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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La bandera de Soria, que el presidente del Cabildo de Gran Canaria se ha empeñado en plantar en medio de la ciudad de Las Palmas, continúa dando que hablar. Hasta los más conspicuos defensores de la Tamarán profunda se plantean la conveniencia de semejante excentricidad, pero ya se sabe que donde esté un Trillo, que se quiten los toros. Lo último que nos ha llegado es el sentimiento de los vecinos de la zona, que se preguntan cómo van dormir con una bandera de 300 metros cuadrados batiendo al viento en esas noches de duro alisio. Sumen a eso el ruido de los cables de acero chocando contra el mástil. Una alegría que ni siquiera el más profundo sentimiento patriótico puede soportar. A ver si antes de que Soria consiga cargarse la Cotmac ese órgano puede tramitar un estudio de impacto ambiental.
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