Amenaza con querellas

Fue un auténtico poema la cara que puso a los periodistas este martes José Manuel Soria cuando le preguntaron públicamente por el asunto de Megaturbinas de Arinaga y, más concretamente, por las afirmaciones que ha vertido uno de sus ex consejeros, Francisco Cabrera. Le cambió el semblante y afloró el verdadero Soria, el mal encajador, el mal amañado, el intocable. Lejos de entrar en el fondo de la cuestión, respondió con dos mentiras y una amenaza. Las mentiras son tan zafias que se desmontan por sí solas: mentira primera, dice que no conoce a Cabrera, el denunciante de la trama eólica de Arinaga, al que despidió el Cabildo de la Sociedad de Promoción de Gran Canaria a través de una carta firmada por Cristina Reyes y después de haber contado al mundo cómo se las gastaron en este caso los hermanos Soria y el inigualable Arnáiz. Mentira segunda: Megaturbinas de Arinaga se dedica a la I+D y no a las energías alternativas. Confirmado: el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y los hermanos Soria no son una excepción. Luis mantuvo las mismas y muy falsas tesis ante el pleno del Parlamento en noviembre de 2004, y a pesar de que sigue constando en el Registro Mercantil , José Manuel no cambia.