Niños robados en Tenerife eran mandados a Gran Canaria

“Me dijeron que mis hermanas estaban en Barcelona, pero estaban en Gran Canaria”. Es el testimonio de Aya, una mujer que fue abandonada en la Casa Cuna de Tenerife en 1963 con sus hermanas y un hermano, y que revela el tráfico de “niños robados” en esa institución, a cargo de las Hermanas de la Caridad, hacia familias adineradas de la provincia oriental.

En aquel año, la superiora del centro era sor Juana Alonso, quien terminó por reconocer en una entrevista con El País el pasado domingo las adopciones irregulares que se llevaban a cabo en el hospicio. Como ocurrió con las hermanas de Aya, y como con tantas otras de esas adopciones clandestinas, no existe documento alguno en que los padres dieran el consentimiento a que obligaba la ley de 1958 para que sus hijos fuesen entregados otras familias.

“Yo vivo con mi padre y niega que las monjas le comunicarán nada. Cuando a mí me echaron del centro, y todavía menor de edad, las encontré en Las Palmas. Una fue llevada a Las Palmas de Gran Canaria, otra a Montaña la Data, otra fue ofrecida a una familia de Las Palmas a los cuatro años, y a mi hermano lo llevaron a Telde. A mí misma estuvieron a punto de adoptarme, pero por lo visto, se perdieron los papeles”.

Poco a poco salen a la luz relatos estremecedores. Una de las hermanas de Aya, Milagros, fue entregada con seis años a un matrimonio en Montaña la Data, al sur de Gran Canaria; su hermano fue dado a una familia en Telde, con año y medio de edad, pero lo devolvieron a la Casa Cuna al cabo de cuatro años.

A su vez, Milagros tiene una hermana gemela. “Desapareció, pero no murió. Las dos nacieron en el Hospital Materno de Puerto de la Cruz el 7 de julio de 1962”, sostiene Aya. No hay indicio alguno de la muerte de esa niña.

“La mayoría, a Gran Canaria”

Como estos casos, hay decenas más. Niños y niñas, muchos de ellos bebés, fueron presuntamente quitados a sus progenitores y llevados a la Península, pero también a la provincia de Las Palmas. Los busca el Colectivo Sin Identidad, filial en Canarias de la Plataforma estatal de niños robados, que sostiene que la mayoría de los niños de la Casa Cuna adoptados ilegalmente “iban a Gran Canaria”.

La relación de las religiosas responsables de la Casa Cuna de Tenerife con Gran Canaria es estrecha. Sor Juana Alonso, hermana de la Caridad, superiora del centro entre 1951 y 1970, nació en el municipio de Gáldar, al igual que su hermana sor María Alonso, y al igual que la primera superiora de la Casa en los años cuarenta, cuando se creó en plena efervescencia del Franquismo, sor Francisca Calista Marrero.

“Toscano no nos representa”

Colectivo Sin Identidad (sinidentidad@gmail.com), cuya abogada es Natalia Domínguez Castilla, se constituirá en una Plataforma para toda la Comunidad Autónoma en conexión con la Plataforma de Niños Robados en España. La portavoz del Colectivo es Liberia Hernández, otra niña robada a su madre desde la Casa Cuna con 8 años para darla a una familia en Alcoy.

Domínguez Castilla fue quien reveló a CANARIAS AHORA los abusos sexuales sobre internos y ex internos que hasta enero de 2010, y durante dos décadas, perpetró un cuidador de la Casa Cuna, lo que a su vez destapó los habituales malos tratos y adopciones sin ningún control judicial y a espaldas de los padres biológicos.

El Colectivo Sin Identidad pide que no se les vincule con Antonio Toscano, presidente de la recién nacida Prodin, ya que no les representa.

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