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Segura afirma que no puede garantizar la vida de los que llegan en cayuco

La muerte de 10 inmigrantes a escasos metros de la orilla el pasado viernes sigue provocando el cruce de declaraciones entre los responsables institucionales. El delegado del Gobierno, José Segura, calificó de poca altura moral a aquellos que “juegan o trivializan” este hecho al afirmar que el Gobierno español es responsable de esas muertes por fallos en su estructura de vigilancia ya que asegura que “por más medios que hayan no podemos garantizar la supervivencia de las personas que se echan al mar”.

Así se expresó este lunes el delegado del Gobierno en un acto de reconocimiento a los tres guardias civiles que rescataron a dos de los doce inmigrantes que intentaron alcanzar las costas de Gran Canaria el pasado viernes y en la que murieron 10 de ellos a apenas 20 metros de la orilla.

Para Segura, la única manera que existe de impedir las muertes en el mar de estas personas radica en impedir que salgan de las costas africanas y que, una vez que lo hacen, “lo único que se puede hacer es ayudarles”. “Por muy sofisticados que sean o avanzados o muchos los elementos de localización, en el momento en que una persona se sube a una patera se está jugando la vida”, declaró el delegado del Gobierno canario.

Consideró que este hecho es más evidente si se tiene en cuenta que los cayucos y pateras en las que se embarcan estas personas “no reúnen las condiciones” mínimas de seguridad en el mar. “¿Quién tiene la duda de que las personas que se suben conscientemente a un cayuco lo hacen sabiendo que son embarcaciones que no reúnen condiciones”?, se preguntó Segura.

Es por esto que insistió en el hecho de que “por más medios que haya el hecho de que viajen en estas embarcaciones no va a reducir el riesgo de esta navegabilidad”, ya que recuerda que las variables condiciones del mar pueden provocar inevitablemente accidentes.

Para el delegado del Gobierno, las personas que “juegan o trivializan” estas muertes con sus acusaciones “ponen la altura de su catadura moral”. “Es fácil entre los responsables institucionales agredir verbalmente a otro y no cooperar, lo difícil es jugarse la vida para salvar otras vidas”, argumenó.

Segura aseveró que “no hay ningún lugar del mundo que garantice la supervivencia de las personas que se echan al mar”.

España no es la ONU

Y si el delegado consideró que la única forma de evitar las muertes en el mar está en impedir que estas personas salgan de las costas africanas, se cuestionó el hechos de “¿por qué no se redoblan los esfuerzos en origen para dotar de mayor vigilancia las fronteras marítimas de estos países”. Porque, según justificó Segura, “España no es la ONU”.

De esta manera quiso dar a entender que los esfuerzos diplomáticos del Gobierno español para que los países africanos refuercen su vigilancia sólo pueden quedar en eso, en esfuerzos diplomáticos de cooperación. Segura recordó que los países con los que España ha firmado convenios, como Senegal o Mauritania, son Estados soberanos y son los que dictaminan cuántos recursos disponen para este asunto y que si no existen más es porque precisamente “son los que permiten los convenios suscritos”.

“Y menos mal que Mauritania y Senegal colaboran, porque como Estados soberanos podrían rehusar esa ayuda”, concluyó el delegado del Gobierno.

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