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Condenado a ocho años por apuñalar a una prostituta en Lanzarote

La Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a ocho años de prisión a un marroquí, Rachid Ben Allal, de 27 años, que intentó matar a puñaladas a una prostituta a la que frecuentaba en Arrecife (Lanzarote).

Además de la condena por un delito de asesinato en grado de tentativa, el tribunal también ha sentenciado al agresor al pago de un indemnización de 12.376 euros a la víctima, y le ha impuesto la prohibición de acercarse a ella durante diez años.

La sentencia considera probado que el 9 de junio de 2005, Rachid Ben Allal, sin antecedentes penales, acudió al Bar La Malagueña de Arrecife e invitó a tomar una copa a Saida, que trabajaba como prostituta en dicho local.

Después, como había hecho en anteriores ocasiones, la propuso acudir a una de las habitaciones del local para tener relaciones sexuales “a cambio del pago del precio correspondiente”.

Una vez en la habitación, el condenado pidió a Saida que le trajese otra copa, y en el momento en el que la mujer salió del reservado, Rachid escondió debajo del colchón un cuchillo de cocina que portaba, de trece centímetros de hoja.

Cuando volvió la prostituta, el marroquí cerró la puerta de la habitación con cerrojo, cogió el cuchillo, tapó la boca de la mujer y le espetó: “yo a ti te mato”.

A continuación, y “con la intención de acabar con su vida”, según el tribunal, el agresor le asestó a la prostituta tres puñaladas en la región lumbar.

Rachid salió de la habitación con el cuchillo en la mano y se dirigió a un descampado para esconder el cuchillo.

En el momento de su detención, el marroquí confesó dónde se encontraba el arma y acompañó a los agentes en su búsqueda.

A consecuencia de la agresión, la prostituta sufrió “heridas inciso penetrantes en cavidad abdominal sin lesión de vísceras”, de las que tardó en curar sesenta días “durante los cuales estuvo incapacitada para sus obligaciones habituales”, dice la sentencia.

Según el tribunal, “por la localización y entidad de las lesiones” sufridas por la víctima, de no haberse procedido a su inmediata intervención médica, “se hubiese producido la muerte de la lesionada”.

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