Fedac: Lo nuestro (o algo así)

A ver si Ezequiel Ramírez, consejero de la cosa artesana, industrial y de actividades diversas del Cabildo grancanario, va también a pensar que la tenemos cogida con él, al estilo anguliano tan en boga. Es cierto, sin embargo, que Ramírez tiene mejor entrar y cae simpático, pero está para lo que está y a eso hemos venido. Un sufrido potencial cliente de las tiendas de la Fedac de la calle Domingo J. Navarro tuvo que soportar este viernes una memorable lección de antiprofesionalidad por parte de la dependienta encargada de una de ellas. En la tienda más moderna entra nuestro hombre con la intención de comprar un naife (cuchillo canario), pero tuvo que esperar unos minutos a que la tal dependienta terminara su sonora y privada conversación telefónica en la que recriminaba cosas chungas a su interlocutor. Bien repantingada en su butaca de diseño, la doña pasó un kilo y tres cuartos del cliente, cuya presencia conocía sobradamente: ni la tienda es grande ni había más público en ella. Cuando, por fin, termina su conversación telefónica, pregunta al cliente y éste le indica que desea comprar un cuchillo. La respuesta fue memorable: “Ah, eso es en la tienda de al lado, pero la dependienta tiene que salir ahora, así que no vale la pena que vaya”. El segundo capítulo es todavía mejor.