¿El negocio del amor en la red?

Corazones de madera.

Romina Cabeza Izquierdo

Listas con las aplicaciones más populares, trucos o consejos para encontrar pareja en la red, como preparar una cita real, son solo algunos de los temas que aparecen en los resultados de los principales buscadores al especificar los términos ligar a través de internet. Un sinfín de portales que ofrecen multitud de opciones, desde encontrar a alguien a partir de un test de compatibilidad para una relación estable, hasta quedar para conocer a gente nueva y compartir hobbies o aficiones. Cada vez son más los solteros que se animan a registrarse, una forma que para muchos supone salir del mismo círculo de amistades.

Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el número de singles mayores de 20 años en España se ha disparado, alrededor de los 16 millones en el año 2014. La rutina y el día a día llevan a que una gran parte de solteros opten por buscar su media naranja en internet, al considerarlo como un medio más sencillo, cómodo e incluso un medio que permite filtrar por preferencias. Un claro ejemplo de ello es Meetic, uno de los portales con mayor número de usuarios (9 millones en España), con un lema en el que afirman que son líderes de encuentros en la red al basarse en la afinidad psicológica y al ofrecer un registro gratuito durante unos días, ya que pasado este periodo dará diversas opciones de pago para poder continuar en la página. Precisamente, la mayoría de aplicaciones para citas son gratuitas en un comienzo, pero para poder optar a todos sus servicios será necesario pagar una determinada cantidad.

Adopta un tío, Badoo, Tinder, Meetic, e-darling, POF o Parship son solo algunas de tantas páginas para encontrar a la otra mitad. Ante tal cantidad de formas y medios para entablar una relación, la pregunta es ¿estamos asistiendo al negocio del amor? Como todo, por un lado, existen los defensores de esta nueva forma de ligar, y por otro, los que consideran que con ellas el romanticismo ha pasado a un segundo plano para centrarse en estereotipos y en perfiles donde cada uno luce sus mejores fotos.

No sólo los más jóvenes aprovechan el avance tecnológico para relacionarse en lo que se podría considerar el ámbito 2.0, debido a que el hecho de poder instalar mencionadas app en el móvil hace que sean más fáciles de utilizar y asequibles para todo tipo de edades.

Para la socióloga Alejandra Chinea es importante la paciencia y saber lo que se busca en dichas páginas.

– Conocer a alguien en un pub, en una biblioteca, en el trabajo o a través de un amigo parece cosa del pasado y que ahora las tácticas para ligar son otras…

Desde hace más de diez años, asistimos al cambio de las relaciones sociales. Todo ello a través de empresas que reflejan una imagen moderna, renovada y que se encargan en parte de mostrar parte de nuestra intimidad, es decir, aquello que queremos que sepan de nosotros otros usuarios.

No es fácil resistirse a esta nueva forma de relacionarnos y quizás poder conocer por la red a esa persona especial que llevábamos tiempo buscando, pero debemos ser conscientes de que, aunque las nuevas tecnologías ofrecen muchísimos avances y comodidad a la hora de ligar, al final estamos hablando con desconocidos, lo que supone una manera muy distinta a la de entablar una conversación a la habitual.

– Algo impensable hace 20 años, encontrar pareja a través de internet, pero la realidad es que hoy en día se ha convertido en algo totalmente normal. Por otro lado, supone quedar con personas que desconocemos ¿Se arriesga mucho en este sentido? ¿Supone un verdadero riesgo?

Tenemos que pensar que si ya conociendo a una persona en la calle nos puede mentir, pues lo mismo puede suceder en el ciberespacio, prestándose este último lugar más a ello. Al final, no tenemos a la persona delante de nosotros, no sabemos quién es, desconocemos sus intenciones y que es lo que realmente busca. Esto es algo con lo que debemos tener cuidado, pero tampoco debe suponer un hándicap para cerrarnos a no crear lo que se podría convertir en una bonita relación por internet.

Si lo pensamos, todo en la vida es un riesgo y mientras se sepa lo que se hace, no existe ningún problema.

– Muchas de las aplicaciones y páginas para buscar pareja requieren de previo pago, ¿podríamos decir que se trata de algo así como el negocio del amor?el negocio del amor

Está claro que nadie obliga a ello, toda aquella persona que se registra en una app es porque tiene una idea de lo que busca y si al pasar un determinado tiempo debe pagar para poder continuar utilizando el servicio, también lo hace lógicamente por voluntad propia.

Más que el negocio del amor, pues cada uno hace con su dinero lo que desea, sería más bien algo así como el negocio de nuestros datos, gustos y preferencias.

– Se suele decir que el amor aparece, pero hablamos de páginas en las que directamente se busca por filtros un prototipo, ¿podemos afirmar que estamos diseñando a esa posible persona que se convertirá en pareja?

El término diseño me parece muy amplio, yo más bien diría una selecta elección. Es algo que ya hacemos en el mundo real y en el virtual pues aumenta, ya que todas estas aplicaciones se prestan a ello al ofrecer la posibilidad en sus test de marcar qué color de ojos o de pelo te gustaría que tuviera la otra persona. Y esto es solo una parte, la mayoría ya como Meetic o Adopta un tío te dan la oportunidad también de buscar por formación académica o profesión. Así se localizan perfiles para todos los gustos.

– ¿Cuál crees que son las principales causas por las que se opta por este tipo de salidas para conocer personas y entablar así relaciones?

Por lo general se hace para salir y desvincularse del mismo entorno, al final si nos damos cuenta en cada celebración, fiesta o acto terminamos compartiendo momentos con los amigos de nuestros amigos o con compañeros de trabajo o allegados. El tema es desvincularse un poco de lo que ya conocemos, para aventurarnos a conocer otro tipo de personas con gustos afines, visitando los perfiles de usuarios es como se descubre si pueden tener o no afinidad. Sin embargo, conocer a alguien mediante la forma tradicional conllevaría una especie de entrevista en el mismo momento, al preguntar una cosa tras otra y eso podría crear cierta tensión.

Para las personas vergonzosas o con cierta timidez, es más fácil establecer una conversación en estas páginas de citas porque no están cara a cara, pueden estar desde casa sin peinar y ahorrándose el incómodo momento de tener que acercarse a otra persona en un bar, cafetería o fiesta.

– En tu opinión, ¿es fácil venderse como otra persona, con otras características para que ese otro perfil que está al otro lado de la pantalla se cree una visión idealizada de la realidad?

Delante de cualquier pantalla, ya sea de ordenador o de Smartphone, podemos ser quien realmente somos o no, eso ya depende de cada cual y de sus principios, convirtiendo cualquier movimiento o relación a través de las redes en un mundo y en una realidad paralela. No todas las personas tienen el mismo criterio para fijar qué consideran como un peligro o cuál es el nivel de normalización de ciertos aspectos presentes en las redes.

– ¿Qué le aconsejarías a alguien que no tenga pareja y decide crearse un perfil en una aplicación de citas?

Ante todo que es una forma más de relacionarse, siempre y cuando sepa lo que busca. Le diría que tuviera mucha paciencia y que no desespere. Hay personas que se pasan semanas e incluso meses conociendo a gente e intercambiando mensajes y no consiguen dar con esa mitad que destaque del resto.

Las personas se conocen poco a poco y es precisamente en ese proceso cuando nos vamos enamorando. Los tiempos han cambiado, a la vez que la forma de relacionarnos y es importante cambiar con ellos.

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