Dulce Xerach, muy reclamada

Algunos lectores muy astutos nos han acusado con elegancia de habernos quedado prendados por la fingida inocencia y el suave politiquear de la viceconsejera de Cultura, Dulce Xerach Pérez. No sean malos, les replicamos, al tiempo que les reclamamos un poco de comprensión humana. La Pérez es una señora encantadora cuyos argumentos políticos siempre pondremos en cuarentena, pero habrán de permitirnos cierta admiración por el desparpajo. La doña se hace un hueco mediático en Gran Canaria con la muy estimable ayuda de su jefa de prensa, Patricia Masset, que también es una gran profesional y a la que también admiramos. Fueron muy reclamadas ambas el pasado viernes, a eso de las seis y media de la tarde, en el aeropuerto de Gran Canaria porque no se presentaban a su embarque en el vuelo a Tenerife. Se hicieron mucho más populares en tres o cuatro minutos de megafonía porque las llamaron más de cuatro veces.