Las enfermedades mentales serán en 2020 “la segunda patología por importancia” en Canarias

Andrés Mendoza, oresidente de la Asociación de Familias para el Apoyo de Personas con Enfermedad Mental (AFAES) de Gran Canaria y de la Federación de Asociaciones de Personas con Enfermedad Mental y Familiares de Canarias

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

En Canarias hay 190.000 personas que padecen cualquier variable de trastorno mental en la actualidad, ya sea de carácter leve o grave. Una cifra que según Andrés Mendoza, presidente de la Federación de Salud Mental de Canarias, se incrementará en los próximos años de forma que “en 2020 la segunda patología por orden de importancia y por importancia así mismo en demandar recursos económicos y sociales serán las relacionadas con enfermedad mental o trastornos mentales”. Así, alerta que de aquí a cuatro años Canarias podría estar desbordada y vulnerando la salud de estas personas afectadas. 

Por ello, Mendoza estuvo esta semana en la comisión parlamentaria de Asuntos Sociales con el objetivo de que el Gobierno de Canarias se pongan manos a la obra para hacer un plan integral de salud mental para Canarias en el que intervengan el eje sanitario, de políticas sociales o en materia de educación. Con esto lo que se busca es actuar en el terreno de la prevención y la promoción de la salud mental y evitar “fundamentalmente en las edades jóvenes que los trastornos mentales no sobrevengan con tanta facilidad a los chicos y a las chicas en el sistema sanitario cuando el tratamiento y el abordaje es más costoso y no es tan efectivo como en el ámbito de la prevención y promoción”.

Mendoza hace especial hincapié en los adolescentes porque la gran mayoría de los trastornos mentales graves sobrevienen a las personas en el intervalo de edad comprendido entre los 10 y los 20 años, que coincide con el desarrollo infantil y la adolescencia. “Podemos tener mucho soporte sanitario, mucho dispositivos de carácter sanitario en hospitales y unidades de salud mental, pero si no tenemos una política y una programación y un plan que trabaje en esas edades desde las escuelas, institutos, universidades y demás en medidas de prevención y promoción de las cuestiones relacionadas con la salud mental, flaco favor estamos haciendo a la sociedad canaria”.

En el plan de salud mental que demanda la Federación debería recoger, a juicio de su presidente, la puesta en práctica de una campaña que luche contra el estigma que padecen estas personas. “Actúan como doblemente discapacitantes, por tener el trastorno mental grave y por enfrentarse a unos prejuicios mentales que hace que se les aísle”. De hecho, recalca que, por ejemplo, un diabético tiene las mismas posibilidades de cometer un acto irregular que una persona afectada por un trastorno mental, y apunta que la enfermedad mental “sobreviene al individuo cuando está en el circuito de la sociedad moderna, no se nace con ella. Hay que tratarla como una enfermedad, no como una condición incapacitante e inhabilitante que por el hecho de tenerla ya hace que a esa persona se relegue al segundo plano”.

Tras el encuentro con los miembros de la comisión parlamentaria, la consejera de Políticas Sociales y vicepresidenta del Gobierno canario, Patricia Hernández, señaló que trabajará con organizaciones del sector y cabildos para que el catálogo de recursos por islas sea igualitario. En opinión de Mendoza, lo que tiene que hacer el Gobierno ahora es predefinir la hoja de ruta a seguir para cristalizar los compromisos adquiridos “y cristalizarlos con las herramientas que están al alcance de ellos”. Por ello desde la Federación de Salud Mental de Canarias estarán “ojo avizor” para saber en qué consistirá esta hoja de ruta.

“Hemos constatado por parte del Gobierno y las fuerzas políticas presentes en la Comisión de Discapacidad tres cosas. Primero la sensibilidad, entender que el área de la salud mental es un tema lo suficientemente importante con argumentos y razones suficientes para actuar sobre él. Segundo la voluntad, la disposición de todos los agentes que están ahí en el Parlamento a aportar su sentido común para trabajar en este área que necesita que se trabaje sobre él de forma específica. Y tercero, la capacidad, todos han dicho y han manifestado poner a disposición de la Cámara su capacidad para que con las herramientas a su cargo de ese organismo y del Parlamento, pues intentar darle forma a esa sensibilidad y voluntad y darle contenido al plan de salud mental que necesita la sociedad canaria en los próximos años”, sostiene.

La crisis ha incrementado los trastornos mentales leves

Los trastornos mentales leves está demostrado que han incrementado sensiblemente por el efecto de la crisis de estos últimos años. “No sólo esos episodios de estrés, ansiedad y depresión se están produciendo ahora, a esos hay que añadirle lo ocasionado por la desestructuración de las unidades familiares, por la carencia de recursos, la situación de desempleo o la precariedad”, subraya Mendoza. Por su parte, la progresión de los trastornos mentales graves es la normal. El trastorno mental grave más común es la esquizofrenia, que consume casi el 90% de los recursos sanitarios y rehabilitador.

“Luego están los trastornos de la personalidad, que son de distinta variable, los trastornos de bipolaridad, las patologías duales, el trastorno mental con consumo de sustancias aditivias y los trastornos de las conductas alimenticias sin olvidarnos de los trastornos de hiperactividad y de la conducta que va cada vez más en aumento en la población infantil porque se empieza a detectar desde los siete-ocho años”, explica Medoza. Por otro lado, entre los trastornos mentales leves más comunes están el estrés, la ansiedad y la depresión, que son los que abarcan un mayor número de las 190.000 personas afectadas por enfermedades mentales en Canarias.

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