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El G8 no pactará una reducción de gases de efecto invernadero

El comunicado final de la cumbre del G8 no incluirá límites específicos a la emisión de gases que provocan el efecto invernadero, como deseaba la canciller alemana, Angela Merkel, según dijo este miércoles un alto funcionario de EEUU.

“Hasta que no tengamos a todas las partes sentadas a la mesa, no se verá una meta” para reducir esos gases, según dijo este miércoles Jim Connaughton, el principal asesor ambiental del presidente de EEUU, George W. Bush.

En declaraciones a los periodistas en una de las salas de prensa de la cumbre, localizada en la ciudad de Rostock, Connaughton descartó que EEUU vaya a ceder a la insistencia alemana de que los ocho países más industrializados del mundo se comprometan durante la cumbre a limitar el calentamiento del planeta mediante objetivos precisos.

Merkel ha propuesto que los ocho grandes prometan tomar medidas para que la temperatura mundial sólo aumente dos grados centígrados como máximo, antes de caer.

Para alcanzar ese objetivo, en 2050 las emisiones de los gases que provocan el calentamiento terrestre deberían ser la mitad que el volumen registrado en 1990, según los expertos.

El mayor contaminante no apoya la idea

No obstante, EEUU, que es el país que más contamina en el mundo, no apoya la idea.

“Estados Unidos no ha concluido su propio proceso para decidir cuál debería ser la meta a largo plazo, así que en este momento no estamos preparados para adoptar esa propuesta”, dijo Connaughton.

Bush aceptó la semana pasada por primera vez la idea de colocar un límite a las emisiones mundiales de gases que ocasionan el calentamiento global, pero quiere que esa meta se marque tan sólo después de 18 meses de conversaciones lideradas por su país.

“Estados Unidos podría poner un límite a sus emisiones, junto con Europa, pero si los otros países importantes no forman parte de esa ecuación las industrias nuestras que usan mucha energía se trasladarán a esos otros países”, explicó.

Eso provocaría pérdidas económicas, problemas sociales y aumentaría las emisiones en los países receptores de las empresas, dijo Connaughton.

El asesor de Bush explicó que las negociaciones que propone la Casa Blanca, en las que participarían “entre 10 y 15” países, no funcionaría al margen de la ONU, que a finales de año comenzará el debate sobre un pacto que suceda al Protocolo de Kioto, que vence en 2012.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha dicho no entender por qué se necesitan las negociaciones paralelas organizadas por EEUU, cuando ya existe el foro de Naciones Unidas.

Brasil es uno de los países que Connaughton mencionó como posibles participantes, pese a que Lula ha señalado esta semana que Washington no ha contactado a su Gobierno sobre el tema.

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