Brava defensa de Gran Canaria

Poner a Gran Canaria en su sitio. Ese ha sido desde mayo pasado el grito de guerra de José Miguel Bravo de Laguna, presidente del Cabildo de la isla, empeñado como ninguno en que se le distinga de entre el resto de masa uniforme que seguramente jamás quiso “poner a Gran Canaria en el sitio que le corresponde”. Lo malo de las grandes soflamas es que, harto como está el personal de promesas huecas, luego hay que llenarlas de contenido, y en el caso de la política, el contenido es irremediablemente acción. El presidente del Cabildo de Gran Canaria ha de pasar inmediatamente a la acción para contrarrestar los demoledores efectos que sobre la isla que prometió colocar en su sitio van a tener los recientemente conocidos Presupuestos Generales del Estado. Los primeros datos son verdaderamente preocupantes porque no solo se recortan drásticamente todas las partidas que directa o indirectamente influyen sobre Gran Canaria, sino que además quedan en el aire proyectos ya adjudicados y en algunos casos ya en marcha. Verbigracia la cuarta fase de la circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria, que podría quedar detenida por los recortes en inversiones promovidos desde el Ministerio de Fomento. Pero hay muchas más cosas en peligro que quizás debería hacer valer el presidente grancanario con el mismo fervor con el que se declara estrella y guía de la nueva era de la isla redonda.