''Baena creó la maquinaria perfecta para la sumisión''

Thalía Rodríguez / Thalía Rodríguez

Se definen como periodistas apasionados. Marisol y Miguel F. Ayala lo tuvieron claro desde el principio, “¿Qué sabemos hacer? Contar historias. Pues vamos a contarlo”. Así surgieron los cimientos de lo que la propia Marisol define como “un libro necesario”.

Siempre desde el respeto hacia las víctimas y sus familias, los autores de La secta del kárate (Editorial Mercurio) han querido aportar información. Por eso han contado con la colaboración (además de consultar otras voces como los peritos que trataron a Fernando Torres Baena), del experto en sectas Pepe Rodríguez, encargado de prologar el libro, y los psiquiatras Rafael Inglott y Carlos Lamela que acompañarán a los autores durante la presentación este viernes (20.00 horas), en el CICCA de la capital grancanaria.

Confiesan que se sintieron sorprendidos cuando salieron a la luz las atrocidades que sucedieron en el gimnasio y en la casa que tenía en la playa de Vargas Fernando Torres Baena. “Este señor vivía en nuestro barrio. Desde nuestra casa se veía el gimnasio. Llevamos viendo toda la vida niños vestidos de karatecas en mi calle” comenta Miguel.

Ha sido un intenso año de trabajo, “hemos llegado a soñar con el caso kárate” aseguran. Aunque lo tienen muy claro, “ha sido un trabajo desagradable, pero no tanto como lo que han sufrido esos niños. Eso sí es un drama”.

Durante el proceso de escritura llegaron a entablar relaciones de amistad con algunas de las víctimas y sus familiares, “hay familiares que se sienten orgullosos del trabajo que hemos hecho”, aseguran.

Ambos quieren dejar claro que los protagonistas del libro son las víctimas, “Que a una persona de 56 años que lleva 35 haciendo eso lo arrincone una niña de 15. Eso es ser valiente” afirma Miguel.

Una de las sorpresas más desagradables que se llevaron los autores fue descubrir que personas muy cercanas a ellos habían sufrido abusos. “Es de las personas más malas que he visto en mi vida. Me molesta que la gente diga que está enfermo o está loco. Este señor creó una maquinaria perfecta para su objetivo, conseguir la sumisión absoluta. Hubo momentos en los que nos preguntamos si aquello era una secta o un campo de concentración”, asevera Miguel.

Piden a los padres que no lean libro buscando lo que hicieron sus hijos y no les han contado. “Mi condición de madre y mujer me ha podido en este caso”, confiesa Marisol. “Cuando estaba escribiendo sobre la chica que destapó el asunto llamé a su madre para decirle que su hija es una niña muy valiente. Me dio las gracias y me dijo que un día hablaríamos”.

A la hora de buscar editorial, Marisol cuenta que contactó con las periodistas Nativel Preciado y Pilar Eyre para que les recomendaran a dónde dirigirse, “hubo editoriales que nos dijeron que a sus lectores no les interesa este tema”, asegura sorprendido Miguel, “nos llegamos a plantear la autoedición, hasta que contactamos con la editorial Mercurio, donde enseguida se mostraron muy interesados”.

Un libro dedicado a los periodistas

La secta del kárate está dedicado a los periodistas. “Hemos hecho este libro porque pensamos que los periodistas sirven para eso, para que levanten las alfombras” afirma Marisol.

Los autores aseguran que los medios canarios trataron el tema con profesionalidad, “hay compañeros de tribunales que tuvieron acceso a una información muy delicada, como nosotros, y no la utilizaron”. Aunque no opinan lo mismo de algunos medios nacionales, “hubo periodistas de medios nacionales que se dedicaron a perseguir a los niños. La familia de uno de ellos tuvo que mudarse”, señala Marisol.

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