Detectan nuevas drogas de diseño en expansión en las zonas de ocio

Unas pastillas blancas con motas de colores, denominadas arco-iris, que producen efectos estimulantes, y una sustancia líquida e incolora, llamada GBL, depresora del sistema nervioso central, son algunas de las nuevas drogas sintéticas en expansión que se consumen en las zonas de ocio en España.

Así lo explicó el experto de la Guardia Civil, Juan Llorente, de la Unidad Técnica de Policía Judicial del Departamento de Análisis Criminal, quien precisó que las drogas de diseño llegan a España por carretera desde Holanda y Bélgica, donde se encuentran los mayores laboratorios de Europa de este tipo de estupefacientes.

En marzo de 2006, la Guardia Civil y la Policía Nacional intervinieron en una operación conjunta 31.000 pastillas con el logotipo del tiburón, que, en principio, se pensó que era éxtasis, pero los análisis químicos demostraron que era MCPP.

Se trata de una piperazina, con unos efectos semejantes al éxtasis, pero con mayor toxicidad y peligrosidad, que se ha detectado en los dos últimos años en España asociada al ocio nocturno.

Esta sustancia no está incluida en las listas internacionales para el control de los precursores químicos -elemento esencial para la elaboración de una droga-, lo que está contribuyendo a su expansión.

Los comprimidos de MCPP, una mezcla de un antidepresivo y un estimulante, producen molestias estomacales y renales, dolores de cabeza y reacciones de pánico y ansiedad.

GBL y alcohol, arma letal

En Málaga, el año pasado se intervino una sustancia que inicialmente se pensó que era ácido gamma hidroxibutírico ó GHB, comúnmente llamado éxtasis líquido, pero los estudios químicos posteriores permitieron determinar que era gamma butirolactona (GBL), que la organización obtenía de operadores químicos.

El GBL es un compuesto diferente al GHB, pero es un precursor metabólico del GHB, de modo que cuando se ingiere el primero, se sintetiza con el agua del organismo y se logran los mismos efectos que con el segundo como psicotrópico, que altera el estado de ánimo.

Este producto, que se presenta en estado líquido en botellas de cristal, dado que es un disolvente plástico de uso cotidiano en la industria química, está disponible en establecimientos de suministros químicos.

Este compuesto no está sujeto a fiscalización, pero está incluido en un convenio de colaboración entre las fuerzas de seguridad y la industria química al que los operadores del sector se adscriben de forma voluntaria para dar cuenta de las operaciones sospechosas.

Si se mezcla con alcohol -algo muy frecuente porque se consume en zonas de ocio-, aumenta la peligrosidad del producto, que puede alterar el ritmo cardiaco y respiratorio, además de provocar confusión, amnesia, vómitos y, en caso de sobredosis, la muerte.

La ketamina, 'speed', ansiolíticos y 'subutex'

La policía ha intervenido también clorhidrato de ketamina, un potente alucinógeno utilizado como anestésico, que se remitía a España por paquete postal desde el Reino Unido, aunque la sustancia procedía de la India. También estaba involucrado un trabajador de un hospital de Málaga, que tenía acceso a este producto medicamentoso, lo extraía y lo distribuía en el mercado ilícito.

La ketamina, que se presenta como producto farmacéutico con el nombre de ketolar y disuelta en agua, tampoco está sujeta a fiscalización, aunque se halla controlada a través de la Ley del Medicamento, y es muy difícil de detectar para un agente policial, porque no hay reactivos químicos para hacer pruebas in situ.

Cuando la ketamina está disuelta en agua, antes del consumo, se introduce la solución en un microondas para obtener, por evaporación, el polvo blanco de ketamina, que se aspira por vía nasal como la cocaína.

El uso de la ketamina puede acarrear problemas físicos y mentales tales como delirio, amnesia, deterioro de la función motora y dificultades respiratorias, potencialmente mortales.

Fuera del ámbito de las drogas, pero usadas para los mismos fines, se está detectando un uso inadecuado de medicamentos como los tranquilizantes (ansiolíticos) derivados de benzodiazepina -tranxilium y trankimazin- y una sustancia denominada subutex, que sustituye el tratamiento con metadona para evitar la dependencia de la heroína, que todavía tiene escasa presencia en España.

En el campo de las drogas de diseño, la Unidad de Policía Judicial de Cantabria desarrolló una de las operaciones más importantes del año, en la que se intervinieron 100 kilogramos de speed (sulfato de anfetamina) y fueron detenidos dos policías autonómicos vascos, entre otros.

Llorente indicó que España no es un país productor de estupefacientes, sino una puerta de entrada y un importante consumidor de drogas, por encima del resto de los países europeos.

Las drogas de diseño están ligadas a los lugares de ocio. En 2005 las fuerzas de seguridad realizaron aprehensiones importantes en diferentes puntos de Baleares, Madrid, Toledo, Sevilla, Valencia, Tarragona, A Coruña y Vizcaya.

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