La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El sueño de Youssou

Youssou es el nombre ficticio de un joven de 17 años que hace ocho meses llegó en cayuco a Tenerife, isla en la que comienza a cumplir su sueño de tener una nueva vida y a la que quiere acercar a su familia, que reside en Senegal.

Este joven salió el 28 de abril de 2006 salió de Joal Fadiouth, un núcleo poblacional al sur de Dakar, y tras nueve días a bordo de un cayuco llegó al puerto de Los Cristianos, en Tenerife, donde realiza cursos de formación para conseguir un trabajo cuando sea mayor de edad.

Youssou, que habla un español correcto y no tiene un recuerdo especialmente amargo de una travesía que podía haberle costado la vida, asegura que tenían suficiente comida y bebida a bordo del cayuco y que incluso pescaban cuando atravesaban la franja costera de Senegal y Mauritania.

Explica que la embarcación estaba suficientemente preparada para aguantar las noches de frío y las embestidas del mar y que el viaje hacia Canarias fue relativamente “bueno”, aunque algunos no han corrido esa suerte.

Este menor senegalés deja atrás una familia, un padre y una madre junto a un hermano pequeño de ocho años, con los que habla por teléfono “todos los días”, aunque “es muy caro”, matiza.

El sueño de Youssou es traer e España a su hermano menor “siempre que yo tenga trabajo y dinero”.

Las esperanzas de este menor africano y las de muchos jóvenes de Senegal es “salir del país para hacernos hombres y trabajar”, dice.

Youssou vive con otros seis jóvenes en el centro de acogida para inmigrantes La Caldereta, en Guía de Isora, en el sur de Tenerife.

Si bien los inmigrantes adultos que llegan de manera ilegal son devueltos a sus países, los menores de edad de quedan y Youssou está en un centro que forma parte de la política de acogida que proporcionan los gobiernos español y canario en colaboración con otras administraciones públicas.

Youssou y sus amigos permanecerán en La Caldereta hasta que sean mayores de edad; luego tendrán la posibilidad de regularizar su situación en España.

El primer paso es acogerse a los programas de inserción de empleo que ofrece del Gobierno de Canarias que sirven de instrumento para la integración laboral y social de estas personas.

Cocinero y repostero

Youssou ha tenido suerte y ha puesto empeño. Ya tiene dos títulos relacionados con la hostelería; el de cocinero y el de repostero, obtenidos en el Centro de Desarrollo Turístico Costa Adeje, donde estudió unos meses junto a otros compañeros subsaharianos en su misma situación.

Ahora estudia en Guía de Isora un taller de montaje de instalaciones fotovoltaicas y energía solar térmica junto a otros seis menores inmigrantes.

La escuela taller Isora sostenible permite a Youssou relacionarse con otros compañeros de su misma edad y con inquietudes diferentes.

Proporciona formación académica alternativa a la no reglada con la posibilidad de obtener un empleo, según explica el director de esta escuela taller, Iván Darias.

Isora sostenible está subvencionada por la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias en colaboración con el Ayuntamiento de Guía de Isora, y consta de tres especialidades como la instalación de energía solar fotovoltaica, térmica y gestión de residuos sólidos.

Youssou suelda el hierro, aprende a construir una planta fotovoltaica y a montar un circuito eléctrico para proporcionar electricidad con energía solar junto al resto de sus compañeros, “dando una lección de educación y buen humor”, dice el director del centro, que destaca su personalidad.

El joven “se han sabido integrar perfectamente”, agrega Iván Darias.

De los seis que están en el taller con edades entre 16 y 18 años, cuatro se dedican a la energía solar térmica y dos a la fotovoltaica. “A mi me gusta todo”, afirma Youssou.

Esta formación, explica Iván Darias, tiene una parte teórica y otra práctica y los alumnos pueden cobrar un sueldo, en torno a los 500 euros mensuales por realizar trabajos puntuales.

Los menores no dispondrán de este dinero hasta que alcancen la mayoría de edad, ya que va a una cuenta supervisada por su tutor en el centro de acogida, y cada semana los jóvenes reciben tres euros para gastos.

Cuando Youssou acabe este curso, lleva desde enero en él, no sabrá lo que hacer aunque prefiere trabajar sobre lo que se ha formado.

El concejal de Empleo y Desarrollo Local del Ayuntamiento de Guía de Isora, Héctor Gómez, comenta que “con este tipo de formación lo que se pretende es que puedan trabajar en un futuro no muy lejano”, pues “la intención es que se vayan incorporando más inmigrantes a este tipo de talleres”, añade.

Gómez, como el resto de personas que han tratado con estos menores, coincide en la “alta capacidad de integración” y el “buen grado de satisfacción” en la experiencia diaria con ellos.

Los cursos en Guía de Isora acabarán a mediados de 2008 y una vez finalice este programa “tenemos un acuerdo para integrar a estos inmigrantes en el mercado laboral”, apunta Gómez.

Youssou trabaja cada día y piensa que cuando tenga el dinero suficiente se podrá traer a su hermano pequeño desde Senegal. Un sueño que no está lejos de alcanzar.

Etiquetas
stats