El caso de la bandera en Letonia podría quedar en una reprimenda

El cónsul de España en Letonia, Bernardo López, se mostró este martes “optimista” de que el caso abierto contra dos estudiantes españoles en ese país, uno de ellos grancanario, por ultrajar la bandera nacional quede en una simple “reprimenda”.

“Esperamos que todo quede en una reprimenda. Somos optimistas, pero con cautela, ya que Letonia tiene un sistema judicial diferente al español”, aseguró López en una conversación telefónica desde Riga, capital letona.

Los dos estudiantes españoles -Miguel López Beltrán y el grancanario Edén Galván Suárez- se encuentran en libertad bajo fianza, pero tienen prohibido abandonar el país hasta la conclusión del proceso judicial.

El pasado 16 de mayo, la Policía letona detuvo a los dos españoles junto a otros cinco estudiantes portugueses en Riga después de haber sido avisada de que varios extranjeros, al parecer ebrios, supuestamente habían descolgado y pisoteado una bandera letona en el malecón del río Daugava.

Al ver a los agentes, los jóvenes habrían arrojado al río dos banderas, que posteriormente fueron rescatadas por los bomberos, y además se les incautaron otras tres enseñas, que habían quitado de unos barcos atracados en un muelle.

En Letonia, el delito de ultraje a la bandera nacional puede ser castigado con penas de hasta tres años de cárcel o bien con trabajos sociales o una multa.

Según el cónsul, los dos han admitido haberse llevado banderas letonas como recuerdo, pero rechazan la acusación de ultraje a la enseña estatal de ese país báltico.

“Primero el Fiscal tiene que confirmar cuáles son los cargos que se presentan en su contra. Esperemos que el cargo de ultraje a la bandera no figure entre ellos. Todo el proceso podría llevar varias semanas”, señaló el cónsul.

Otra posibilidad sería que el caso pasara a manos de la Justicia administrativa, con lo que los dos españoles no tendrían que afrontar penas de cárcel sino una simple amonestación.

El diplomático apuntó la posibilidad de que los dos estudiantes reciban el permiso de “regresar a España”, a la espera del fallo de los tribunales letones.

“Se encuentran bien. Vienen diariamente al consulado para intentar recuperar las pertenencias que perdieron en la comisaría”, dijo.

El cónsul consideró “desproporcionada” la reacción de las autoridades y criticó duramente el comportamiento de la policía de ese país báltico, miembro de la Unión Europea desde 2004.

“Los españoles no podían hacer llamadas ni elegir a un abogado. Estaban incomunicados. Aunque la atención era mejorable, ellos no sufrieron malos tratos. En cambio, uno de los estudiantes portugueses que les acompañaban recibió una paliza”, dijo.

López tampoco fue bien recibido cuando se personó en la comisaría de policía, que demostró un total desconocimiento de “cosas básicas” como el Convenio de Viena sobre asistencia consular a ciudadanos extranjeros.

“El ministro del Interior y otros altos cargos manifestaron que son conscientes de que existen elementos incontrolables en las filas de la policía letona”, apuntó.

En cualquier caso, el cónsul recordó que las relaciones bilaterales son magníficas, como quedó de manifiesto en las recientes visitas del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, entre otros.

“La presidenta saliente de Letonia, Vaira Vike-Freiberga, habla un español muy bueno”, dijo.

Edén Galván Suárez, de 24 años y originario de las islas Canarias, quedó en libertad bajo fianza la pasada semana al alegar su abogado irregularidades procesales incurridas tras su detención, como el no haberle sido facilitado un intérprete.

El segundo ciudadano español, Miguel López Beltrán, de 25 años, estudiante de ingeniería de Telecomunicación y oriundo de Huelva, fue puesto ayer en libertad, pero tampoco podrá abandonar Riga.

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