Delante del presidente

La aventurada propuesta, que acabaría por igualar a quienes tienen cuentas pendientes con la Justicia y a quienes no si prospera la intención de abaratar el tercer grado vía pulsera, la lanzó el asesor delante del mismísimo presidente del Gobierno, Adán Martín, que no se levantó -que sepamos- a tirarlo por la ventana. También había delante una ministra del Gobierno de Zapatero, que todavía debe estar con los ojos a cuadros. Con ideas así y otras como la de los casinos, algunos ya piensan que quizá lo que va a proceder es tirar por la ventana al presidente. Pero como igual prospera lo de los casinos, preparémonos para lo de la pulsera, y ya puestos, demos ideas: si el visitante es comunitario y rico, pulsera en la mano, y que suene, por ejemplo, la famosa rumba que dice “no te vayas todavía, no te vayas por favor”. Si es de la Europa pobre, pulsera al tobillo y que suene el Adiós a la vida, de Cavaradossi. Si es un negro, collar al cuello y sonido de sirena de los bomberos. Lo malo es que ese estúpido asesor anda suelto sin collar ni bozal, y encima cobra del presupuesto.