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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Campanadas y campanadas

Los presentadores de las campanadas de La Graciosa, junto al director general de RTVC, Willy García, y el director de Produccion de la Televisión Canaria, Rubén Fontes, ambos con camisas gracioseras.

Bueno, aquí lo tenemos ya, ha llegado 2015, el año de las dos elecciones, las autonómicas y locales y, salvo una pirueta in extremis de Rajoy, las elecciones generales que pondrán a prueba el bipartidismo y la paciencia de los ciudadanos españoles. La tradición se ha cumplido a rajatabla y las televisiones públicas se han lanzado nuevamente a la búsqueda de la campanada más campanada de final de año y comienzo del nuevo, con retransmisiones que se convirtieron este primero de año en la comidilla en redes sociales y en las reuniones familiares destinadas a dar cuenta del consabido caldo y de los restos reciclados de la noche anterior. El tremendo patinazo de Canal Sur, la tele pública de Andalucía, que por un error humano de al menos tres trabajadores de la casa, desembocó en la primera dimisión de 2015 (el jefe de continuidad), fue lo más comentado en toda España, incluidos los territorios de ultramar, lo que no tiene por qué significar que haya sido lo más destacado de la jornada. Ese reconocimiento lo tiene, por méritos propios, el esfuerzo que hizo la gente de Televisión Canaria, en una asociación muy cómplice con los habitantes de La Graciosa, para emitir desde esa octava isla canaria y por primera vez el programa especial de las campanadas. Con los exiguos medios que marca la imposición presupuestaria, el equipo comandado por el director de Producción, Rubén Fontes, logró lo que para muchos era hasta hace nada una auténtica locura: transportar hasta La Graciosa tres vehículos especiales y todo el aparataje necesario para hacer un directo en el que las televisiones parecen echar el resto en forma de guinda del año que termina.

 

 

 

TVE-C optó por un clásico

Los datos de audiencia se conocerán este viernes, pero todo hace pensar que la televisión autonómica canaria volverá a alzarse con el liderazgo frente al intento siempre clásico de Televisión Española en Canarias, que hizo una apuesta segura con dos presentadores consagrados, como Roberto Herrera y Jose Toledo, colocados sobre un balcón del casino de Tenerife, en la plaza de España de Santa Cruz, con el reloj del Cabildo de fondo y una orquesta salsera en un escenario a pie de calle. Jose Toledo lo pasó realmente mal en el tramo final de la retransmisión al atragantársele no sabemos muy bien si una uva o los primeros sorbos del inevitable cava con el que brindó ante la audiencia. Su compañero de retransmisión logró sacarla del atolladero sin que la actriz pudiera recobrar el tono antes de que se despidiera la emisión. En La Graciosa, sin embargo, todo pareció mucho menos encorsetado. La misma localización elegida por Televisión Canaria se prestaba a la ruptura de los moldes, sin que por ello se abandonara ni un solo instante la liturgia necesaria. La presentadora principal, Eloísa González, se presentó esta vez con un vestido de corte clásico, negro y recatado, que ya provocó la primera decepción de los espectadores presentes y no presentes, que se cruzaban apuestas acerca del atrevimiento del escote en comparación con el que lució el pasado año. Ella misma lo aclaró ante el público graciosero: “Los melones con el frío se ponen malos”. Le acompañaron en las tareas de presentación el cómico canario Matías Alonso, y el dúo Las K-narias, que sí subieron al escenario con atrevidos vestidos y altísimos tacones. Todo ello ante la pequeña iglesia parroquial de La Graciosa, a cuyo frente un servicial padre Agustín Lasso, se desvivía para que los invasores televisivos se sintieran como en casa. El salón parroquial fue comedor y camerinos, y la misma iglesia, invadida en su pasillo central por un potente foco dirigido hacia la pequeña cristalera con la imagen de la Virgen del Mar, se llegó a barajar hasta como opción de plató de emergencia.

 

El viento que se acuesta a las nueve

El equipo de Rubén Fontes y Víctor Falcón (realizador) venció todos los retos. Ya era un atrevimiento transportar por mar hasta la isla las unidades móviles y toda la técnica necesaria para una retransmisión en directo que no es una retransmisión cualquiera. A este tipo de programas se les otorga en el mundillo una más alta consideración por la audiencia que se congrega ante los televisores y por la confianza que los espectadores depositan en una cadena que ha de proporcionarles la entrada al año nuevo y la despedida del viejo. Si la iglesia no dispone de reloj y su campanario se reduce a una sola campana adecuada al perímetro que tiene que cubrir, la técnica permitió proyectar un reloj de la de Arucas y hacer sonar sus campanas como si estuvieran allí mismo. Lo que en absoluto se podía superar con el esfuerzo y el talento de los profesionales era el temporal de viento del sureste que azotó desde la madrugada del día 31 la isla de La Graciosa. Es un viento muy conocido y muy por los gracioseros porque cuando se mueve entre Lanzarote y la isla, en el río, amplifica su potencia al chocar contra los riscos de Famara, lo que hace que en ocasiones llegue a superar los cien kilómetros por hora. El ensayo de la noche del 30 fue un éxito, pero el viento parecía querer llevárselo todo la siguiente madrugada. Fueron los mismos gracioseros los que quebraron los temores anunciando que el viento del sureste se acuesta a las nueve de la noche. Y así fue.

 

El año que se nos viene encima

 Gane quien gane la guerra de audiencias de las campanadas de fin de año, lo verdaderamente importante es lo que se nos viene encima a partir de ya, una vez pasen las resacas de estas fiestas. Como les decíamos al principio, estamos ante un año crucial para la vida de todos los españoles, y por supuesto de los canarios. Dos citas electorales marcarán la agenda política, la de mayo próximo, donde elegiremos a nuestros alcaldes, concejales, consejeros de cabildos, y a los diputados que habrán de nombrar presidente del Gobierno, y las generales, donde se someterá a un duro test de estrés el bipartidismo que ha venido gobernando España desde que dio comienzo la democracia. Mariano Rajoy ha dicho que no tiene previsto cambiar la fecha inicialmente prevista, noviembre, pero no hay que descartar que le de un empujón al calendario hasta enero de 2016 para tratar de rentabilizar electoralmente la recuperación económica que de momento solo se creen él y los suyos. A la espera de que se despeje esa incógnita, la primera cita es la de las autonómicas y locales, y ésas también serán unas elecciones cruciales. Para el PP y el PSOE, porque marcarán una tendencia de lo que pueda ocurrir luego, y para partidos emergentes como Podemos, porque permitirán al electorado ir despejando incógnitas para bien o para mal. Las últimas encuestas ya dibujan para el partido de Pablo Iglesias cierto frenazo en su crecimiento y la confirmación de que los dos grandes tienen un amplio suelo electoral. En Canarias veremos a Podemos entrar en el Parlamento de Canarias y en muchos cabildos y ayuntamientos, siempre y cuando no se maten entre sus dirigentes de aquí allá.

 

9 de enero para Clavijo y el pequeño Nicolás

Las elecciones autonómicas locales estarán también marcadas, al menos las próximas semanas, por el nuevo capítulo que tendremos que escribir sobre la imputación del candidato de CC a la Presidencia del Gobierno, Fernando Clavijo. Su comparecencia ante el juez Pamparacuatro, que lo investiga a él y a otras trece personas dentro del caso Corredor, está prevista para este próximo día 9, casualmente la misma fecha en la que tendrá que comparecer ante una juez de Madrid el Pequeño Nicolás, ese gran impostor que divierte tanto a los españoles y tiene acojonados a unos cuantos empresarios y políticos a los que proporcionó jovencitas y jovencitos para ascender en el escalafón de la influencia en la Villa y Corte. Pero el que nos interesa aquí es Clavijo. El también alcalde de La Laguna, que ya quemó sus naves nombrando sustituto en ese puesto a título de candidato, ha comunicado al mundo que está muy tranquilo y que va a tratar de convencer al magistrado de su inocencia. En su entorno dan por hecho que Pamparacuatro le creerá y, enseguida, levantará las imputaciones que pesan sobre él, de manera que pueda iniciar la campaña electoral limpio de polvo y paja. Se equivocan, como hemos indicado aquí reiteradamente, porque no solo hay que convencer al juez, sino también a la fiscal anticorrupción, que fue la que promovió la acción penal contra Clavijo en 2010. Cuesta mucho trabajo pensar que tras las largas indagaciones, los pinchazos telefónicos, el cotejo de éstos con los expedientes administrativos y otras pruebas acumuladas, Clavijo pueda sacudirse este baldón con solo explicar en el juzgado que él se limitó a tratar de beneficiar a sus vecinos, que es el mantra que su equipo médico habitual repite por todas las esquinas. El candidato de CC no llegará a mayo, ya lo verán, y lo que se abrirá a continuación será una sucesión exprés de la que ya hablan sin recato en CC desde Lanzarote hasta La Palma. Será entonces cuando volvamos a ver a Paulino Rivero diciendo a los suyos que vuelve a estar disponible (siempre y cuando concite todas las unanimidades), y a los seguidores de Clavijo, con el corazón encogido, diciendo que no al presidente y, acto seguido, teniéndose que comer la alternativa. Tiempo al tiempo.

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