El vodka más puro del mundo se hace en Ingenio

Son dos hermanos, Esteban y Fernando Banús. Y desde su destilería de Ingenio, Gran Canaria, producen Blat, el primer vodka del mundo sin impurezas. Así lo reconocen las autoridades sanitarias de EEUU, donde exportan la mayor parte del mismo. Su fama ha llegado hasta los herederos de William Randolph Hearst, el magnate de la prensa que en 1941 inspiró a Orson Welles para su largometraje Ciudadano Kane.

La suya es una empresa familiar creada a finales del siglo XIX en Tarragona, donde el abuelo de ambos comenzó destilando perfumes. El padre continuó el negocio, y fueron pioneros en España por la importación de marcas como Ballantine's y el vodka Bolskaya. Aunque son más hermanos, ahora lo dirigen ellos dos.

Definen Blat como un vodka advance. Además de EEUU, se abre paso en Alemania, Suiza e Inglaterra, y últimamente en España. En Canarias lo venden desde finales del año pasado, a cerca de 30 euros la botella, en algunas grandes superficies y tiendas gourmet como El Rincón de los Manjares, en Las Palmas de Gran Canaria, donde fue presentado en mayo. Como ellos mismos recuerdan, “en cualquier iniciativa privada, lo fundamental es la pasión”.

¿Cómo se llega a producir desde Canarias el vodka más puro del mundo?

Todo empezó en Tarragona con nuestro abuelo, que tras dedicarse a destilar perfumes, sobre 1887 desarrolló licores. Tenemos apuntes, era muy metódico, lo guardaba todo. Todo esto lo heredó nuestro padre, Esteban. Cuando España se integra en la Comunidad Económica Europea [1986], las marcas internacionales que vendíamos se interesaron en comprarnos. Nuestro padre nos preguntó qué queríamos hacer, y decidimos venir a Canarias a la destilería que teníamos aquí desde 1982.

¿Vendían vodka desde el principio?

Desde que nosotros dos empezamos, nuestro producto estrella era el vodka. Bolskaya [que ellos comercializaban] tenía mucha fama en toda España, era de los más vendidos en Polonia, y aprendimos cómo se hacía.

¿Cómo empezaron con Blat?

Fue hace cinco años, cuando descubrimos un nuevo proceso. En la cata detectas más los diferentes tipos de alcoholes que en los análisis, y nos dimos cuenta que somos muy superiores a los vodkas más conocidos del mercado. Entonces nos decidimos a dar el salto y crear una marca nueva, Blat.

¿A qué se refieren con mejorar procesos?

En la fermentación se producen diferentes tipos de alcoholes y ácidos, y tienes que quitarlos a través de destilación y filtración. Nosotros nos dimos cuenta de que somos capaces de quitar lo que otros no quitan, por eso Blat no tiene impurezas y no da dolor de cabeza ni resaca al día siguiente.

¿Y eso lo hacen en Canarias?

Hay una parte que lo hacemos fuera y otra en Gran Canaria. La gran parte se hace aquí y se quitan las impurezas, pero empezamos con materia prima hecha de alcoholes de trigo francés.

¿Cómo llegan a ser reconocidos en EEUU como vodka sin impurezas?

Al principio las autoridades americanas se opusieron a que pusiéramos “0.0% de impurezas” en la botella. Para que nos lo aprobasen, necesitábamos un análisis de un laboratorio certificado por ellos. Todos nuestros análisis ya se realizaban a través de ese mismo laboratorio, y ello sumado al trabajo de nuestros abogados, nos dejaron ponerlo.

El objetivo era comercializarlo en Estados Unidos, ¿por qué?

Además de Rusia, el mayor mercado de vodka del mundo está allá. Además, el 32% de todo el alcohol que se bebe allí es vodka. Ahora estamos expandiéndonos en Illinois, Chicago, algo en Las Vegas y Miami? Es un mercado muy difícil. En Nueva York estamos en todos los bureaus de la ciudad y del Estado. En Albany, al norte de Nueva York, estuvimos investigando porque se vendía mucho, y nos dijeron que lo había puesto de moda la familia Hearst, los herederos de William Randolph Hearst.

¿El protagonista de Ciudadano Kane?

Sí. Al final fuimos a un restaurante suyo, y nos han invitado a su casa en California. Estuvimos con un bisnieto, que lleva parte de la corporación Hearst. A su mujer la única bebida que le sienta bien es Blat. Siempre vuelan en avión privado y siempre llevan Blat. Ahora son tres ramas familiares, que si las juntas siguen siendo de las diez más ricas de EEUU.

¿Por qué en un principio no pensaron vender en España, ni siquiera en Canarias?

La categoría de vodka premium aquí era muy pequeña, vimos que era un esfuerzo que no aportaba mucho. Pero a través de Cadiex (Galaco), nuestro amigo Javier del Riego nos animó a que lo comercializasen ellos, y lo distribuyen desde diciembre del año pasado. Se vende en Las Palmas, en el sur de la isla, en Macro, Alcampo? Está haciendo una gran labor Cadiex, porque es difícil vender un producto tan caro. En la Península vamos a empezar ahora en Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Ibiza y Marbella. En Ibiza ya tenemos un distribuidor interesado.

¿Qué le recomendarían a cualquier emprendedor en estos momentos?

Empezar algo desde cero es muy complicado si no tienes instituciones o alguien detrás que te apoye económicamente. Al menos en nuestro caso, nos ha costado mucho llevar el producto a Estados Unidos. Muchas veces es más la insistencia, el saber que llevas un producto que vale la pena luchar por él. Tienes que ser muy constante. Todo esto requiere mucho esfuerzo y sacrificio, y a la gente últimamente se le ha educado en lo fácil y en recibir el premio muy rápido. Una marca se crea con mucho tiempo y dedicación, y para eso tienes que tener una pasión. En cualquier iniciativa privada, lo fundamental es la pasión, no el enriquecimiento rápido. A un emprendedor le recomendaríamos que intente hacer las cosas diferentes a los demás y que crea en su producto.

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