Becas y amor filial

No vamos a entrar ahora en el complicado debate acerca de la calidad de la educación, la vereda que ha cogido el PP para defenderla, las críticas que recibe por pretender -presuntamente- privatizarla y reservarla para los mejores, ni la política de becas que se está aplicando para que nadie se quede rezagado por cuestiones socioeconómicas. No podemos dar nombres porque de momento forman parte del secreto del sumario y, en alguna medida, del ámbito personal, pero ya se conocen los datos de al menos dos empresarios (uno de la noche y otro de la construcción y la promoción) que han tenido la inmensa suerte de obtener becas para sus respectivos hijos en tiempos de recorte. Uno ha conseguido unos buenos euros para que su hija siga estudios turísticos fuera de España, y el otro para que el niño haga arquitectura, después de haberlo dado de alta como trabajador en su empresa con un sueldo acorde con las condiciones exigibles. Así es normal que la peña pierda la fe en el sistema.