Adelante, mis valientes

Los que visten de verde, dejaron claro a los que visten de azul, que la cosa no era nada segura, sobre todo, porque por ahí pasa una carretera. Pero claro, las cuestiones de los relevos, que al parecer son sagradas aunque por medio haya un conflicto (mediano, es verdad), llevaron a la pareja a ausentarse. En ese momento, el tal brigada aprovechó para reorganizar a los suyos (los locales) y arengarles diciendo que Medina tenía el permiso en el bolsillo, así que a colocar los cartuchos, que no está el tiempo para ser malgastado en boberías. Y allá que fueron, a disponer la dinamita en los huecos previstos al efecto. No debieron ser demasiado rápidos o sí lo fue y mucho el cambio de relevo de la Guardia Civil. Antes de escucharse la explosión en Corralete, de nuevo los civiles conminaron a los locales a suspenderlo todo por motivos de seguridad. Y ya que estaban, se interesaron sobre qué o quién les había hecho obviar todo lo anteriormente hablado y colocar a la zorruda las cargas. Todo acabó con la explosión controlada de las cargas, ya que el proceder alentado por el brigada había hecho imposible la desactivación.