Los comerciantes de la zona de Arenales y Tomás Morales solicitan más presencia policial
La zona comercial de Arenales y Tomás Morales lleva años sufriendo robos de forma continuada, pero en las últimas semanas, y aprovechando la noche, varios ladrones han atracado una empresa dedicada a la venta de material para oficinas y en una cafetería. Los empresarios temen que sea una oleada de hurtos y exigen más presencia policial.
La madrugada del domingo pasado una o varias personas entraron en el establecimiento Santana Jerez y tras levantar la reja de hierro y romper la puerta de cristal, se llevaron varios ordenadores portátiles. Es el recuento realizado hasta el momento, ya que todavía no se ha efectuado el inventario.
En el otro caso, en la cafetería Abbey, hace 10 días, y en la madrugada del sábado, los ladrones se llevaron la máquina registradora. “Siempre hemos tenido delincuentes en la zona, pero esto va a peor, estoy convencido de que con la crisis económica aumentarán los robos”, apunta el propietario del establecimiento. El empresario añade que “la policía de barrio tiene muy poca presencia, pasan de vez en cuando con lo coches pero hace falta verlos a pie”.
Este comerciante espera tener pronto respuestas, ya que en su local cuenta con cámara y alarmas de seguridad. “Lo más engorroso es que te roben tienes que denunciar, ponerte en contacto con el seguro, y encima no poder abrir tu negocio porque la policía busca las huellas mientras que tú cambias la puerta por otra nueva, son demasiados gastos”, lamenta.
En una floristería próxima a este comercio robaron hace dos años “rompieron el escaparate, se llevaron la máquina registradora y un estand de tarjetas de felicitación, pero nunca cogieron a los ladrones”, cuenta la propietaria de El Arriete.
Javier Rodríguez, propietario de la cafetería La Esquina ha sufrido 20 robos en los últimos tres años. “Vienen, te rompen el cristal y se llevan un par de botellas de alcohol y ya está”. Este comerciante desea que aumente la presencia policial porque en el barrio se sienten inseguros e indefensos, a pesar de que la mayoría de los establecimientos cuenta con sistemas antirrobos.
