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Un estafador ruso alega ser activista ecologista para evitar su expulsión

Un ciudadano ruso detenido en Arona e ingresado en Tenerife II en el año 2010 al ser objeto de una orden internacional por estafa ha alegado persecusión política por sus ideas ecologistas para evitar ser repatriado a su país de origen. El Ministerio del Interior por su parte ha venido desde el año 2010 negándose a reconocer la condición de refugiado y el derecho a asilo al no adecuarse su alegato a lo contenido en la Convención de Ginebra. Además, el preso, según el Ministerio del Interior ha incurrido en un “relato genérico, impreciso e incongruente” en la explicación de los hechos que motivaron su supuesta persecución.

El preso que actualmente se encuentra recluido en Madrid III defendió ante la Audiencia Nacional la existencia de una confabulación en su contra por motivos políticos y hace referencia a numerosos relatos en los que advertía del peligro existente, incluso de muerte en caso de que tuviera que regresar a su país. Para ello apela a sus actividades políticas con referencias a datos, fechas y demás e incluso narra el intento de secuestro de sus hijos y la sustracción de su vehículo o a personas desconocidas que entraron en su vivienda y se llevaron documentación de la empresa de la que es socio. El presunto estafador avisa a los tribunales de que en su país de origen iba a ser detenido “sin motivo alguno más que el político” debido a su oposición al actual gobierno de esta nación y dice que en su región se vulneran los derechos humanos. Pero el grueso de su defensa la basa en que, según añade, la persecución de la que dice ser objeto se basa en que hace campañas a través de una organización ecologista que está en contra de la construcción de una planta química que contamina, en la que el Gobierno ruso tiene interés directo.

Sin embargo, la Audiencia Nacional, a través de un fallo recientemente emitido y que puede ser recurrido ante el Supremo, considera que existen contradicciones en el relato del detenido ya que éste presentó su solicitud para no ser repatriado una vez que había ingresado en Tenerife II en el año 2010. En concreto, el Juzgado de Instrucción número 3 de Arona acordó su prisión provisional por existir una orden detención internacional contra él por un delito de estafa. “Los hechos además tuvieron lugar después del transcurso de más de un año desde su llegada a España. Pues bien, de la presentación de su solicitud en tal momento y con tales circunstancias obtiene el Tribunal indicios razonables de que su solicitud estaba tan sólo encaminada a impedir su entrega a las autoridades de su país que, como queda indicado, habían cursado orden de detención internacional contra él”.

La Audiencia también llama la atención sobre el hecho de que las circunstancias principales que se relatan datan del año 1995. “Pero, después de esta fecha, el interesado continuó viviendo en su país y saliendo en diversas ocasiones de él y con destino a otros puntos como Estados Unidos, Grecia, Finlandia o Suecia y lo que es más importante, regresando tras dichos viajes a su país de origen”. Para el Tribunal queda claro que las causas de la expedición de la orden internacional de detención por las autoridades de su país vinculadas al delito de estafa, y no por cualquiera otro de naturaleza política, “nos llevan a la conclusión de considerar que se trata tan sólo de una excusa para eludir la acción de la Justicia de su país de origen”.

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