Después del siroco, la tempestad

No se despisten ustedes, señoras y señores empresarios y público en general, que las cosas de la Confederación Canaria de Empresarios, a la que algunos llaman la Confe con una familiaridad digna de mejor causa, se van a volver a poner bonitas una vez acabe este asirocado agosto. Recordarán que lo último fue aquella acalorada reunión en la que el presidente, Mario Rodríguez, y el empresario Félix Santiago quedaron emplazados a elegir padrinos para el duelo judicial que el segundo quiere hacer constar en acta, una vez el primero le amenazó con mandarlo a la plaza de San Agustín. Veremos qué dice el acta porque los guantes fueron respectivamente lanzados y las armas casi elegidas. A la espera de ese encuentro fraternal no vayan a creer que las cosas se han estado quietas este agosto: en duelos, bodas y otros encuentros sociales, algunos incluso en cholas y bañador, los empresarios no han parado de hablar de sus cosas. Y otros, mientras, escribiendo, incluso por encargo.