de créditos bancarios si no se articula una ficha financiera”.

Por ello, y además de ser “necesario habilitar líneas de crédito para los hoteleros que promuevan las reformas necesarias en sus instalaciones”, consideran “interesante” que el sector pudiera seguir accediendo a la subvención denominada Incentivos Económicos Regionales 2007-2013, “que ha permitido hasta ahora sufragar entre el 13% y el 15% de cada proyecto de renovación”.

Si a esto se une la apertura de la citada línea de crédito en condiciones favorables, “esta importante operación de renovación tendría buenos resultados”.

“Grosso modo, nuestros asociados necesitarían en conjunto unos 250 millones de euros para renovar su planta obsoleta”, afirma la patronal.

Una renovación que afectaría sobre todo a los hoteles de 4 estrellas, pues con el proyecto que se aprobará será imposible edificar nuevos edificios, por lo que las nuevas camas en este tipo de establecimientos solo podrán llevarse a efecto a través de la rehabilitación.

Una rehabilitación que la patronal si considera que servirá para crear puestos de trabajo en la construcción y las industrias complementarias, aunque cree necesario que cada quinquenio el Parlamento permita poner en marcha “proyectos singulares diferenciados del resto, que permitan abrir nuevos segmentos en la demanda”.

Es decir, que Ashotel se opone a una moratoria 'sine die', ya que limita el alcance de la renovación a una parte importante del sector, el extrahotelero, que en su opinión es “precisamente el que más modernización necesita”.

Banco de camas

Pero además de las necesidades financieras y la habilitación de créditos, Ashotel cree que se debe estipular claramente en la futura ley quién y cómo se fijarán los precios de las unidades del propuesto 'banco de camas'.

Esta figura prevé que aquel hotelero que renueve su planta y que no pueda construir por falta de espacio en su establecimiento ese 50% más de camas que contempla la Ley de Medidas Urgentes, además de un 25% extra en caso de incremento de categoría, pueda ofertarlo a un banco de camas.

Por ello, Ashotel exige que “se establezcan precios máximos y un tiempo tope de dos años para colocar esas camas”, con el fin de evitar movimientos especulativos.

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