La baja calidad de los medicamentos contra la malaria puede favorecer la aparición de resistencias

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Un estudio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, en sus siglas en inglés) ha puesto de manifiesto la preocupación que está generando la baja calidad de los tratamientos actualmente utilizados para luchar contra la malaria, ya que plantean una “amenaza urgente” para las poblaciones más vulnerables ante la posibilidad de que favorezca la aparición de resistencias a estos medicamentos.

Así se desprende de un artículo publicado en la revista 'The Lancet Infectius Diseases', en el que se destaca la aparición de cepas resistentes a derivados de la artemisinina en Tailandia y Camboya, lo que “hace imprescindible mejorar el control del arsenal terapéutico actual”.

“Los medicamentos antipalúdicos de mala calidad pueden poner en peligro los avances conseguidos en el control de la malaria”, ha asegurado Joel Breman, profesor emérito del Centro Fogarty Internacional de Institutos Nacionales de Salud y co-autor del artículo.

Tras analizar los datos de un estudio sobre los medicamentos contra la malaria utilizados en el sudeste asiático y África subsahariana, los investigadores encontraron que del 20 al 42 por ciento son de calidad pobre o nula, encontrando incluso medicamentos falsificados.

Estos fármacos presentaban un envasado falsificado y la sustancia activa, por lo general, o no estaba o estaba en mal estado. En cuanto a aquellos catalogados como de calidad inferior, observaron que presentaban una dosis insuficiente de principio activo, mientras que otros estaban en mal estado por una indebida conservación.

En concreto, se revisaron datos de estudios de siete países del sudeste asiático, en las que se analizaron 1.437 muestras de medicamentos contra la malaria, mostraron que casi la mitad de los fármacos no han sido envasados correctamente y un 36 por ciento eran falsos.

Estudios similares de 21 países de África subsahariana proporcionaron datos sobre 2.634 muestras de fármacos, de los cuales más de un tercio mostró errores tras un análisis químico y aproximadamente el 20 por ciento resultaron ser falsificaciones. Sólo Burkina Faso proporcionó los datos en el análisis de embalaje, con aproximadamente una tasa de fracaso del 35 por ciento.

En las regiones donde la malaria es prevalente, los medicamentos antipalúdicos están ampliamente distribuidas y auto-prescrito, de forma incorrecta o correcta.

Sin embargo, el estudio encontró que existen deficiencias en el control de la calidad de los fármacos antipalúdicos, así como una falta de supervisión regulatoria de la industria y de acciones punitivas para los falsificadores, advierten los autores del estudio.

Todo ello, según añaden, puede favorecer problemas de tolerancia a estos tratamientos y la aparición de resistencias a su consumo, lo que puede acabar generando un descontrol de la enfermedad.

“Estos resultados son una llamada de atención que nos obliga a exigir una serie de intervenciones para controlar la calidad de estos medicamentos”, ha declarado Breman.

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