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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Clavijo cambia su discurso sobre el PP

Fernando Clavijo, en un acto celebrado en El Hierro.

Carlos Sosa

Las encuestas continúan amenazando el ansiado pacto entre Coalición Canaria y el Partido Popular. Ansiado, matizamos, en los sectores más conservadores de la formación nacionalista, verbigracia, ATI, que hasta ahora venían apostando fuertemente por esa opción con mensajes bastante evidentes que eran acogidos con gran alborozo por la muchachada de José Manuel Soria. Pero los sondeos, tanto los propios como los ajenos, no hacen más que evidenciar que la opción CC-PP está rozando de manera muy forzada los 31 diputados necesarios para la mayoría absoluta consecuencia de la caída que ambas fuerzas políticas experimentan. La encuesta que este domingo publicaba Canarias7 no podía ser más calamitosa para los defensores de ese pacto: en el mejor de los escenarios, ambos socios sumarían 32 diputados, los mismos que lograrían –también en el escenario más propicio- socialistas y nacionalistas, es decir, la reedición del pacto actual. En CC empiezan a creerse que la debacle del PP es mayor de la inicialmente vaticinada. El desgaste que experimenta en toda España el partido de Rajoy, acrecentado en Canarias por los modales de latifundista altanero de José Manuel Soria, podrían conducir a ese partido a un dramático resultado (de 21 a 13 diputados), el peor desde que el ministro es su presidente. CC resiste mejor, pero las encuestas empiezan a darle una horquilla que en ningún caso supera los 18 parlamentarios (tiene ahora mismo 21). La aritmética puede servir en estos momentos por los pelos, pero entre los nacionalistas se arraiga cada vez más la teoría de que sería un error de consecuencias catastróficas acercarse ahora a un partido que apesta por los cuatro costados. Y no solo apesta a cenizo, sino también a corrupción. Cualquiera que después de mayo forme gobierno con los populares en cualquier autonomía se enfrentará a un problema grave en noviembre. En el caso de CC, ¿podría explicar una campaña contra el PP si mantiene un acuerdo con él en Canarias? Pero, aún peor, ¿aceptaría Nueva Canarias un acuerdo electoral para volver a presentarse juntos a las Cortes Generales? La respuesta es no en ambos casos.

Cambio de discurso

Pero, además, Coalición se enfrentaría a un cisma interno de consecuencias insondables si se planteara, si quiera por asomo, un acuerdo parlamentario con el PP. Muchos de los que serán pronto diputados regionales no apoyarían jamás ese pacto por principios puramente ideológicos, lo que obligaría a los de Ana Oramas a desistir, salvo que el colchón fuera muy amplio por encima de 31 diputados, algo que –volvemos al principio- no parece que se esté dando. Y la incertidumbre electoral seguirá variando, seguramente en beneficio de los emergentes y en perjuicio de los partidos tradicionales. Así las cosas, es natural que desde hace unas semanas Fernando Clavijo, el candidato nacionalista a la Presidencia del Gobierno, haya variado sustancialmente su discurso. Ya no hay que eliminar la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (la Cotmac) como siempre defendió Soria para desregular el control del territorio y dejarlo en manos de los Ayuntamientos. Ahora dice Clavijo que lo que hay que hacer es cambiar sus funciones para que ese órgano sea más ágil. Bien. También se ha producido un cambio radical de registro en la consideración con la que el candidato se ha referido al Estado. Si tras su elección fue muy crítico siempre con el pulso constante que Paulino Rivero sostuvo con el Gobierno de Mariano Rajoy y rebajó las tensiones exactamente a cero, ahora empieza a ser más que agresivo. Esta pasada semana lo fue particularmente con dos temas con los que el actual presidente ha sido especialmente beligerante: el impago de las ayudas al transporte y el incumplimiento de los convenios, particularmente el de carreteras, que ha hundido varios proyectos decisivos en Canarias. Fernando Clavijo ya habla de “exigir” al Estado el cien por cien de las ayudas al transporte y ya tacha de “bofetón a todos los canarios”, al más puro estilo del paulinato, “la licitación de 3.100 millones de euros publicada por el Ministerio de Fomento para ampliar la red de alta velocidad en la Península”. A la espera de que se confirme que Ciudadanos no pactará en ningún sitio con el PP (ni Podemos con nadie de la casta), el acuerdo de gobierno que las encuestas dibujan más factible es un tripartito. Y de todos los tripartitos posibles, el de CC con el PSOE y Nueva Canarias vuelve a ser la opción más factible.

Ciudadanos, con Bermúdez

La dirigente de Ciudadanos en Canarias, Beatriz Correas, lo desmiente tajantemente: “Con el PP no gobernaremos”. Responde así a la cada vez más insistente teoría que coloca al partido de Albert Rivera como marca blanca de los populares y, lo que es más peligroso para sus intereses electorales, como tabla de salvación para apoyar a gobiernos del PP allá donde se sume. Como Correas y muchos de sus correligionarios son nuevos en política y se les supone –como antaño el honor al soldado- incapacidad para la mentira o uso de las prácticas de la vieja política que quieren superar, habrá que creerse esas afirmaciones tan tajantes. Al menos hasta que lo podamos comprobar llegado el día siguiente al de las elecciones generales de noviembre, porque es evidente que los partidos nacionales aplicarán hasta entonces poses muy medidas. Pero, insistimos, si el PP canario no tiene nada que esperar de Ciudadanos, quedan desmontadas las posibilidades de gobernar en instituciones tan señeras como el Cabildo de Gran Canaria y los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. Lo que no está descartado es que Ciudadanos rechace formar gobierno con otras fuerzas políticas, como por ejemplo, Coalición Canaria. Y, más concretamente, con Coalición Canaria en Santa Cruz de Tenerife, donde nos encontramos con una lista bastante proclive a renovar como alcalde a José Manuel Bermúdez, que tiene claro que el PP será el único partido con el que no va a pactar. Su actual acuerdo con el PSOE, puesto en remojo todo este mandato, sólo se reeditaría en el muy hipotético caso de que un acuerdo regional se lo impusiera, pero para el alcalde se presenta a priori mucho más cómodo un acuerdo con Ciudadanos, y los motivos podemos encontrarlos (y perdón por lo de podemos) en los locales de ocio nocturno de la muy sandunguera calle de La Noria.

El abogado de Carlos Quintero

Resulta curioso observar la bicefalia que impera en Ciudadanos en Tenerife. Todo el mundo da por hecho que el que manda es el empresario del ocio Juan Amigó cuando, en realidad, el que formalmente dirige el partido es el procurador de los tribunales Javier Bueno. El candidato a la alcaldía de Santa Cruz no es Amigó ni Bueno, sino Roberto Elices, que viene siendo el abogado de la influyente Asociación del Ocio y la Restauración, a cuyo frente está el portavoz de los empresarios de los negocios de La Noria, Carlos Quintero. Las estrechas relaciones de José Manuel Bermúdez con ese mundo de la noche santacrucera vienen de muy de atrás. Las hemerotecas revelan denuncias de asociaciones empresariales que señalaban al presidente, Carlos Quintero, como interlocutor muy aventajado con el que por entonces (2009) era vicepresidente del Cabildo de Tenerife, hoy alcalde de Santa Cruz. Claro que quien canalizaba esas denuncias no era otro que el presidente de Fecao, José Antonio Santana, recientemente catapultado a la primera plana de las secciones de tribunales por sus conversaciones subidas de tono con el alcalde de La Laguna. Pero ésa, como ya saben, es otra historia. No hubiera quedado muy estético, a lo que íbamos, que Quintero fuera quien encabezara la lista de Ciudadanos al Ayuntamiento de Santa Cruz, así que el elegido ha sido su abogado, Roberto Elices Palomar. Ni hubiera quedado muy estético que el número uno al Parlamento fuera Juan Amigó, que va de dos, tras la candidata de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno, la palmera Melisa Rodríguez. ¿Y de tres? ¿quién va de tres? Pues otro destacado empresario del ocio nocturno santacrucero, Enrique Ernesto, al que todo el mundo conoce como Enrique Bronx, íntimo amigo de José Manuel Bermúdez, copropietario de la terraza Isla de Mar junto a Carlos Quintero y socio suyo en el Mercado de la Abejera. El tinglado se complementa con la número dos a Santa Cruz, Carmen Reyes Dorta, esposa del fiscal Jaime Serrano-Jover, encargado en su día de pedir el archivo de la causa penal por la falsificación del padrón de habitantes de la capital tinerfeña. Sin olvidar al coordinador de campaña de esta candidatura, Igor Suárez, socio de Enrique Bronx en el mercado de la Abejera e impulsor de la terraza nocturna Isla de Mar. O al candidato de Ciudadanos al Cabildo, cuya esposa fue secretaria de Antonio Alarcó en esa institución y ahora ejerce iguales funciones en la inmobiliaria del ya mentado Juan Amigó. Todos vienen a regenerar la política, de eso no debe cabernos duda, aunque reconozcan no tener programa, como contestó Elices a Pepe Moreno en Radio El Día: “Ahora voy a ir a Barcelona a que me digan”.

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