Regresan a la naturaleza dos águilas víctimas de disparos e intoxicaciones

El coordinador del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo, Pascual Calabuig en la suelta de dos águilas ratoneras y un alcaraván

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

El Cabildo de Gran Canaria ha devuelto este miércoles a la naturaleza a dos águilas ratoneras recuperadas en su Centro de Fauna Silvestre de un disparo en un ala, en un caso, y de una intoxicación alimentaria, en el otro.

Las dos rapaces han sido liberadas este mediodía en el barranco del Guiniguada, desde el mirador superior del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo, en un acto al que ha asistido el consejero de Medio Ambiente de la isla, Miguel Ángel Rodríguez.

“Tenemos que felicitarnos por el trabajo que realiza nuestro Centro de Recuperación de Fauna, que sigue siendo necesario porque todavía hay personas que disparan a los animales o ponen venenos en el campo que atentan contra su vida”, ha remarcado Rodríguez.

El consejero ha enfatizado que estas dos rapaces “han tenido una segunda oportunidad, porque alguien las recogió a tiempo y se las ha podido recuperar, pero otras no tienen esa suerte”, por lo que sigue siendo preciso hacer llamamientos a que se respete a la fauna.

El director del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gran Canaria, Pascual Calabuig, ha explicado que una de las dos águilas llegó casi en coma por una intoxicación, que en este caso no se debió a venenos, sino algún tipo de toxina natural que probablemente esté relacionada con que el animal comiera cerca de un vertedero.

El caso de la otra ave, que llegó con un perdigón de caza en un ala, revela, a su juicio, que sigue habiendo “analfabestias en el campo” que disparan contra animales de especies no cinegéticas.

Sin embargo, este veterinario precisa que los datos de su Centro de Recuperación muestran que este tipo de casos son cada vez menos frecuentes, porque la gente “afortunadamente está más concienciada” y cada vez es más raro que alguien dispare contra “un águila, una garza o un halcón”.

El Centro también ha apreciado en los últimos años una notable disminución de los casos de intoxicaciones por venenos, algo que Calabuig atribuye a dos factores: a que gran parte de las sustancias de uso agrícola que producían esos problemas están hoy prohibidas y a que los campesinos que emplean ese tipo de productos en sus cultivos están cada vez más concienciados de cómo hay que usarlos de forma segura y sin generar riesgos para la fauna salvaje.

“Los productos que se usaban antes eran verdaderamente criminales. Se prohibieron y se han retirado, aunque puede que haya alguien al que le quede algún resto. Pero ya no es lo mismo que cuando se usaba de forma masiva. Hace años, fumigar un jardín o una platanera con determinados productos significaba que todas las aves que había alrededor morían a los pocos días”, apunta su director.

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