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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El colegio Boliche acusa de ''discriminación'' al de Siete Palmas

Un grupo de padres de alumnos del colegio Boliche, en el barrio de Siete Palmas de la capital grancanaria, acusan de “discriminación” al director del colegio Siete Palmas y al inspector de zona, además de criticar a la Consejería de Educación por no haber terminado a tiempo las aulas en las que sus hijos deberían iniciar el nuevo curso escolar.

Según explica Antonio Martín Román, vocal durante tres años del APA del Colegio Boliche, que este dentro es un colegio de Infantil “adscrito” al de Siete Palmas, que es de Primaria, “por ello, los alumnos de uno y otro colegio tienen los mismos derechos. Qué pasa, que actualmente no hay aulas suficientes”. Martín Román asegura que “en febrero la Consejería nos dijo que no nos preocupáramos, pero a día de hoy, ni están hechas ni han tenido la verguenza de comenzarlas. Allí no hay técnicos, aparejadores, no hay nada, y así estamos ahora mismo”.

La propuesta que se ha planteado es que se inicien las clases en dos aulas modulares, relata este vocal. “Esta idea no gusta a los padres, aunque el malestar real de los progenitores de los 50 niños que se incorporan desde el colegio Boliche, llega por la discriminación que van a sufrir sus hijos”.

“Te dicen que educativamente es muy bueno mezclar a los niños al cambiar de ciclo para su formación, comportamiento, para todo. Entonces, ¿por qué no los mezclan en este caso?”, se cuestiona el miembro del APA. “Es la primera vez que no lo hacen y no lo entendemos porque si deben estar totalmente integrados no entendemos la segregación respecto a los dos cursos de Primaria que ya estaban en el centro. Se les ha separado”, denuncia Antonio Martín.

Sin las condiciones adecuadas para empezar las clases

Pero la preocupación de los padres no es sólo esa, sino que entienden que las aulas modulares pueden ser peligrosas. “Están apartadas. Son niños de seis años que para ir al baño tendrán que ir sólos, por una cuesta grande porque los baños están en otro lado. Además, las aulas modulares son barracones prefabricados donde van a meter a los niños todos los días durante cinco horas, y resulta que están debajo de unas torres de alta tensión”, aseguran los afecatdos.

Martín Román describe que “son barracones con una estructura metálica que cualquier campo magnético les puede afectar más. Todo riesgo que se pueda evitar a un niño hay que evitarlo, no son sillas, ni mesas ni cosas, son niños de seis años”.

El APA cree que “la responsabilidad es sobre todo de la Consejería por no hacer los deberes, por no haber construido las aulas, ya que no lo han hecho hay que ser más valientes, o quitar infantil o juntar a los niños sin hacer segregaciones, o es que esto es como los años 50 en Estados Unidos cuando los blancos iban a un sitio y los negros a otro”.

Antonio Martín anuncia que tiene claro por qué se toma esta medida: “los dejan apartados porque así sólo tienen que enfrentarse a los padres de estos niños, no con los del colegio entero. El APA del colegio no era partidario de que los niños del Boliche entraran en el colegio porque se masificaba, al no crearse infraestructuras adecuadas”.

“El APA se ha desentendido del tema, lo que ha hecho es que sus niños estén bien y los del Boliche pues ya se verá, por eso lo han segregado y no lo han juntado”, explica Martín Román. Además, declara que ni el director del colegio, Sergio, ni el inspector de zona, Miguel Afonso, ni la Viceconsejería ni la Consejería se han atrevido a reunificar a los niños, que es lo que tenían que haber hecho, por el miedo de encontrarse con la oposición de los padres de los niños que estaban en 7 Palmas.

Las responasbilidades tienen nombres propios

Los padres de estos alumnos aseguran tener claro a quien apuntar, pues “la primera responsabilidad es de la Consejería porque nos prometieron que estarían las aulas terminadas y no ha sido así, tienen que asumir responsabilidades porque esto se veía venir, llevamos así tres años. Le ofrecimos soluciones, no convocar plazas de infantil porque había dos aulas vacías que se podían ocupar, pero no quisieron porque había elecciones y no se querían enfrentar con esa situación”.

Pero no acusan únicamente a la Consejería, de hecho Antonio Martín acusa “al inspector de zona y al director del centro”. Relata que el año pasado se dio esta circunstancia y por primera vez ofrecieron modulares. Entonces, continúa el vocal del APA, metieron allí a los niños de Segundo, pero todos los padres del Colegio 7 Palmas se pusieron en contra porque sus niños habían estado en aulas y decían que por qué iban a estar en modulares.

Entonces, concluye el vocal del APA del colegio Boliche, “el director se dio cuenta y dijo que no le volvería a ocurrir, entonces han dejado a los del Boliche aparte, han hecho un grupito al que se lo dan si hay que dárselo a alguien porque los padres queremos que estén escolarizados y en el centro que les corresponden y por eso algunos padres han aceptado.

“Queremos hablar con el director y preguntarle por qué no se reunifica a los niños. También, ver el tiempo que se dará de plazo para construir las aulas porque dicen que mes y medio, aunque no me lo creo. Quiero hablar de unos coches aparcados cerca de las aulas, porque aquello es un colegio, no un aparcamiento. Y luego a partir de lo que hable algunos padres tomaremos medidas”, apunta Martín respecto al futuro.

Los padres de estos alumnos se manifiestan contrariados con la forma en que el pasado viernes se produjo la votación por la que se aprobó dar el visto bueno a toda esta situación, en la que se planteaba dar las clases en las aulas prefabricadas o seguir temporalmente en El Boliche mientras se terminan las obras en las aulas del colegio Siete Palmas.

A los padres se les dijo que había una reunión informativa, recuerda Antonio Martín. “No que había una votación, por lo que se esperaba información del inicio del curso. Pero se les pidió una votación para ver lo que se hacía con los niños y muchos padres no sabían que se iba a votar y no fueron. De los 50 niños fueron 30 padres y no es justo”.

Estamos cansados de tener que preocuparnos de cómo van a estar nuestros niños en el colegio, afirma Martín Román. “Esto no puede ser una preocupación más de los padres, la Consejería se tiene que poner las pilas y arreglar los problemas que hay, que hagan su trabajo en vez de salir en fotos y periódicos. No pueden decir que a la hora de escolarizar a los niños ha salido todo muy bien porque no es así”.

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