El Gobierno canario sabe que el 'Oleg Naydenov' ha contaminado la pesca, aunque dentro de parámetros permitidos

Un ave sobrevuela una mancha de fuel del 'Oleg Naydenov'. (GREENPEACE)

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

El Gobierno de Canarias conoce que el pescado que se pesca en el suroeste de Gran Canaria está contaminado tras el vertido del pesquero ruso Oleg Naydenov, hundido el pasado 14 de abril a 15 millas (27 kilómetros) al sur de Maspalomas (Gran Canaria) tras haber sufrido un incendio en el puerto de Las Palmas cuando estaba a punto de salir a faenar con 1.400 toneladas de fuel en sus tanques.

Desde el primer momento el Ejecutivo, a través del Servicio de Toxicología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (SERTOX), ha venido tomando muestras de las especies marinas que son consumidas por el ser humano, dando todas resultados positivos para el consumo dentro de los parámetros permitidos. Sin embargo, el pasado 1 de julio la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca ordenó repetir unos análisis después de que las pruebas que realizaron dieran un parámetro anómalo, en concreto al encontrar niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) más altos de lo normal en una captura del 15 de junio, aunque dentro de niveles aptos para el consumo humano.

Los HAP representan uno de los grupos de contaminantes ambientales más importantes, calificados como cancerígenos, de gran persistencia en el medio y de gran capacidad de bioacumulación en los tejidos de los organismos vivos. Esto significa que los contaminantes disueltos en el agua son absorbidos por los organismos vivos, y a medida que subimos en la cadena trófica estos tóxicos se van acumulando en los tejidos de las diferentes especies de peces, de tal forma que pueden llegar al ser humano en concentraciones peligrosas para la salud.

El Gobierno contó a este periódico que los test se realizan comparando pescado fresco con pescado ahumado y que este pescado fresco, sobre los niveles del ahumado, dio un parámetro “un poco alto”, por lo que la Viceconsejería de Pesca solicitó un aclaratorio para que se revisaran los exámenes. Así, explican que estas analíticas posteriores reflejaron que “de momento no hay peligro alguno” y que la presencia de hidrocarburo “suele estar alta en algunos casos”. El SERTOX, cuestionado por este digital sobre las pruebas que realiza, comentó que las explicaciones sobre su trabajo solo las puede realizar el Ejecutivo autonómico.

¿Por qué se realiza esta comparación entre pescado fresco y ahumado? Según biólogos consultados, el pescado ahumado al ser producto de una combustión adquiere restos de combustibles, por lo que se suele utilizar como parámetro de referencia. No obstante, otra experta sugiere que para saber si un pescado está contaminado se debe realizar la prueba con una muestra limpia o con otro que ya tenga intoxicación con hidrocarburos, y no con otra que ha sufrido una transformación fruto de una combustión.

Otro de los biólogos consultados sugieren que si los parámetros de referencia son los del pescado ahumado, el hecho de igualar o superar sus niveles de hidrocarburo, como sucedió con la muestra del 15 de junio, demuestra que los ejemplares canarios tienen una toxicidad elevada. Aparte, el encontrar niveles anómalos de HAP es indicativo de que ha existido una contaminación reciente.

La Unión Europea, en su reglamento Nº 208/2005 de la Comisión de 4 de febrero de 2005 recoge que la presencia de benzo(a)pireno, el HAP que se utiliza como marcador de la presencia y el efecto de estos hidrocarburos cancerígenos, en el pescado fresco no debe superar los 2 miligramos por kilogramo, mientras que en el ahumado puede llegar hasta los 5 miligramos por kilogramo.

Ben Magec denuncia la falta de transparencia             

Ben Magec denuncia la falta de transparencia             El mayor problema para saber qué es lo que pasa con las especies que se consumen en el Archipiélago es la falta de transparencia por parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y del Gobierno de Canarias, que en ningún momento han hecho público, tal como denuncia este jueves Ben Magec-Ecologistas en Acción, las medidas que se han adoptado tras el vertido, los análisis que se han realizado ni sus resultados, por lo que por mucho que desde los organismo públicos reiteren que las capturas son aptas para el consumo humano, no se conoce los productos tóxicos que llegan a la cadena alimenticia. 

Los expertos cuestionados para esta información entienden que lo que se debió realizar desde el primer momento, de manera preventiva, era prohibir la pesca hasta que se conociera cómo había afectado el fuel del pesquero ruso en el ecosistema marino, además de que el marisqueo se tuvo que haber prohibido de inmediato desde el momento en el que se alcanza la costa. Esto ya lo había reclamado el Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás en las valoraciones dentro de la memoria final realizada por el Grupo de Rescate de Fauna y Apoyo al Voluntariado (GRFAV), quien alertaba de que “no hay valoración científica de los daños en la fauna de la costa del municipio”.

Hasta el momento la única orden conocida emitida por la Dirección General de Salud Pública fue la circular enviada a las cofradías de pescadores en la que se les pedía que realizaran desde los Puntos de Primera Venta, en una “actuación extraordinaria ante los vertidos de hidrocarburos”, un control “de las condiciones organolepticas del pescado desembarcado y etiquetado en sus instalaciones (olor, consistencia, presencia de restos evidentes en aletas, piel, tegumentos, restos en agallas o boca, etc..)”, y les recalcaba que el Reglamento 178/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo de 28 de enero de 2002 recoge en su artículo 17 que “es responsabilidad de la empresa alimentaria asegurarse de que los alimentos cumplen los requisitos pertinentes y que no ponen en el mercado alimentos que no sean seguro”.

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