“UGT tiene que modernizarse y nuestra candidatura ofrece las mejores prestaciones para mirar a los ojos a los gestores de esta crisis”

Macame Mesa

Las Palmas de Gran Canaria —

El secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT) en Canarias, Gustavo Santana, comienza esta semana un viaje por la Península para recabar los apoyos necesarios para sustituir a Cándido Mendez al frente del sindicato en España. Entre los motivos que le han llevado a presentar su candidatura, destaca que “hay un cambio de ciclo político, social y económico que entendemos que está reclamando un relevo generacional y que podríamos representar en nuestra figura. De esa manera, podríamos avanzar en lo que nosotros llamamos el cambio integral de UGT”. 

Afirma que el sindicato “tiene que modernizarse ya y nosotros entendemos que nuestra candidatura es la que puede ofrecer las mejores prestaciones para mirar a los ojos a los gestores de esta crisis en todos los ámbitos y poner al sindicato a la vanguardia del sindicalismo europeo, mundial y de nuestro país”. 

Al respecto, señala que “hay una dimensión, que es institucional y sociopolítica que necesita unos argumentos, una imagen y una respuesta contundente, porque la dinámica de la crisis camina demasiado rápido y no nos van a perdonar un impasse de cuatro años, ni de ocho. Quiere que el cambio se produzca ya”.

Sobre la necesidad del cambio en UGT, afirma que las bases del sindicato son las que han hecho esa reflexión, sin embargo “necesitamos es que también la tengamos en los primeros espadas”. Santana asegura que su intención es la de impulsar una Comisión Ejecutiva que convine experiencia con juventud, motivo por el que mantiene un equipo en el que intentará que se integren “mis compañeros”. 

Entre otras propuestas, aboga por que los miembros del sindicato “participen en todas aquellas tertulias y debates en donde la opinión sindical tiene que tener un peso relevante en los próximos cuatro años”.

Aunque lamenta que “yo no tengo las mismas oportunidades para presentarme viniendo de Canarias, aun teniendo los mismos derechos que cualquier afiliado de otro territorio”, concluye que “si no estuviera convencido de que el discurso que mantengo y el proyecto político que vamos a presentar es lo que quiere el sindicato, no me presentaría”.

¿Por qué ha decidido presentarse a la Secretaría General de UGT?

El paso que hemos dado es producto de una reflexión colectiva entre muchísimos compañeros dentro de la organización y también de algunas federaciones, no solo en Canarias sino también en otros territorios, porque consideramos que era el momento. Nosotros entendemos que hay dos dimensiones en el ámbito sindical: una es la que está pegada a los centros de trabajo, que tiene una respuesta muy directa por parte de las federaciones sectoriales y ahí hay que hacer un trabajo profundo; y la otra tiene una dimensión sociopolítica. Hay un cambio de ciclo político, social y económico que entendemos que está reclamando un relevo generacional y que podríamos representar en nuestra figura. De esa manera, podríamos avanzar en lo que nosotros llamamos el cambio integral de UGT.

Creemos que hay que introducir algunas cuestiones para modernizar el propio sindicato y conectar con esos cambios de los que están hablando nuestros afiliados y representantes en los centros de trabajo, pero también una sociedad que está reclamando visualizar que ese cambio también se produce en los sindicatos. Porque esta crisis ha afectado de forma importante a todas las instituciones del Estado, pero también a los sindicatos. Por lo tanto, hemos dado este paso a sabiendas que para mi tiene traumas importantes vinculados a los esfuerzos que tenemos que hacer y que repercuten directamente en mi familia. Son ellos los que me han apoyado en este proceso y, a sabiendas de que tenemos que hacer un esfuerzo y que tenemos sacrificios que hacer, teníamos que dar este paso con valentía y responsabilidad.

Habla usted en plural, ¿quiénes le acompañan en su equipo?

Conociendo cómo funciona nuestra organización, queremos ser prudentes y no queremos dar los nombres hasta el final del proceso. Sí puedo decir que tengo un equipo base de cinco personas, contando conmigo, que creo que son importantes para llevar a cabo – si ganamos el congreso, que creo que así será – un proyecto político que debe liderar la próxima Comisión Ejecutiva Confederal. Son gente joven y con experiencia, cuadros intermedios de este sindicato, de diferentes territorios, que en mi opinión tienen los perfiles y están cualificados más que suficiente para llevar a cabo elementos que considero importantes, como el que la Comisión adquiera rango político.

¿A qué se refiere?

Me refiero a que tendríamos una secretaría específica de comunicación e imagen, porque creo que el sindicato debe adaptarse a esta nueva era comunicativa y tener una respuesta inmediata en las nuevas líneas que nos dan las redes. Además, la Comisión Ejecutiva Confederal debe comenzar, a iniciativa propia, un proceso para que nuestros cuadros sindicales participen en todas aquellas tertulias y debates en donde la opinión sindical tiene que tener un peso relevante en los próximos cuatro años. Creo importante, además, recuperar la Secretaría de Política Internacional.

¿Con qué motivo?

Creo que la UGT debe liderar un discurso en el marco de la Confederación Europea de Sindicatos y en la Confederación Sindical Internacional, porque somos demasiado dependientes de la globalización que estamos viviendo y las consecuencias económicas que tiene sobre los trabajadores. Por lo tanto, tenemos que darle rango político a esa Secretaría de Política Internacional, donde creo que debemos de tener una respuesta sindical a cuestiones como son los miedos que se están introduciendo a través de este fenómeno que es el terrorismo yihadista. Países como Francia plantean la reforma de la Constitución para restar libertades de movimientos migratorios, pero entendemos que esa no es la solución, porque repercute también sobre el tratado de Schengen en la Unión Europea y sobre los trabajadores que están buscando nuevas oportunidades en un escenario global, mundial, europeo.

Muchos de los que se van en busca de nuevas oportunidades laborales son jóvenes.

En la próxima Ejecutiva Confederal tiene que tener mucho peso la representación de las mujeres y los jóvenes. Hay una Secretaría de Igualdad en estos momentos, pero creo que hay que crear la Secretaría de Juventud y priorizar la protección de nuestro Estado del bienestar. Son cuestiones que están en riesgo con todo lo que está sucediendo, como el intento de aprobar el TTIP de forma oscurantista por parte de la Unión Europea y del Gobierno de Estados Unidos. Hay que darle una proyección política con mucho peso a la próxima Comisión Ejecutiva Confederal para priorizar no solo lo que queremos defender durante los próximos cuatro años, sino también de aquí en adelante. Entiendo que las políticas de recorte, que tienen una impronta neoliberal – por no decir ultraliberal – muy importante no van a cesar y hay que ponerles freno desde ya. Creo que tenemos que conectar el cambio integral con la proyección política que le queramos dar a la Comisión Ejecutiva Confederal y con los cambios organizativos que tenemos que hacer dentro del sindicato para poder dar esa respuesta que todos necesitamos y que es urgente.

¿Qué significa exactamente que el sindicato tenga “proyección política”?

La proyección política que tiene que tener la Comisión Ejecutiva Confederal significa tener opinión y muchísima influencia social y sindical, con la que seamos capaces de modernizarnos para que nuestros recursos lleguen a los centros de trabajo y podamos acometer la acción sindical de forma nítida. Es decir, para que la formación sindical continua e integral sea una constante dentro de la organización y sirva para empoderar individual y colectivamente a nuestros afiliados. Tenemos que tener influencia para poder mirar a los ojos de los nuevos gestores de la crisis y decirles que también tenemos opinión política. Nuestra opinión política no va a permitir que se supriman libertades, ni que se siga recortando nuestro Estado del bienestar, ni que se sigan recortando los derechos laborales que nos han traído hasta este punto dramático, donde tener un trabajo no significa que no se sea pobre. Lo que tiene que ser la UGT es esa herramienta de gran influencia sindical, social y política. Los cambios sociales que se están produciendo a través de esta crisis son muy rápidos, el capitalismo es una herramienta dinámica que se está reconstruyendo y que está fortaleciendo sus bases y tiene sus consecuencias sobre el mundo social y la Unión General de Trabajadores tiene que adaptarse ya. Tiene que modernizarse ya y nosotros entendemos que nuestra candidatura es la que puede ofrecer las mejores prestaciones para mirar a los ojos a los gestores de esta crisis en todos los ámbitos y poner al sindicato a la vanguardia del sindicalismo europeo, mundial y de nuestro país.

No solo cree que será capaz de recabar los 150 avales necesarios, sino que dice estar seguro de que ganará.

Si no estuviera convencido de que el discurso que mantengo y el proyecto político que vamos a presentar es lo que quiere el sindicato, no me presentaría. El esfuerzo que nosotros tenemos que hacer es administrar nuestra convicción para decirle a los compañeros que concurran al próximo congreso que es el momento de tener la valentía que hemos demostrado para presentarnos, de que nos avalen y ganar, porque en democracia no hay nada escrito. El que quiera escribir la historia democrática de esta organización antes de que se celebre el Congreso está equivocado y le estaría haciendo un flaco favor a nuestra organización, porque nos llevaría a un error histórico seguro.

¿Basa su candidatura en la renovación porque piensa que UGT se ha quedado anquilosada en el pasado, al igual que formaciones políticas que han perdido apoyos en favor de partidos emergentes?

En este momento estoy configurando un equipo base. Mi intención es, una vez lleguemos al Congreso Federal, tener una Comisión Ejecutiva que convine experiencia con juventud. Entiendo que vamos a vivir un nuevo ciclo, una nueva transición sindical donde ese equilibrio entre juventud y experiencia tiene que jugar un papel fundamental dentro de la organización, para armonizar los plazos y las formas en los que vamos a hacer nuestro recorrido. No es que los sindicatos se hayan anquilosado, por eso estamos hablando de modernizarlo. UGT tiene que dar un salto en su modelo de organización, que se consensuó cuando pactamos pasar de seis federaciones a tres para centrar nuestra acción en una servicios, otra de servicios públicos y otra de industria. Ahora tenemos que determinar cómo vamos a hacer para que los recursos del sindicato, que están a disposición de los afiliados, lleguen a los centros de trabajo de forma nítida. Esa es una conexión que tenemos que hacer ya. La otra es la dimensión sociopolítica que he dicho, ya que la sociedad demanda un cambio en los sindicatos, porque se está produciendo un cambio de ciclo. Hay que cambiar la visión de dónde hemos priorizado el discurso del sindicato en estos últimos años, que sí tiene que ver mucho con el pasado.

¿Cree que se han distanciado de la sociedad?

No podemos seguir centrando la prioridad en buscar o en destinar los recursos sindicales pensando que el perfil a destinar los mismos es un varón de 45 años y que viene del sector industria. Ese no es el perfil que ha dejado esta crisis y que mayor afección ha tenido, sino que en mi opinión está centrado en las mujeres jóvenes y con muchísimas cargas que las hacen más desiguales. La mayor afección de la crisis viene determinada por restar oportunidades a muchísimos jóvenes que hoy no tienen garantías de futuro y eso es lo que el sindicato tiene que afrontar y por eso mi propuesta de composición política de la Confederación a través de la Comisión Ejecutiva. Es ahí donde se tiene que reflejar que de verdad vamos a conectar. Invito a los compañeros que concurran al Congreso a que reflexionen esto con calma, porque hay muchas miradas puestas sobre nosotros, no solo de nuestros afiliados. Hay una dimensión, que es institucional y sociopolítica que necesita unos argumentos, una imagen y una respuesta contundente, porque la dinámica de la crisis camina demasiado rápido y no nos van a perdonar un ‘impasse’ de cuatro años, ni de ocho. Quiere que el cambio se produzca ya.

Llama a sus compañeros a hacer una reflexión sobre la necesidad de un cambio, ¿no se ha hecho todavía?

Esa reflexión interna existe dentro del sindicato, pero en las bases. Lo que necesitamos es que también lo tengamos en los “primeros espadas” del sindicato, permítame que lo diga así. Eso no significa que no vayan a tener protagonismo dentro del sindicato, lo van a seguir teniendo en la composición de la Comisión Ejecutiva Confederal. Nuestra idea se centra en una especie de pacto intergeneracional que recorra esta transición y tiene que tener un reflejo en la Comisión, donde el liderazgo colectivo que queremos tiene que tener una figura a través de un secretario general que conecte de forma radical con las exigencias sociales y de nuestras bases de un cambio de ciclo social, político y económico. Estamos convencidos de que eso lo podemos hacer nosotros y por eso nos presentamos, a sabiendas de que Canarias, como organismo dentro de la UGT, no tiene tanta representación como otros territorios y federaciones, pero no por eso nos íbamos a dejar de presentar. Hemos sacado una campaña en la que mostramos de forma clara a las bases y a los dirigentes del sindicato que todavía hay cierta rigidez democrática dentro de nuestra organización. .

¿Por qué motivo?

Yo tengo limitaciones incluso para poder desplazarme y hablar con los compañeros. En el ámbito de la democracia representativa, tal y como está estructurada nuestra organización, para conseguir el 25% de los avales yo parto de siete, mientras que otros lo hacen de 70. Si no somos capaces de dar un salto cultural en el ámbito democrático de nuestra organización, para dotar a los afiliados de las mismas oportunidades democráticamente – bien eligiendo directamente a su secretario general o bien rebajando el tope de los avales - estamos perdiendo muchos perfiles en el camino. Yo no desmerezco a mis compañeros, pero creo que tampoco soy menos que ellos y que mis conocimientos podrían aportar mucho más. Tal y como está estructurada la elección de la Comisión Ejecutiva Confederal, se elige al secretario general con su equipo. Si los afiliados eligieran al secretario democráticamente y con el voto directo de entre dos o tres candidaturas, se podría buscar entre todos los perfiles que posiblemente habría para que también pudieran estar. De todas maneras, vamos a intentar que confluyan el resto de candidaturas en la nuestra, por eso no quiero conformar de momento mucho más allá que el equipo base que tengo, porque el resto es para intentar que mis compañeros se integren en la candidatura que vamos a presentar.

¿Si sale elegido implantaría usted la elección directa?

Ya he presentado una enmienda en tal sentido.

¿Cree que se ha acabado el sindicalismo de masas?

No, lo que tenemos que conectar es con los medios de comunicación de masas.

Dice entonces que ha habido una desconexión en tal sentido

Por eso propongo la secretaría de comunicación e imagen. El sindicato no puede dejar de asistir a donde se le llama para debatir y aportar sus opiniones. Los medios de comunicación de masas juegan siempre un papel fundamental sobre el estado de opinión, por eso tenemos que estar ahí. Los poderes económicos y financieros también juegan un papel importante sobre lo que tienen que decir los medios, porque a veces salen noticias demasiado tendenciosas o incompletas. Por eso tenemos que estar ahí, tenemos que conectar. No se puede hablar de que se haya perdido el sindicalismo de masas, porque las manifestaciones que existieron en las dos últimas huelgas generales fueron muy importantes. Hay problemas a la hora de convocar huelgas generales en ciertos centros de trabajo, porque hay una descompensación del poder empresarial sobre los trabajadores y el miedo juega un peso muy importante sobre aquellos compañeros que aún queriendo hacerla, no pueden. Hay que buscar equilibrios constitucionales para esto. En la actualidad hay más de 300 sindicalistas procesados en nuestro país por haber hecho huelga y haber formado parte de unos piquetes por los que se les piden penas de cárcel. Esto te muestra la descompensación que tenemos. No se puede criminalizar a quien hace una huelga para después introducir un proceso penal, porque el resultado es que la gente tendrá temor a llevarla cabo por miedo a ser condenado. Hay una descompensación muy importante.

¿Existe margen de maniobra para combatir ese miedo o hay que esperar a que se deroguen la reforma laboral y la denominada ley mordaza?

En la Constitución. Nosotros estamos solicitando la derogación del artículo 345 que, en nuestra opinión, está mal redactado. Hay que reformar la Constitución, no solo para acabar con el problema catalán, con las tensiones territoriales, sino para proteger nuestro Estado del bienestar, para definir claramente que papel quiere el Estado que jueguen los empresarios y los sindicatos en el seno del reconocimiento constitucional, qué queremos para la negociación colectiva y qué protección tenemos que tener sobre el derecho a huelga. No estar a expensas continuamente de qué poder político gobierna en determinados ciclos y que intenta introducir sus ideas restando libertades, criminalizando y utilizando la Constitución. Yo lo defino en mi libro ‘El imperio del miedo’ como “la mutación constitucional” que el Partido Popular ha introducido en los últimos cuatro años para dejar un juego de tierra quemada y poder introducir ideas neoliberales con la excusa de la crisis. Algo con lo que no estamos de acuerdo.

¿Qué impresión le dio la ceremonia constituyente del Congreso y el Senado?

No tuve oportunidad de verlo, lo he leído en los medios de comunicación. Yo fui diputado en la octava legislatura, para mi es un órgano muy solemne. Lo que llamo es al raciocinio de todas las partes políticas con el ánimo de llegar a un acuerdo programático de cómo queremos sacar a nuestro país de esta crisis. Si los partidos políticos siguen pensando más en su ombligo o en un posible resultado electoral de futuro, quienes continuarán sufriendo las consecuencias de la crisis somos los que tenemos un trabajo, los que tenemos dificultades de llegar a fin de mes, los que tenemos que mantener una familia. Ellos lo dicen en el discurso de fondo, pero ahora toca ponerlo en el principal. Si todos coinciden, ¿por qué no estamos de acuerdo en sacarlo adelante? Aun habiendo vivido tensiones importantes en la octava legislatura en el Congreso, porque siempre ha existido el juego político ‘duro’ para intentar sacar una foto al día siguiente en los medios, tengamos en cuenta que es una Cámara solemne y los ciudadanos quieren soluciones. No hagamos que se terminen cansando de todo, porque sino nuestro país tendría un problema democrático.

¿Cree que siguen en campaña?

Tengo la sensación de que todos siguen en campaña.

¿Por unas posibles elecciones debido a esa falta de diálogo?

Efectivamente, por eso yo reclamaría más altura política en estos momentos para intentar conformar un Gobierno - a mi me gustaría que fuera progresista - y poner en primer término el buscar soluciones a los grandes problemas que se han manifestado en esta crisis y son urgentes. Nuestra economía, que bien gestionada tendría que centrar sus políticas sobre las personas y no sobre el capital o el pago de la deuda, depende de demasiados factores externos. La propia Comisión Europea nos ha dicho que los Presupuestos Generales del Estado son papel mojado. Sin embargo, si no se conforma Gobierno, no puede existir la aprobación de unas nuevas cuentas o una modificación presupuestaria para poder disipar cualquier tipo de incertidumbre que existiera por parte de la Comisión hacia nuestro país que, recordemos, está sujeto a un plan de rescate financiero de 41.000 millones de euros que exige un ‘memorandum’ de cumplimientos al cual tenemos que dar respuesta o se nos sanciona.

El Partido Popular nunca ha utilizado la palabra “rescate”

Existió el rescate.

¿Tiende a convertirse el sindicalismo en una mera defensa del empleo público?

No es cierto. En el ámbito del sector público es importante la acción sindical, porque al fin y al cabo sus gestores son cargos que prometen guardar lealtad a la Constitución y por lo tanto salvaguardar los intereses públicos y del empleo y del derecho al trabajo. Si no hay una defensa ahí, el sector privado lo cogerá como pretexto para aplicarlo en su ámbito. En Canarias, por poner un ejemplo, lo han hecho al revés. En su libro ‘La transformación’ el presidente de la CEOE Tenerife, José Carlos Francisco, dice que ellos han hecho un esfuerzo importante en el sector privado para reducir el empleo en un 8% y, por lo tanto, pide ejemplo al sector público para que reduzca su plantilla en el 80%. Pero ese discurso es profundamente incoherente, ahora estamos creciendo y lo teórico sería crear más empleo público y privado. En este último ámbito no se crean puestos de trabajo al ritmo que responde el crecimiento de nuestra economía y en el primero, seguimos sujetos a que no haya más contrataciones, a que los contratos temporales que llegan a su fin se recorten, a querer privatizar servicios públicos que son importantes.

En Canarias se ha producido un incremento notable en el número de autónomos, ¿qué participación real tiene este colectivo en el sindicato?

Hay un abuso importante de muchísimas empresas, en las que tradicionalmente había un trabajo asalariado y ahora existen autónomos. Posiblemente hay muchos falsos autónomos, porque las empresas entienden que se ahorran los costes sociales, que pasan a pagarlos los trabajadores que con anterioridad eran asalariados. Esto es una práctica fraudulenta. Además, hay un discurso neoliberal que alienta a los nuevos emprendedores para “salir de esta crisis”, pero nadie les da garantías de que su experiencia pueda tener resultado en esta situación, con un mercado altamente competitivo. Alientan ese discurso neoliberal para decir que la solución de la crisis está en las empresas y no en la creación de más empleo asalariado. También hay un abuso importante en la contratación de la jornada parcial, que ahorra costes a las entidades, pero no quiere decir que los trabajadores no hagan la jornada completa. Lo que no hacen es pagarles las horas extras ni compensárselas de ninguna manera. Ahí también hay una acción fraudulenta por parte de quien tiene capacidad de contratar y existe una ausencia completa por parte de los Gobiernos que podrían vigilar y armar a las diferentes instituciones que tienen que velar y atajar esos problemas.

¿Cómo actúan los sindicatos en estos casos?

Si en esas entidades tenemos representación, tenemos capacidad de actuar. De no ser así, porque son pymes de menos de seis trabajadores o empresas medianas en donde la cultura empresarial es “si montas un sindicato no tienes trabajo aquí”, tenemos muy poca capacidad de actuar. Esa capacidad la tendríamos en el ámbito legislativo o a través de la negociación colectiva y contando con la complicidad de los diferentes gobiernos para intentar atajar esta situación. Lo que pasa es que los gobiernos están mirando para otro lado. En el ámbito de Canarias, que tenemos un Régimen Económico y Fiscal, se podría introducir una ley estatal si la Administración regional lo propusiera, que estipulara que aquellas empresas que no se comprometan con el empleo de calidad, el respeto a la negociación colectiva y a la libertad sindical, no puedan beneficiarse de exenciones fiscales importantes para poder invertir en las islas, o de deducciones en África a través de la RIC o de la DIC. Nadie lo hace. Hay una ausencia de vigilancia sobre esas herramientas que liberaliza la precariedad en el empleo en Canarias. Posiblemente haya otras comunidades con las mismas experiencias, porque los Gobiernos no legislan para quienes tienen que legislar.

¿Hará una campaña de difusión para que los jóvenes emprendedores se acerquen al sindicato o le vean utilidad?

Por un lado está la secretaría de imagen y comunicación y la de juventud, que tendrán que coordinar campañas específicas para hacer el sindicato más atractivo a toda la sociedad en general, abriéndolo. Yo quiero crear una asociación juvenil en el ámbito estatal que pueda ser una herramienta para atraer a muchísimos jóvenes que, no teniendo medios ni trabajo para poder afiliarse, puedan adquirir a través de la misma la formación sindical para que tengan los conocimientos más que suficientes que les permitan saber cómo proceder cuando tengan un trabajo. En Canarias hemos constituido recientemente una asociación juvenil y quienes van a componer esa directiva serán posiblemente jóvenes que en estos momentos no son afiliados. Pero ya empiezan a adquirir formación y a saber que los sindicatos son importantes y son herramientas de relevancia constitucional que pueden ser muy útiles en un trabajo. Estas son algunas de las cuestiones que desgranaré por todo el territorio nacional para intentar que UGT se ponga en hora en el próximo Congreso de marzo de este año.

¿Y el nivel de participación real que existe entre los parados?

Tengamos en cuenta que los sindicatos de clase en nuestros país siempre han tenido como prioridad salvaguardar y proteger a los desempleados, por eso tenemos un sistema de Seguridad Social que también da cobertura a quien está en el paro. Ahora tenemos que garantizar a través de una ley – ya estamos recogiendo firmas para ella, que es una iniciativa legislativa popular - de rentas mínimas a aquellas personas que, teniendo edad de trabajar no gozan de ningún tipo de prestación ni de subsidio. Eso lo hemos cifrado en 11.000 millones de euros que tendrían que estar reconocidos en los Presupuestos Generales del Estado. Además de activar una política personalizada de búsqueda de empleo para estas personas.

¿Ha hablado con Cándido Méndez de su candidatura? ¿Cuenta con su apoyo?

He hablado con Cándido Méndez de muchas cosas. Yo no le he pedido su apoyo ni a Cándido, ni a nadie de la Comisión Ejecutiva Confederal. Nosotros partimos de nuestras propias capacidades para intentar introducir nuestro proyecto e ideas. Yo creo que eso nos da más valor. Nunca he tenido padrinos para desarrollar los diferentes proyectos que me he marcado durante mi trayectoria. Aquí hay un equipo de gente inmersa en este proyecto y esperamos ganar el Congreso, por eso estamos trabajando.

¿Cómo define la gestión de Cándido Méndez?

Cándido lleva más de dos décadas al frente del sindicato.

¿Es el que lo ha hecho viejo?

Digamos que ha evolucionado en etapas diferentes dentro de la historia y los ciclos sociales políticos y económicos de nuestro país. Cogió el sindicato en una crisis muy importante que yo no viví, pero sí he preguntado por ella y hablado con él sobre este asunto. Durante su trayectoria ha tenido que lidiar con muchísimos problemas. En su última etapa, cuando tuvimos una conversación por teléfono y me dijo que se presentaba, yo le dije que me parecía que era un gesto de responsabilidad muy importante, porque la crisis en la que ya estábamos inmersos quemaba a cualquiera. También a los líderes sindicales. Yo creo que en estos momentos las instituciones del Estado y sus líderes han transitado esta crisis de una forma muy dura y yo no tengo nada que reprocharle. Creo que ha hecho un servicio, que él sabe que llega el final de un ciclo, que le ha tocado dar un paso atrás y cuando vayamos a votar la gestión de Cándido en el próximo Congreso vamos a votar a favor.

¿Cómo define su propia gestión al frente del sindicato en Canarias?

Si soy el secretario general no puedo decir nada en contra (risas). Creo que cogimos UGT en Canarias en un momento muy difícil, que estaba inmerso en una crisis económica y política muy complicada y, después de cinco año de gestión, hemos logrado estabilizar económica y políticamente el sindicato. Creo que hemos conseguido que se apruebe en Canarias una ley que llevaba 10 años en el cajón, que es la de participación institucional de las organizaciones empresariales y sindicales más representativas, que viene a dar un marco legal y estable al diálogo social en Canarias, que no debería de haber desaparecido. Ahora tenemos que construir entre todos el modelo social, económico y de cohesión a través de ese diálogo. Esa es la invitación que estamos esperando por parte del Gobierno de Canarias, solo falta por aprobar el reglamento de la ley para empezar a trabajar sobre lo que queremos del futuro del Archipiélago.

¿Ve receptivo a este Gobierno de Canarias?

Aunque tenemos diferencias en las ideas sobre el desarrollo de algunas cuestiones, al menos lo veo receptivo. Sabemos que vamos a discutir, que la discusión va a ser dura, pero tiene que darse. En ese sentido tengo que decir que está siendo mucho más receptivo que el anterior.

¿Cuál es su calendario a seguir a partir de este momento?

A partir del lunes, 18 de enero, me voy a recorrer todo el país. No quiero dejarme ningún rincón sin visitar, aunque no existan tantos afiliados como en otros rincones. Es mi compromiso, porque creo que el secretario general próximo de la Confederación, si de verdad queremos tener más cercanía sindical, debe patearse continuamente y a iniciativa propia cuantos más centros de trabajo mejor.

¿Tiene a alguien en mente para ocupar su puesto en caso de salir elegido?

Tengo a alguien en la cabeza, la gente lo sabe, esa persona también, pero no quiere que hablemos de eso de momento, sino que vayamos paso a paso. Cuando se gane el Congreso Federal, tendríamos el ordinario de UGT Canarias en abril y ahí tendríamos que conformar equipo.

¿Si usted sale elegido y UGT hace la regeneración que usted propone, cree que eso interferirá en las relaciones con otros sindicatos como CCOO que sigan como están?

No, la unidad sindical es necesaria aun teniendo diferencias. Cuando tengo diferencias con el resto de sindicatos lo digo, eso no quita que tengamos que confluir en la acción sindical, porque cada uno tiene su nivel de representación. Los trabajadores o entenderían que fuéramos divididos a sus centros y cualquier convocatoria tendría mayor porcentaje de fracaso que de éxito. Por lo tanto, hay que mantener los principios de unidad sindical, aunque tengamos diferencias en la modernización de nuestras organizaciones. Creo que si salgo elegido secretario general, también va a provocar una reflexión en el resto de sindicatos.

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