Asustar a los desafectos

Al final todo acabó, como les contábamos, con una multa tras un juicio de faltas, pero ¿qué se quedó por el camino? Muy sencillo: un delegado del Gobierno, Antonio López, que atiende las indicaciones de la dirigencia de su partido, el PP, y pone en marcha a un jefe superior de Policía -Ballesteros, ahora en la Autoridad Portuaria- para que éste, a su vez, active a una unidad como la UDYCO, que interviene sin autorización judicial y allana la sede oficial de un medio de comunicación en un Estado de Derecho. Por el camino se queda, además, la sensación de que no se puede discrepar con determinados responsables políticos porque utilizan los medios que están para proteger los derechos fundamentales, para hacer justo lo contrario, masacrarlos. En el fondo quedó el deseo de amedrentar a los periodistas y a los medios de comunicación desafectos al régimen de entonces. Un régimen que todavía trata de perpetuarse y que es capaz de mandar a sus doberman a decirle a José Segura que se cuide de politizar a la Policía. Increíble.