Un acto de homenaje y esperanza une a familiares de víctimas de Los Rodeos

Los actos en recuerdo de las víctimas de la colisión entre dos aviones de la KLM y Pan American Airlines unieron en el Auditorio de Tenerife a familiares de las personas fallecidas y de los 60 supervivientes, en su mayor parte holandeses y estadounidenses, así como a representantes de las instituciones de dichos países. La conmemoración ha sido organizada por la Fundación de Parientes de las Víctimas del Accidente Aéreo de Los Rodeos, que preside el holandés Jan Groenewoud, quien perdió a siete miembros de su familia en la catástrofe, entre ellos sus padres y dos hermanas.

El homenaje a las víctimas tendrá además carácter permanente en Tenerife tras la inauguración, prevista para esta tarde en la Mesa Mota de La Laguna, de una escultura realizada por el artista holandés Ruud van de Wint, quien falleció tras terminar la obra.

“Un antes y un después” en las normas de seguridad

El presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, dijo en su intervención que 30 años después el recuerdo lo comparten los familiares de las víctimas y el mundo entero como homenaje a los que perdieron la vida en la isla y también como esperanza, pues aquel accidente marcó “un antes y un después” en las normas de seguridad de los aeropuertos de todo el planeta.

“Desgraciadamente los 583 fallecidos de aquel día fueron el aldabonazo que removió las normas en la Aviación Civil y el desgraciado tributo que ha hecho posible que técnicos, especialistas y expertos mundiales puedan asegurar que aquella tragedia jamás podrá repetirse”, dijo Martín. El accidente de Los Rodeos jamás podrá ser olvidado por el pueblo de Tenerife y permanecerá “en la retina y en la memoria colectiva de los tinerfeños como la desdicha más grande a la que han tenido que enfrentarse”, añadió el presidente canario.

El ministro de Transporte, Obras Públicas y Gestión del Agua de los Países Bajos, Camiel Eurlings, subrayó que el monumento en recuerdo a las víctimas será “una advertencia a las compañías aéreas de todo el mundo: la de que la seguridad es un objetivo permanente”. Eurlings dijo que el artista Ruud van de Wint quiso representar en su monumento, una escalera de caracol que asciende hacia el cielo y que es interrumpida, un símbolo de la eternidad, pero el ministro consideró que también es obligación de las autoridades “esforzarnos eternamente por una navegación aérea lo más segura posible”.

Después de la catástrofe en Los Rodeos han cambiado mucho las cosas y los procedimientos de seguridad se han hecho más estrictos y han aumentado los requisitos técnicos para los aviones, señaló el ministro, quien destacó que el precio para ello ha sido el de “muchas vidas inocentes” y afirmó que la seguridad aérea “no es ni deberá serlo nunca una cuestión de compromisos”.

Escalera hacia las alturas celestiales

Eduardo Aguirre, embajador de Estados Unidos en España, aseveró que las vidas humanas que se perdieron en el accidente “ni han sido olvidadas ni se perdieron en balde”, pues a consecuencia de “esta terrible catástrofe” las leyes de la aviación civil fueron modificadas y los procedimientos fueron actualizados.

“Muchísimas vidas han sido salvadas por estas nuevas medidas pero estos progresos no disminuyen necesariamente el dolor real y personal de una pérdida tan tremenda”, reconoció el embajador. El presidente director de KLM, Leo van Wijk, afirmó que el accidente de marzo de 1977 “va asociado a la fragilidad de la existencia y a un final brusco” y opinó que está bien que los tinerfeños ahora tengan la oportunidad de compartir y asimilar sus propias experiencias con los afectados de otros sitios.

Ricardo Melchior, presidente del Cabildo de Tenerife, se refirió a la muestra de solidaridad ante la adversidad y entrega altruista del pueblo tinerfeño para intentar paliar en la medida de lo posible “el inmenso daño” que produjo la catástrofe. Melchior confió en que el monumento haga justicia a la memoria de las víctimas y quienes lo contemplen a partir de hoy les dediquen un pensamiento o una oración, pues es “algo mas que arte y nos hace llegar un mensaje de esperanza con la representación de la escalera que conduce hacia las alturas celestiales”.

El ex director del Servicio Canario de la Salud Antonio Sierra, que era jefe de Sanidad en 1977, afirmó que el accidente ha sido el episodio más dramático que ha vivido en su “intensa y extensa” vida profesional y de los “muchos recuerdos” de aquella jornada destacó la solidaridad de personas e instituciones con los afectados por la tragedia. Señaló también que a pesar de que aquellas pérdidas llenaron a los familiares de ausencias irreparables, nunca tuvieron quejas ni reproches, sino agradecimientos, a las personas que intervinieron en la gestión de la catástrofe.

En el acto de homenaje intervinieron además la soprano Raquel Lojendio y la pianista Conchi López, que entre otras piezas interpretaron fragmentos del “Réquiem” de Fauré, y varios jóvenes holandeses encendieron velas en recuerdo de las víctimas sobre el escenario del Auditorio ideado por Santiago Calatrava.

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