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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

La viuda del alcalde de Fago dice que habían pensado en trasladarse a Echo

HUESCA, 17 (EUROPA PRESS)

La viuda del alcalde de Fago, Miguel Grima, Celia Estalrich, afirmó este martes que, meses antes del asesinato de su marido, el matrimonio valoró la posibilidad de dejar su residencia habitual en el municipio y abrir una casa en la cercana localidad de Echo dado el clima social que se había formado en Fago, en el que había un grupo organizado de ciudadanos opositores que, en ocasiones, actuaban con un tono “agresivo”. Estalrich indicó que no dudó de Santiago Mainar hasta que fue detenido por la Guardia Civil.

Estalrich compareció este martes ante la Audiencia Provincial de Huesca con motivo de la vista oral que se sigue contra Santiago Mainar, presunto autor de la muerte del alcalde Miguel Grima (PP), hechos ocurridos el 12 de enero de 2007.

A preguntas del abogado de la acusación popular, José María Viladés, la viuda de Grima explicó que eran conocidas las disputas entre Grima y algunos vecinos del pueblo. De estos “la mayoría no son gente del pueblo”, sino que son personas que acuden a Fago los fines de semana. También señaló que algunos de los opositores trataban de perjudicar su negocio de casa rural. Celia Estalrich explicó que había una disputa constante con “un grupo de gente tan organizada” y que actuaba “en la sombra”, aunque en ocasiones sus acciones adquirían un tono “muy agresivo”.

Celia Estalrich señaló que Grima le había trasladado, fechas antes del asesinato, su intención de no volver a presentarse a las elecciones municipales de 2007. También propuso a su mujer abandonar Fago e instalarse en la cercana localidad de Echo, tras lo cual, en la misma conversación, le mencionó las personas con las que había mantenido disputas, como Mónica Liviana, Santiago Mainar, Mariano Lanuza, Alejandro Coloma, José Ramón Mendiara, Carmen Cáceres, Alfredo y Miguel Barcos, así como los propietarios del bar. Estalrich no dudó de Mainar hasta que fue detenido por la Guardia Civil.

Días antes del asesinato, el alcalde estaba “un poco desesperado y muy cansado” porque “no estaba nada a gusto” y, de hecho, “pensaba en dejarlo”. Miguel Grima “se preocupaba en exceso”, prosiguió la viuda, quien expresó que “en cualquier sitio” hay opositores al alcalde, pero matizó que es la asamblea “de todo el pueblo” la que tomaba las decisiones, “no era él” quien las tomaba.

La reunión de alcaldes en la Comarca de la Jacetania que se celebró en Jaca el 12 de enero de 2007, fecha del asesinato, era de conocimiento público porque los medios de comunicación locales se suelen hacer eco de estos encuentros, de tal manera que este dato lo sabía cualquiera. “Me dijo que me llamaría y ya no llamó”, lamentó la viuda, aludiendo al momento en que Grima se despidió de ella para marchar hacia la reunión.

Estalrich dijo estar extrañada por el hecho de que el médico Iñaki Bidegain, quien se cruzó en la carretera con el asesino, no comunicara este extremo en la el miércoles del sábado, cuando comenzó la búsqueda del alcaldes y se localizó su cuerpo.

“ALGUIEN RAJÓ LAS RUEDAS DEL COCHE”

La viuda de Grima indicó que, el 12 de enero de 2007, la fecha en que se perpetró el asesinato, su marido marchó hacia la reunión de alcaldes en Jaca pasadas las 18.00 horas, porque el cónclave comenzaba a las 19.00 horas. Fue en ese momento cuando Grima tomó el coche por primera vez en esa jornada, dijo la viuda, quien explicó que el coche, de la marca Mercedes, sólo lo utilizaba para “hacer viajes” y nunca lo empleaba en el casco urbano de Fago, ya que “no tiene sentido” porque es un pueblo con 25 residentes censados y tiene un perímetro muy reducido.

Estalrich declaró que “un día”, tiempo antes del asesinato, volvieron a Fago en una furgoneta de su propiedad y dejaron el coche aparcado en una plaza, lugar donde alguien rajó una de las ruedas. En otra ocasión, aparcaron la furgoneta junto a Casa Tadeguaz, donde pasó la noche. Al día siguiente llevaron el vehículo a la ciudad de Huesca para que pasara la inspección técnica de vehículos (ITV), donde los empleados les advirtieron de que los frenos habían sido manipulados intencionadamente. El matrimonio “jamás” dejaba las llaves puestas en ninguno de los dos vehículos.

La manipulación intencionada de los frenos de la furgoneta propiedad del matrimonio provocó “un cambio” en la manera de actuar de Miguel Grima, que se volvió más precavido. Estalrich afirmó que “nunca” habría dejado el Mercedes con las llaves puestas junto a la casa de Mainar, “jamás”, y menos estando “un poco distante” de la residencia habitual de los Grima y sobre todo del garaje familiar.

La viuda del primer edil asesinado explicó que el entonces teniente de alcalde y este martes primer edil, Enrique Barcos, trasladó a Grima hasta Zaragoza en coche, el 3 de enero de 2007, nueve días antes del asesinato, para que visitara al médico con motivo de un “ataque de lumbago” que, en opinión de Estalrich, le pudo sobrevenir cuando en aquellas fechas Grima notó, a las 3.00 horas de la madrugada, que no había agua corriente en el pueblo y, de madrugada y en invierno, subió a los depósitos para tratar de solucionar el problema.

En verano, Grima madrugaba mucho para atender a los clientes de su establecimiento rural, Casa Tadeguaz, pero en invierno se levantaba “bastante tarde”, entre las 8.30 y las “nueve y pico”, comentó su viuda.

“EL MÉDICO DIRIGÍA A LOS OPOSITORES”

Los problemas con algunos vecinos comenzaron a producirse cuando Grima accedió a la Alcaldía, continuó la viuda, quien dijo este martes al tribunal que, días antes de que Grima fuera asesinado, el primer edil había trasladado a un amigo suyo, de nombre Asier, que tenía miedo, aunque a ella no se lo transmitió.

Estalrich, a preguntas del fiscal, apostilló que la asociación cultural 'El Carabo', que dirigía el médico Iñaki Bidegain, que este martes comparecerá como testigo, realizaba acciones contra Grima y opinó que Bidegain dirigía, en cierto modo, a los vecinos opositores a Fago, dado que “se reunían en su casa”.

En respuesta al abogado de la defensa, Marcos García Montes, la viuda de Grima explicó que, años atrás, era amiga de la ex-mujer de Santiago Mainar y conoció Fago “probablemente por ellos” y, de hecho, Mainar “intercedió” en favor del matrimonio Grima-Estalrich ante el anterior dueño de la vivienda que después compraron para que pudieran conseguir un acuerdo favorable. Después, Grima y Mainar acabaron enfrentados.

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