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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Epicentro en Breña Alta con réplicas en La Laguna

Blas Bravo (segundo por la derecha), en una asamblea de la agrupación socialista de Breña Alta.

Carlos Sosa

El epicentro del terremoto, de intensidad media, ya está localizado en el municipio palmero de Breña Alta, que con una extensión de 31 kilómetros cuadrados, alberga a unas 7.300 almas. Tiene Breña Alta un alcalde muy singular, el socialista Blas Bravo, que ha prometido armarla como a su partido se le ocurra imponer de Este a Oeste de Canarias un pacto en cascada con Coalición Canaria. El terremoto en Las Breñas puede generar réplicas en otros puntos calientes de la isla de La Palma porque por designios sólo conocidos por unos pocos, la influencia del bravo de Blas parece inconmensurable. Si Blas Bravo dice en Breña Alta que no se pacta con CC sino con el PP, Anselmo Pestana, presidente del Cabildo en funciones, dirá que no se pacta con Coalición Canaria, y así hasta llegar a Tijarafe, donde ya se celebró hace días una primera reunión entre dirigentes del PP y del PSOE para caminar en esa dirección. Y no ha sido ésa la única reunión conocida porque dirigentes palmeros nacionalistas aseguran que Asier Antona, secretario general del PP canario y palmero de proceder y procedencia, ya se ha reunido con Pestana para ofrecerle todo lo que quiera a cambio de dejar a CC fuera de las instituciones palmeras. Sabe Antona que si consigue ese propósito no sólo pondrá en peligro el pacto regional entre socialistas y nacionalistas, sino que podrá entrar en las corporaciones de la isla de la mano de cualquiera de los otros dos adversarios. Porque si su pacto con el PSOE quebrara el acuerdo regional, CC sería de inmediato su partenaire en La Palma y en Teobaldo Power, y si nada pasara en las negociaciones autonómicas, siempre le quedará Pestana.

 

  

Tranquilo, Ruano

Dicen en el PSOE que las bravuconadas de José Miguel Ruano avisando del advenimiento grandes plagas sobre las casas del pueblo si los socialistas les levantan La Palma y La laguna, no merecen respuesta. O al menos una respuesta inmediata. En el PSOE están seguros de que se reconducirán las cosas en la isla bonita y que el mapa político surgido tras las elecciones del domingo sólo plantean dificultades en un 10% de los ayuntamientos canarios, es decir, casi en nueve. En La Palma le sacarán a Anselmo Pestana el documento que suscribió ante notario en el que se comprometía a respetar la política de alianzas del PSOE una vez éste le readmitió en la militancia junto a los otros seis rebeldes del Cabildo palmero. “Y si no cede, tendrá que venir Pedro Sánchez a convencerlo, que para algo fue él el que lo negoció”, decía este miércoles muy cabreado un icono socialista canario. Entre esos ocho o nueve ayuntamientos que plantean conflictos se encuentra La Laguna, donde un aguerrido Javier Abreu ha decidido montar su particular aldea gala para reivindicar su orgullo y su amor propio y no dejarse imponer nunca más disciplinas del partido que sólo él termina cumpliendo. El ofrecimiento de Unid@s y de Santiago Pérez de hacerle alcalde con tal de acabar con veinte largos años de gobiernos nacionalistas, es una pócima demasiado apetitosa como para dejarla pasar, al menos sin olerla un pizco. Pero en las factorías de los pactos ya se hacen cálculos para estudiar la posibilidad de que CC entre en ese gobierno municipal de alguna manera, aunque sea de segundón, con tal de apaciguar a las huestes de CC que consideran La Laguna innegociable.

 

La cabeza de Julio Cruz

Que Coalición Canaria no está en las mismas condiciones de exigencia que en otras legislaturas es más que evidente. No puede, ni por asomo, pedir que le dejen gobernar en solitario con su escuálido apoyo de 18 diputados, y menos en tiempos tan convulsos. Puede amagar, incluso amenazar, con un pacto rocambolesco con el Partido Popular y la Asamblea Socialista Gomera, de Casimiro Curbelo, cuya suma da también 33 diputados. Pero sería absolutamente suicida gobernar con un partido, el PP, que se descompone por momentos y que con toda probabilidad no estará al frente del Gobierno de España a partir de noviembre próximo para poder al menos justificar un acuerdo en aplicación de ese mantra nacionalista de que hay que pactar con quien gobierna en la metrópoli para sacar más para la colonia. El PP, por supuesto, se ha ofrecido desde primerísima hora, y su oferta queda ahí en la reserva. Casimiro Curbelo no haría ascos a un pacto así, pero sólo en el caso de que al frente del PSOE en La Gomera o con cargos institucionales de relieve siguiera Julio Cruz, el socialista gomero con el que ha sostenido una campaña electoral verdaderamente feroz. Curbelo se considera un tipo progresista que sumaría sus votos al PSOE y hasta se plantearía regresar al partido cuando se aclaren sus pleitos judiciales (si se aclaran, por supuesto) siempre en el caso de que desapareciera de los alrededores su bestia parda. En La Gomera se da por sentado que consejeros socialistas electos consideran necesaria la dimisión de Julio Cruz ante el espectacular batacazo que se ha pegado allí el partido frente a un Curbelo intratable que le ha quitado un diputado al PSOE, otro al PP y otro a CC ; que se ha quedado al frente de una mayoría absoluta indiscutible en el Cabildo y que tiene el control de la mayoría de los ayuntamientos de la isla, incluida la capital.

 

Patricia será vicepresidenta

Pero tendrá muy difícil Casimiro Curbelo alcanzar su deseo de que el PSOE le ofrezca en bandeja de plata la cabeza de Julio Cruz para sumar sus tres valiosísimos diputados a la causa. José Miguel Pérez lo ha vuelto a incluir en la comisión negociadora del pacto que celebrará este jueves su primera reunión en Las Palmas de Gran Canaria. Cruz sigue siendo, al fin y al cabo, secretario de Organización del partido y a él habría que exigirle al menos la responsabilidad de controlar las disidencias que pudieran producirse. En algunos cenáculos se especula con la posibilidad de mantenerlo en la Mesa del Parlamento, incluso como presidente, lo que dificultaría enormemente cualquier entendimiento con Casimiro Curbelo. Junto a Cruz, forman parte de la comisión el histórico Paco Spínola, al que se le reconoce su profundo conocimiento de la estructura de la Comunidad Autónoma y el funcionamiento de la actual administración porque no en vano ha presidido hasta ahora mismo la comisión de secretarios generales técnicos del Gobierno. Es, además, vicesecetario general del PSOE por la gracia de aquel congreso que dejó tantos damnificados. En puesto de Gran Canaria en esa mesa no lo ocupará en esta ocasión Chano Franquis sino Ángel Víctor Torres, secretario general del PSOE en la isla que resultó derrotado este domingo no sólo por el PP, sino también por Nueva Canarias, relegándolo a un tercer puesto hasta ahora inédito en esa Corporación. A él le corresponderá hacer sonar la voz de una isla que va a resentirse más de lo deseable como consecuencia de la práctica inexistencia de Coalición Canaria, relegada a un consejero en el Cabildo y a una diputada en el Parlamento. Porque hasta la alcaldía de Guía ha perdido a manos de un antiguo dirigente. Completa la representación socialista una persona de la máxima confianza de Patricia Hernández, su jefe de gabinete en esta campaña, Nicolás Jorge. Concejal de Urbanismo de Granadilla, e imputado por delitos relacionados con la corrupción (no corrió la misma suerte de expulsión que Casimiro), será el que defienda los planteamientos de la candidata socialista, particularmente su deseo indisimulado de ser vicepresidenta. Y lo será, sin duda, como asumen miembros de esa comisión, que tendrán que aplicarse a fondo para compensar a otras islas la acumulación de la presidencia y la vicepresidencia en la circunscripción electoral de Tenerife por primera vez en la historia de la autonomía canaria.

  

‘Evita’ y “un ejercicio de responsabilidad”

En un comunicado digno de ser analizado en las academias de comunicación corporativa, la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria presumió este miércoles sin recato de haber realizado “un ejercicio de responsabilidad” al cancelar las funciones del musical Evita que había programado en el Pérez Galdós del 3 al 17 de julio próximos. “En un ejercicio de responsabilidad y cumpliendo la Ley de racionalización y estabilidad presupuestaria a la que está sometida la Fundación capitalina, se ha preferido no continuar con su apuesta por este musical”. Lejos de reconocer que la contratación de ese espectáculo fue disparatada desde un principio por sus altos costes y su más que evidente descatalogación, los rectores de esta fundación se escudan en que, de repente, han aparecido unos promotores privados que se han puesto a contraprogramar con actuaciones como Raphael, Joaquín Sabina, Juan Luis Guerra, Maná y Marc Anthony y han generado “un exceso de oferta que ha variado las previsiones de público estipuladas inicialmente para Evita. Vayamos por partes. Si un musical que se lleva anunciando meses, cuya producción cuesta más de 600.000 euros, que es presentado por sus promotores públicos como el no va más del espectáculo que jamás haya pasado por aquí, no puede convivir con otras ofertas como las ya citadas, es que no era desde luego para tanto. Segunda cuestión, el ejercicio de responsabilidad más adecuado hubiera sido rechazar esta producción desde que cayó sobre la mesa de los programadores de esta fundación pública, incapaz de programar con criterio y de facilitar las cosas a los programadores y creadores locales. Tercero: habrá que explicar en otro antológico comunicado, y en aplicación de la Ley de racionalización y estabilidad presupuestaria y la Ley de Transparencia, cuánto ha costado exactamente hasta ahora esta producción frustrada en viajes, atenciones, promoción y soportes publicitarios, y cuántas otras producciones se quedaron fuera para que Evita copara todos los esfuerzos de la fundación.

 

Sin Cardona no hay ‘Evita’

Habría que informar también con rigor y valentía cuánto ha pesado en esta suspensión del musical Evita la previsión de que en el palco de autoridades de la noche de estreno no hubiera podido estar estar como alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, seguramente entregado admirador de la dirigente peronista y ganador por la mínima y sin posibilidades de las pasadas elecciones municipales españolas. Porque una producción así no se habría programado sin la bendición, el impulso o incluso la sugerencia del que es presidente de la fundación que se atrevió a jugarse los bigotes con una apuesta tan descabellada como pueblerina. Los gestores del auditorio y del teatro han hecho muy bien en dar marcha atrás al percatarse de que podían quedarse desprotegidos si cuajara cualquier pacto político que dejara a Cardona fuera de la alcaldía, y han preferido con muy buen criterio y en un rapto impresionante de responsabilidad que les era exigible con anterioridad, recular de la manera lamentable que lo han hecho.

 

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